A Mercedes de Materán
Un estudio recién salido del horno demuestra que la lactancia materna prolongada está asociada con una mayor inteligencia en la edad adulta. Es la primera investigación que evalúa el impacto de la lactancia materna en personas mayores. Conjuntamente, la investigación demostró su vínculo con el nivel de instrucción y el ingreso a los 30 años.
El primer autor del estudio, Cesar Victora, es profesor Emeritus de la Universidad de Pelotas en Brasil y tiene una destacada trayectoria científica en el campo de la salud materno-infantil, particularmente en nutrición y el impacto de los programas globales de salud. Tiene múltiples investigaciones donde predominan los proyectos de seguimiento longitudinal, muy laboriosos y costosos. Es un experto en lactancia materna. Así que este estudio está respaldado por la rigurosidad y calidad del autor, la metodología utilizada para analizar los resultados y la revista donde fue publicado, The Lancet Global Health.
Los múltiples beneficios de la lactancia en la morbilidad y mortalidad en la niñez son muy conocidos. Igualmente, se ha demostrado sus efectos a largo plazo, por ejemplo, en enfermedades crónicas como obesidad y diabetes y en la inteligencia en la niñez y adolescencia. Una publicación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) presenta una exhaustiva revisión del tema, donde Victora es coautor.
Sin embargo, no existían estudios que evaluaran el impacto de la lactancia materna hasta la edad adulta, en la inteligencia, nivel de instrucción y el ingreso, un valor significativo de este estudio. Otra virtud es la distribución uniforme de la prevalencia de la lactancia en la población estudiada, independientemente de la clase social, lo que fortalece la investigación y descarta que la asociación estuviera relacionada con el nivel socioeconómico.
El trabajo fue realizado en un entorno cuando la lactancia materna no era una práctica muy extendida en la ciudad de Pelotas, Brasil. La investigación comenzó en 1982 y participaron 3.493 sujetos que fueron reclutados desde su nacimiento y seguidos hasta los 30 años. En el estudio se observó una asociación positiva y lineal entre la duración de la lactancia materna y las pruebas de inteligencia, nivel de educación y el ingreso a los 30 años de edad. Es decir que a mayor tiempo con lactancia materna, mayor fue el cociente intelectual. La diferencia en el coeficiente intelectual entre los que no recibieron lactancia materna y los que duraron más tiempo con esta alimentación fue de 4 puntos. Asimismo, estos efectos en la inteligencia persistieron hasta el adulto. Se ha demostrado que por cada punto adicional de coeficiente intelectual aumenta entre 1,8 y 2,4% la capacidad de generar o ganar ingresos.
A mayor tiempo de lactancia materna mayor fue la magnitud de los beneficios. Por ejemplo, un niño que fuera amamantado por al menos un año presentó, a la edad de 30 años, 4 puntos más de coeficiente intelectual, casi un año (0,9) más de escolaridad y fue mayor en un tercio del ingreso promedio que un niño amamantado durante menos de 1 mes.
Según el coautor, Dr. Horta, en declaraciones dadas a la revista (Audio), el mecanismo probable que subyace a los efectos beneficiosos de la leche materna es su alto contenido en ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga, específicamente el ácido docosahexanoico (DHA, por sus siglas en inglés), el cual es esencial para el desarrollo cerebral y probablemente el efecto en el coeficiente intelectual esté relacionado con la cantidad de leche materna consumida durante los primeros años de la vida. Este componente no está presente en la mayoría de las fórmulas infantiles.
Los autores señalan: “Nuestro resultados sugieren que la lactancia materna no solo mejora la inteligencia hasta la edad adulta, sino que también tiene un efecto tanto a nivel individual como social porque incrementa el nivel de instrucción y la habilidad de ganar dinero”.
Una nota del Dr. Mortensen de la Universidad de Copenhagen, publicada en la misma revista, sobre este trabajo señala que es un estudio impresionante, (…) “que sugiere que la clave en el camino del desarrollo es el efecto de la lactancia materna en el desarrollo cognitivo”. Añade que, sin embargo, los hallazgos deben ser corroborados en futuros estudios.
Este es un estudio que tendrá profundas implicaciones en la salud pública.
Nota: vea las publicaciones de este tema en MiradorSalud.
Irene Pérez Schael
Un Comentario
Blanca Gil
Excelente articulo