¿Recuerdan que empezamos el año comentando en MiradorSalud la recomendación de un consorcio de investigadores en la revista médica The Lancet: Menos carne y más vegetales menos muertes y daños «catastróficos» en el planeta?
Ahora bien, si lo quiere sentir más personal, y menos “planetario”, el mensaje podría ser: Menos carne, más vegetales, menos diabetes, por ejemplo.
Y este es precisamente la recomendación de base que puede derivarse de un trabajo que acaba de ser publicado en JAMA Internal Medicine, producto de un metanálisis de nueve estudios en cinco cohortes de EE. UU. (Estudio de Salud de Enfermeras I y II, -NHS y NHSII- , Estudio de Salud Adventista I y II y Estudio de Seguimiento de Profesionales de la Salud, -HPSF-), y otras cuatro cohortes de todo el mundo en Grecia -ATTICA-, Singapur (Estudio de Salud Chino de Singapur, -SCHS-), los Países Bajos -Estudio de Rotterdam-) y Taiwán -Estudio de Salud de Tzu Chi-).
El análisis incluyó a 307,099 participantes con una edad promedio de 36 a 65 años y un IMC promedio de 23 a 36,7 kg / m2. De estos, 23.544 participantes fueron diagnosticados con diabetes durante el seguimiento.
De acuerdo a los autores, el estudio proporciona la evidencia más completa a la fecha, sobre la asociación entre los patrones dietéticos de origen vegetal y la incidencia de diabetes tipo 2.
Resultados
Se encontró que personas de mediana edad que comían más alimentos de origen vegetal, principalmente semi-vegetarianos, pero también vegetarianos y veganos, tenían menos probabilidades de desarrollar diabetes tipo 2 que sus pares que comían más carne, pescado, huevos y lácteos.
En general, los participantes con una adherencia mayor vs una menor a una dieta basada en plantas, tenían un riesgo reducido de diabetes tipo 2 (23% menos de riesgo), después de ajustar factores de riesgo como el IMC, edad, tabaquismo y antecedentes familiares de diabetes, en un seguimiento de 2 a 28 años.
En cuatro cohortes con información más detallada sobre sus patrones alimentarios, los participantes con una adherencia mayor vs una menor a una «dieta saludable basada en vegetales», es decir, frutas, verduras, granos enteros, legumbres y nueces, tuvieron una reducción del riesgo aún mayor: 30%.
Mecanismos para explicarlos según los trabajos incluidos en el metaanálisis
Varios mecanismos potenciales pueden explicar las asociaciones favorables observadas. Desglosemos los trabajos que hablan de ellos:
Las dietas basadas en productos vegetales generalmente enfatizan en frutas, verduras (hortalizas), nueces, legumbres y granos enteros, que contienen fibra, vitaminas y minerales, antioxidantes, compuestos fenólicos y ácidos grasos insaturados.
Los ensayos clínicos y estudios observacionales revisados mostraron que estos alimentos mejoran individual y conjuntamente la sensibilidad a la insulina y la presión arterial, reducen el aumento de peso a largo plazo y mejoran la inflamación sistémica, que son vías involucradas en la causa de la diabetes tipo 2.
Por otro lado, estas dietas también reducen o evitan las carnes rojas y procesadas, que han demostrado afectar negativamente el riesgo de diabetes tipo 2, posiblemente debido a su alto contenido de hierro hemo o colesterol en la dieta.
Además, la interacción de compuestos derivados de los animales, como la colina y la L-carnitina con el microbioma intestinal y la producción de óxido-N de trimetilamina han estado implicados en el riesgo de desarrollar diabetes gestacional y diabetes tipo 2, aunque la evidencia actual sigue siendo poco concluyente.
Al analizar los patrones dietarios se puede cuantificar los efectos sinérgicos de la composición de la dieta sobre el riesgo general de la enfermedad, incluida la sustitución y el reemplazo de los principales tipos de macronutrientes (es decir, fuentes vegetales de grasas y proteínas en sustitución de las fuentes animales respectivas).
Más importante aún, las dietas basadas en vegetales también pueden reducir el riesgo de diabetes tipo 2 al reducir el riesgo de aumento de peso excesivo.
Múltiples estudios de intervención y observación han indicado que un mayor consumo de alimentos de origen vegetal puede conducir a la pérdida de peso a corto plazo o la prevención del aumento de peso a largo plazo. A su vez, es probable que una proporción considerable de la asociación protectora entre las dietas basadas en plantas y el riesgo de diabetes tipo 2 pueden atribuirse al control de peso.
Algunos estudios de intervención a pequeña escala han demostrado que los patrones dietéticos basados en plantas mejoran las medidas de control glucémico independientemente del peso corporal para personas con y sin diabetes tipo 2, lo que sugiere que los beneficios para la salud se extienden más allá del control de peso que se obtiene por el consumo de vegetales.
Las dietas basadas en vegetales también pueden mejorar el perfil de los marcadores de riesgo relacionados con la adiposidad, como la leptina, la adiponectina, la proteína C reactiva de alta sensibilidad y la interleucina-6.
Sin embargo, se requieren estudios experimentales adicionales para arrojar más luz sobre otras vías, como las interacciones con la microbiota intestinal, que pueden explicar las asociaciones beneficiosas observadas para las dietas basadas en plantas y el riesgo de diabetes tipo 2. Además, los estudios metabolómicos pueden identificar firmas específicas de patrones dietéticos basados en vegetales y proporcionar información sobre cómo los componentes específicos dentro de estos patrones dietéticos pueden influir en el riesgo de enfermedad.
Varios estudios del metanálisis demostraron los beneficios del vegetarianismo estricto o veganismo en el desarrollo de diabetes tipo 2.
En muchas poblaciones de todo el mundo, el vegetarianismo estricto o veganismo autoinformado comprende una minoría de la población total, que varía del 1% al 3% en Australia y Nueva Zelanda, del 3% al 9% en América del Norte y Europa, y el 8,5% en Israel, aunque ha habido una creciente popularidad de estos patrones dietarios en todo el mundo.
Se han planteado preocupaciones que las dietas veganas tan estrictas que excluyen los lácteos y el pescado pueden conducir a ingestas inadecuadas de ciertos nutrientes en las poblaciones generales, incluidas las vitaminas B12 y D y calcio, cuyo consumo está asociado con un menor riesgo de diabetes tipo 2.
Sin embargo, el consumo de productos animales no es la única forma de prevenir las deficiencias nutricionales de estos nutrientes específicos.
El consumo de un patrón dietario equilibrado basado en vegetales con la inclusión de alimentos enriquecidos y el uso de suplementos nutricionales puede ayudar a las personas que practican una dieta vegana o vegetariana a satisfacer sus necesidades de estos nutrientes.
Consideraciones finales
La asociación dosis-respuesta observada en este metaanálisis sugiere que, en poblaciones generales que no practican dietas vegetarianas o veganas estrictas, el reemplazo de productos animales con alimentos saludables a base de plantas probablemente ejerza una reducción significativa en el riesgo de diabetes.
Mientras tanto, las Directrices Dietarias para estadounidenses 2015-2020 y el reciente informe de la Comisión EAT-Lancet señalaron que el consumo modesto de aves de corral, pescado y productos lácteos en el contexto de una dieta predominantemente basada en vegetales es poco probable que tenga consecuencias adversas para la salud.
En todos los estudios de dosis-respuesta incluidos en este metanálisis, la categoría más alta de adherencia a los patrones dietarios basados en vegetales todavía incluía una cantidad significativa de alimentos de origen animal (NHS, 3,2 porciones por día; NHSII, 2,8 porciones por día; HPFS, 3,9 porciones por día; SCHS, 1,66 porciones por día; y el Estudio de Rotterdam, 219,3 g por día). Si una mayor reducción de los alimentos de origen animal en un patrón dietario basado en vegetales ejerce beneficios adicionales para la salud, se justifican estudios adicionales.
Los hallazgos encontrados en este estudio para los patrones dietarios basados en vegetales son ampliamente consistentes con las asociaciones protectoras contra la diabetes tipo 2 encontradas para otros patrones dietarios que también enfatizan los alimentos vegetales pero no excluyen completamente los alimentos de origen animal, incluida la Dieta Mediterránea, la dieta (DASH) o Enfoques dietario para detener la Hipertensión y el Índice Alternativo de Alimentación Saludable.
Un análisis de subgrupos del ensayo aleatorizado “Prevención con Dieta Mediterránea” observó un riesgo significativamente menor de diabetes tipo 2 entre los individuos en los grupos de dieta mediterránea combinada, en comparación con los que siguieron una dieta de control baja en grasas, aunque este efecto beneficioso fue impulsado principalmente por el grupo que recibió aceite de oliva virgen extra.
Además, el hallazgo de asociaciones ampliamente consistentes de las dietas basadas en plantas con riesgo de diabetes tipo 2 en diferentes subgrupos respalda aún más un probable papel causal de este patrón dietético en la prevención de la diabetes tipo 2.
En general, la totalidad de la evidencia actual respalda los beneficios para la salud al aumentar el consumo de alimentos a base de productos vegetales para reducir el riesgo de diabetes tipo 2 y, potencialmente, otras enfermedades cardiometabólicas.
María Soledad Tapia