Dedicado a los venezolanos, quienes transitamos épocas muy duras…
En los actuales momentos, es cada vez más perentorio conocer y entender el funcionamiento biológico y fisiológico del cerebro, con el fin de comprender esa parte invisible, misteriosa e incomprensible que es la mente. De ella depende la vida entera porque la manera de concebirla, a su vez, es un reflejo de los pensamientos y de las palabras que se emplean para definir y aprehender del entorno desde que fuimos concebidos hasta que partimos de este mundo. En definitiva, nuestra mente depende de cómo pensamos.
Al mismo tiempo, el vivir es un proceso emocional – el 95% del comportamiento humano es emocional -. Lo que quiere decir que, ante señales, pensamientos o estímulos, externos o internos, y dependiendo de la percepción de la persona, el cerebro activa ciertas neuronas que forman redes e inducen una emoción cónsona con la vivencia, la cual provocará un determinado comportamiento. En consecuencia, este proceso causa que la estructura física de las neuronas cambie y que nuestro cerebro también.
Es importante recordar la frase del médico y Premio Nobel Santiago Ramón y Cajal: “Todo ser humano, si se lo propone, puede ser escultor de su propio cerebro”, con la cual se anticipó a la neurociencia, por lo que es llamado por algunos como el padre de esta ciencia. Esta frase, muy intuitiva y profética para aquel momento, ha sido demostrada científicamente por la neuroepigenética, lo que quiere decir que el ser humano tiene el poder de modelar su mente y al conseguirlo puede llegar a conocer distintas maneras de solucionar los problemas. Aquí veremos el cómo y el por qué.
Mente
Debido a que la mente es la gran rectora de nuestra vida, es conveniente saber cómo está configurada, cómo funciona y por qué determina nuestro vivir. La mente se compone de un nivel inconsciente relacionado con las emociones que solamente podemos sentir, mas no ver, y un nivel consciente que puede procesar, pensar-razonar y transformarse.
El inconsciente está organizado a partir de nuestra condición interna que apunta a la identidad o hacia quienes somos y por qué estamos aquí, luego, a lo largo de la concepción, embarazo y de la vida vamos adquiriendo valores, creencias y aptitudes que tienen que ver con la familia, formación, educación, cultura o experiencias y todo ello representa para la persona lo conocido y lo guardamos en la memoria.
Como se ha señalado en anteriores oportunidades, para nuestro inconsciente lo conocido como valores y creencias son reales, más aún son verdades; ciertamente, la realidad no es lo que sucede sino lo que imaginamos que sucede, lo que depende de la interpretación que le damos a lo percibido en función de lo conocido y almacenado en la memoria. En consecuencia, el comportamiento originado por las emociones asociadas al inconsciente es automático, impulsivo y emocional. En otras palabras, en este proceso solamente sentimos y actuamos.
En cambio, en el nivel consciente, ubicado en la corteza cerebral pre-frontal, se procesa cognitivamente la información del entorno y también de acuerdo a lo aprendido y guardado en la memoria. De allí salen la actitud y la acción que conforman los hechos o “facts”. Este nivel consciente se encarga de la atención, concentración, resolución de problemas y del control de los impulsos, es decir de las habilidades cognitivas, aunque también esté vinculado con las emociones. En este nivel: pensamos, sentimos y actuamos (ver artículo: ¿Cómo funciona la mente?).
En conclusión, tenemos una mente emocional que responde directamente a los estímulos, es más rápida que la racional, pero podría tener la ventaja de que capta en solo unos instantes la realidad emocional, lo que nos ayudaría a escapar de una amenaza real. En cambio, la mente cognitiva o racional y fuente de las habilidades intelectuales, debido a su capacidad de analizar, se asocia a emociones más apropiadas para la circunstancia.
En este contexto, los pensamientos conformados por el lenguaje articulado, es decir, palabras y también imágenes – significante y significado -, cumplen unas funciones específicas y cruciales de acuerdo a la mente que los percibe y procesa. La palabra, a la par, está estrechamente vinculada a los procesos neurológicos y emociones y es un factor fundamental en la estructura de la mente y del cerebro. El pensamiento, regulado por la parte izquierda del cerebro, activa diversas áreas cerebrales vinculadas a las de los sentimientos y estas, a su vez, transforman ese pensar en un sentir y después en un vivir. Así, los pensamientos activan los procesos fisiológicos del cerebro.
En fin, según a donde lleguen las señales y estímulos, estos se pueden procesar de forma automática o cognitivamente. La percepción de los pensamientos asociados a emociones o estímulos, por medio de procesos epigenéticos nos permite decidir entre dos caminos: captar lo nuevo que nos conduce a un cambio – conducta cognitiva -, o continuar con lo conocido y permanecer iguales, terminando siendo rígidos -conducta automática -. Es necesario tener presente que la cognición es el acto de conocer y está asociado a la reflexión analítica y el pensar.
En fin, para alcanzar el bienestar emocional se debe disminuir la conducta automática y se deben aprovechar las capacidades de la mente cognitiva y reinventar nuestro cerebro, interactuando con nuevas redes neuronales, pero para lograrlo hay que entrenarse pensando positivamente.
Emociones
Debido a que somos seres emocionales, se debe comprender la importancia de las emociones en el actuar y en la toma de las decisiones ante la vida, por lo que es conveniente entender cómo son procesadas por la mente y su influencia en las reacciones conductuales.
Las emociones son reacciones psicofisiológicas causadas por la liberación de neurotransmisores y hormonas. La tristeza, alegría, enojo, asco, miedo y sorpresa son consideradas emociones básicas; a su vez, los sentimientos son el resultado de las emociones. Ellas tienen gran relevancia en el desarrollo psicosocial y en la construcción de relaciones afectuosas. El conocimiento de las propias emociones genera la capacidad de reconocerlas en los demás y, más importante aún, de autocontrolarse y automotivarse. Esto permite una mejor interacción psicosocial.
El bienestar emocional es la capacidad de gestionar con éxito el estrés y adaptarnos a los cambios o tiempos difíciles de la vida. La adaptación requiere de dos factores: la capacidad de gestión y la flexibilidad. La capacidad de gestión es aquella que le da forma a la selección propia y tomar de allí las decisiones que correspondan y la flexibilidad es la capacidad de responder de manera fluida ante los eventos que van ocurriendo. Ambas capacidades dan forma a la experiencia afectiva que unida al sentido de vida nos permite alcanzar la felicidad y ser protagonistas de nuestra propia vida.
Comportamiento
Seguidamente se explicará, de manera sencilla, cómo la mente procesa las distintas emociones provocadas por distintos estímulos, para lo que se escogió el miedo, emoción que a la vez es un mecanismo de sobrevivencia. Se describirá cómo la mente puede procesar el miedo tanto de manera inconsciente como consciente, lo que concluirá en un determinado comportamiento de acuerdo al tipo de proceso.
Cuando experimentamos miedo, por ejemplo, al ver una película de terror, se aceleran los latidos del corazón, las manos comienzan a sudar, se grita, se esconde la cabeza entre los brazos, entre otras conductas. Estas son reacciones espontáneas a los estímulos sensoriales que en este caso representan una potencial amenaza y por eso sentimos miedo. !Recordar que la mente no diferencia entre lo real y lo imaginario!
El miedo se procesa en el cerebro cuando el estímulo que lo produce llega a la amígdala (centro del miedo) y se desencadenan una serie de reacciones que consisten en la liberación y el aumento de neurotransmisores y hormonas como son el glutamato, adrenalina y el cortisol (hormona del estrés); también sube el nivel de azúcar en sangre. Esta mezcla de neuroquímicos produce la emoción denominada miedo que sentimos ante determinadas circunstancias y que se trasladan a una conducta.
Al mismo tiempo, este proceso ocurre rápidamente porque como ya se dijo el estímulo o terror va directamente a la amígdala. Cuando termina la escena de terror y desaparece la amenaza, se libera endorfina, hormona de la felicidad, que tranquiliza y cesan las sensaciones de miedo. A veces, estas situaciones que ocurren al ver una película de terror o subir en una montaña rusa o conducir autos de carrera, crean un deseo de experimentar miedo y placer, en forma recurrente por adicción a la adrenalina. Lo mismo ocurre con los deportes extremos.
De la misma manera, el miedo se puede procesar conscientemente cuando los estímulos sensoriales llegan a la corteza cerebral, un camino más lento que el de la amígdala; allí se construye la verdadera realidad, se percibe que no es una amenaza real y se detiene la cadena emocional. Esto puede pasar cuando se tiene el conocimiento de las emociones lo que ayuda a gestionar las mismas. En este proceso interviene también la oxitocina, un neuropéptido que reduce la activación de la amígdala modulando la respuesta al miedo.
Para procesar la información mediante la mente cognitiva es necesario prestar atención, experimentar nuevas experiencias, aprender nuevas cosas, concentrarse en el aquí y el ahora, es decir “aprender a pensar”. Por el contrario, lo conocido y la repetición de palabras, condicionan las respuestas automáticas que no nos permiten diferenciar entre lo adecuado e incorrecto, lo real e imaginario.
En el proceso cognitivo la palabra es clave porque ella puede sanar ya que lo que uno crea en la mente se puede hacer realidad. Con la palabra puedo despertar emociones negativas como la ira, ansiedad, frustración, resentimiento y hasta llegar a la apatía y la tristeza, al igual que por medio de la palabra se pueden generar emociones positivas como la felicidad, euforia, amor, aprecio y alcanzar el contento y la serenidad. Estas emociones están ordenadas según la frecuencia cardíaca y van de alta a baja frecuencia o excitación (Dr. Howard Martin, Institute HeartMath).
Alcanzar el contento y la serenidad, mediante los pensamientos positivos, permite mantener la calma ante el caos. Es importante, entonces, enfocarnos en las emociones positivas para no sucumbir ante las emociones negativas.
Algunos consejos:
- Importantísimo entrenar el cerebro viviendo nuevas experiencias y aprendizajes porque de lo contrario el cerebro se anula.
- Debemos ser coherentes entre lo que pienso y digo o entre lo cognitivo y emocional. En otras palabras, mantener el ánimo asociado al pensar.
- Es necesario conocerse para comprenderse y poder cambiar.
- Al contarle a alguien lo que sentimos o verbalizar lo que se siente, el cerebro comienza a cambiar.
- Recordar que la suerte no existe. Lo que importa es estar preparado para percibir la oportunidad.
Para finalizar, les recuerdo que ante este conocimiento los seres humanos debemos repensar el vivir y tomar consciencia del actuar, al igual que se deben usar los dos hemisferios cerebrales. Debemos sustituir las creencias asociadas a emociones viscerales por valores vinculados a sentimientos. Esta evolución cognitiva nos permitirá alcanzar el bienestar emocional y ser dueños de nuestro pensar, sentir y actuar.
Irene Pérez Schael
Nota: He decidido insistir en los temas relacionados con la mente, el SER, las emociones y conductas porque siento que hoy más que nunca necesitamos estas herramientas para salir a flote en las circunstancias tan terribles que vive el mundo y, particularmente, nuestro país, Venezuela.
4 Comentarios
Lirio
Excelente artículo de gran utilidad en tiempos convulsos , pues nos exige ,cada vez más ,mantener la calma , bajar las dosis de reactividad para poder pensar con criterios asertivos que redunden en nuestro propio bienestar y en el colectivo inmediato. Gracias Mirador Salud y equipo por contribuir con nuestra salud integral .
Mirador Salud
Gracias Lirio por tus dos comentarios que además de reforzar y aclarar estimulan a «pensar».
Saludos
MiradorSalud
David Segura
Articulo muy completo y claro, sin duda me ha ayudado para tener mas cosas en cuenta cuando pienso en este tema. Pues gracias por compartir tu conocimiento y tu punto de vista. En mi opinión la mayoria de personas son buena gente y son los que profundizan y se interesan mas por temas como este, lo que interesa mas es que haya mas gente interesada sobretodo por las buenas emociones que son las que llevan al bienestar. Viva por el progreso de Venezuela.
Mirador Salud
Muchas gracias David
Ese es el objetivo de MiradorSalud: ayudar a crecer a la gente. Y una ayuda tuya sería difundir este tipo de artículo,
así nos apoyas en la difusión para que llegue a más gente.
Me alegra que te gustara.
Saludos
Irene