La prevalencia de obesidad en niños es cada vez mayor. Entre sus alarmantes consecuencias están las de encontrar niños hipertensos, con triglicéridos y colesterol elevados, y con diabetes mellitus tipo 2 (DMT2), las cuales eran condiciones y enfermedades consideradas hasta hace poco de adultos.
La resistencia a la insulina (RI), valores bajos de colesterol HDL (lipoproteínas de alta densidad), niveles altos de triglicéridos, alta presión arterial, y elevada circunferencia abdominal (CA), son factores de riesgo asociados a la obesidad y a enfermedad cardiovascular (ECV). La presencia conjunta en adultos de más de 3 de estos 5 factores, ha sido designada como “síndrome metabólico” (SM).
Otra alarma asociada a los problemas de obesidad es la creciente incidencia de DMT2 en niños y adolescentes. Hasta hace poco se consideraba una enfermedad confinada en gran medida a adultos y a poblaciones occidentales. Hoy ya no.
Se ha discutido mucho si la presencia de estos factores de riesgo en la infancia puede predecir la ECV y la DMT2 en adultos, pues de ser identificados precozmente sería posible dar inicio a las modificaciones de estilo de vida que ayuden a prevenirlas.
En los Estados Unidos, un gran estudio buscó determinar si las mediciones obtenidas en consulta pediátrica rutinaria (CA, índice de masa corporal -IMC-, presión arterial sistólica y diastólica, datos de padres diabéticos), y análisis de laboratorio (glucosa, triglicéridos, lipoproteínas de alta densidad, e insulina), podían predecir el riesgo de DMT2 en adultos entre 19 y 39 años.
El resultado fue que los datos obtenidos por el pediatra predicen, 9 y 26 años después, la presencia o ausencia de DMT2. El análisis de laboratorio de insulina mejora esta predicción. Todo ello facilitaría la prevención primaria de DMT2.
Otro gran estudio: el Seguimiento longitudinal de Princeton en población americana, evaluó la asociación de SM en la infancia, con ECV en la adultez. Se concluyó que la investigación pediátrica de SM permitía identificar 25 años después, pacientes adultos en situación de riesgo de ECV. Esto indica la importancia potencial de acciones preventivas a tomar por los padres durante los años de evaluación pediátrica.
Ahora, un estudio liderizado por el Dr. Antonio Convit, profesor de Psiquiatría y Medicina de la Universidad de Nueva York (USA), y publicado en la edición de septiembre de este año en la revista Pediatrics, se enfoca en determinar si la obesidad y el SM -en ausencia de DMT2- están asociados con el deterioro de la función cerebral en adolescentes.
Ya este grupo de investigación había observado que el desgaste de la función cognitiva asociado con SM y DMT2, puede comenzar prematuramente a mediana edad debido primariamente al desarrollo de RI. Esto demuestra la importancia de evaluar insulina para hacer las intervenciones correspondientes.
Los investigadores han reportado igualmente, complicaciones cerebrales en adolescentes obesos con DMT2, tales como menor volumen del hipocampo, mayor volumen de líquido cefalorraquídeo y una reducción de la integridad microestructural de la materia blanca cerebral.
En este nuevo estudio, el equipo trabajó con una muestra de 110 adolescentes: 49 con SM y 62 sin SM, agrupados por edad, estatus socioeconómico, año escolar, género, y raza. Ninguno sufría de diabetes. Los participantes fueron sometidos a evaluaciones endocrinas, Resonancia Magnética Nuclear (RMN), determinación de volumen cerebral, de integridad estructural de materia blanca, y a evaluaciones cognitivas (inteligencia general, logros académicos, habilidades de memoria, control cognitivo, concentración y atención, eficiencia psicomotora, apnea durante el sueño y depresión).
Como era de esperarse, los adolescentes con SM tuvieron valores significativamente mayores de CA, IMC, y de grados de RI. También tuvieron un peor perfil lipídico y desregulación de presión arterial. Presentaron igualmente, elevaciones significativas de marcadores de inflamación (proteína C-reactiva y fibrinógeno).
En cuanto a la evaluación cognitiva, la conclusión fue que los adolescentes con condiciones de SM, aunque lograban puntuaciones que se consideran aún dentro de lo normal, tienen más probabilidades de un desempeño inadecuado en las evaluaciones cognitivas que sus pares saludables.
Los adolescentes con SM mostraron menores habilidades aritméticas, de deletreo, atención y flexibilidad mental, así como también una tendencia a una menor “inteligencia total”.
Se encontraron reducciones de la integridad microestructural en los tractos de materia blanca. Los autores continuarán investigando si esto representa un retraso en la maduración de la materia blanca, que todavía está en proceso durante la adolescencia, o si es un daño real.
Se encontraron mayores volúmenes de líquido cefalorraquídeo. Las imágenes de RMN mostraron ciertas preocupantes diferencias en la estructura del cerebro de los adolescentes con SM.
Igualmente, se les encontró menores volúmenes del hipocampo, lo que sugiere que en estos adolescentes obesos, aún en ausencia de DMT2, el hipocampo pueda estar afectado en estadios prediabéticos, y dar lugar a complicaciones cerebrales a corto plazo.
De acuerdo al Dr. Convit, hasta ahora se pensaba que las consecuencias adversas del SM en niños y adolescentes aparecerían en un período de aproximadamente 20 años. Sin embargo, este estudio concluye que el SM tiene un efecto que es perjudicial en tiempo presente en el cerebro de los adolescentes.
En vista de estos alarmantes resultados, es plausible que la enfermedad metabólica asociada a la obesidad del tipo DMT2, pueda estar asociada a un menor potencial académico y profesional de los adolescentes.
Los investigadores concluyen que aunque la obesidad puede no ser suficiente para “poner en acción” a los a los padres y a veces a los mismos médicos, los resultados de este estudio apelan a realizar intervenciones tempranas. Proponen que la función cerebral sea introducida entre los parámetros a ser evaluados cuando se considere un tratamiento precoz de la obesidad infantil.
María Soledad Tapia
Nota de MS: El Dr. Antonio Convit es hijo del Dr. Jacinto Convit García, ilustre médico y científico venezolano.