Tenemos ya cierto tiempo discutiendo sobre el tema de pérdidas y desperdicios de alimentos en MiradorSalud.
Es válido un recordatorio para ponernos nuevamente en contexto: Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) constituyen un llamado universal a la acción para poner fin a la pobreza, proteger el planeta y mejorar las vidas y las perspectivas de las personas en todo el mundo. En 2015, todos los Estados Miembros de las Naciones Unidas aprobaron 17 Objetivos como parte de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible con un plan para alcanzarlos en 15 años. Antes de la pandemia de la COVID-19, los progresos en los ODS eran desiguales y no estábamos bien encauzados para cumplir con los mismos. Ahora, debido a la COVID-19, con una crisis sanitaria, económica y social sin precedentes que amenaza las vidas y los medios de subsistencia, se dificulta aún más el logro de los ODS.
Uno de estos ODS, el 12, es: Garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles. Y una de sus Metas, la Meta 12.3 es la siguiente: De aquí a 2030, reducir a la mitad el desperdicio de alimentos per cápita mundial en la venta al por menor y a nivel de los consumidores y reducir las pérdidas de alimentos en las cadenas de producción y suministro, incluidas las pérdidas posteriores a la cosecha. Es decir, que todos los actores del sistema alimentario tendrían que comprometerse a reducir a la mitad las pérdidas de alimentos en pos cosecha y procesamiento, así como los desperdicios a nivel del retail y hogares, englobadas como PDA. Esta Meta 12.3 tiene dos componentes: las pérdidas y el desperdicio, que están medidos por dos indicadores distintos.
El 14 de octubre de 2019, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, publicó por primera vez el “Índice de Pérdidas de Alimentos”, (Food Loss Index), el cual, según sus estimaciones, es del 14%. Es decir, 14% de los alimentos en todo el mundo se pierde desde el campo hasta el nivel de minoristas, sin incluir este último.
El 27 de abril de 2021 escribimos el artículo, Desperdicio de alimentos. Distinto a pérdidas, igualmente dramático, pero más en nuestro control como consumidores, pues la publicación en esa fecha, del Informe sobre el índice de desperdicio de alimentos generado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la organización asociada británica sobre residuos WRAP (Waste and Resources Action Programme), que analiza el desperdicio de alimentos que se produce en los puntos de venta, restaurantes y hogares, nos hizo retomar el tema.
El índice estima que, en el mundo, 17% de los alimentos que llegan a comercializarse al detal, en servicios de alimentos, y en los hogares, va a parar a la basura. Es una cifra aterradora que convoca a tomar medidas inmediatas habiendo tanta hambre en el mundo.
Recientemente, el 20 de julio de 2021, el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) junto con la cadena de supermercados Tesco, publicaron el informe Driven to Waste, que cuantifica la cantidad total de alimentos perdidos en las granjas y en el campo, a nivel mundial.
Driven to Waste ofrece la primera cuantificación de las pérdidas totales de alimentos desde 2011. Cuando se combina con datos actualizados sobre la pérdida en las cadenas de suministro y el desperdicio en el comercio minorista y el consumo, tenemos una imagen más clara de la escala de la pérdida y el desperdicio de alimentos de la granja a la mesa, que demuestra por primera vez cuán imperativo es que esta etapa ya no se pase por alto en los esfuerzos por mantener el calentamiento global por debajo de 1,5 grados Celsius.
Driven to Waste revela que aproximadamente se pierden 1.200 millones de toneladas las granjas.
Si se le suman, los 931 millones de toneladas desperdiciadas en el comercio minorista, el servicio de alimentos y los hogares de los consumidores, dato que nos proporcionaron el PNUMA y WRAP, más los cálculos para estimar las pérdidas que ocurren en la granja. etapas de transporte, almacenamiento, fabricación y procesamiento, se llega a la asombrosa cifra de 2.500 millones de toneladas de alimentos que se dejan de consumir anualmente en todo el mundo.
Para calcular las pérdidas estimadas que ocurren en las etapas de transporte, almacenamiento, fabricación y procesamiento posteriores a la granja, las pérdidas de la etapa de granja, la investigación Driven to Waste (1.200 millones de toneladas), dividió esta cifra entre las pérdidas posteriores a la cosecha y pérdidas de campo y luego, utilizando el método porcentaje de pérdidas poscosecha en la granja y en la cadena de suministro proporcionada en el informe sobre el Estado de la Agricultura y la Alimentación de la FAO (2019), las pérdidas poscosecha en la granja se restaron de la estimación de pérdidas poscosecha de la FAO para 2019 hasta, pero sin incluir, la venta al por menor . Estas cifras se derivaron de los números de producción apropiados de FAOSTAT. Esto generó una estimación de 436 millones de toneladas por pérdidas que se produjeron en las etapas de transporte, almacenamiento, fabricación y procesamiento posteriores a la explotación. Esta cifra variará según el método de cálculo y las suposiciones realizadas.
Los 2500 millones de toneladas representan un aumento de aproximadamente 1.200 millones de toneladas sobre las estimaciones establecidas de 1.300 millones de toneladas desperdiciadas cada año. Estas nuevas estimaciones indican que, de todos los alimentos cultivados, aproximadamente el 40% no se consume, valor más alto que la cifra del 33% estimada anteriormente.
Fundamentalmente, al explorar los factores que contribuyen a la pérdida de alimentos, Driven to Waste anula la creencia arraigada de que la pérdida de alimentos en las granjas es únicamente un problema en las regiones menos prósperas con niveles más bajos de industrialización. El informe muestra que las pérdidas per cápita en las explotaciones agrícolas son generalmente más altas en las regiones industrializadas. A pesar de tener una mayor mecanización en las granjas y solo el 37% de la población mundial, los países de ingresos altos y medianos de Europa, América del Norte y Asia industrializada contribuyen con el 58% de los desechos de las cosechas mundiales.
Seguridad alimentaria
En términos de seguridad alimentaria, el problema de las pérdidas y desperdicios de alimentos es muy trágico y hace ver con claridad que tiene que abordarse una estrategia eficaz para reducirlas, por todas las partes interesadas. No basta aumentar la productividad en el campo y mejorar la eficiencia en toda la cadena de suministro, si no se combaten las PDA.
En todo el mundo, los seres humanos desperdiciamos una de cada tres calorías producidas, que serían suficientes para alimentar a tres mil millones de personas: 10 veces la población de los Estados Unidos, más del doble que la de China y más de tres veces el número total de desnutridos en todo el mundo. Los alimentos desperdiciados representan alrededor del 8% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero y son uno de los principales factores que contribuyen a la deforestación y al agotamiento de las fuentes de agua mundiales.
Por otro lado, la pandemia ha demostrado la fragilidad de nuestros sistemas alimentarios, han sido notorias y dolorosas las disrupciones masivas en las cadenas de suministro, que han producidos pérdidas enormes, con grandes cantidades de alimentos perecederos desperdiciados o dejados en las granjas que luego fueron inservibles. De esto discutimos a finales de mayo de 2020: Pérdidas y Desperdicios de Alimentos en tiempos de COVID-19.
Y qué no decir del impacto sobre el ambiente y la sostenibilidad de las PDA
Con respecto a la continua expansión mundial del uso de los recursos agrícolas, se utilizan 4,4 millones de km2 de tierras agrícolas y 760 km3 de agua para producir los 1200 millones de toneladas de alimentos que se pierden antes, durante y después de la cosecha o que se desvían a otros usos, como la alimentación animal. y biocombustible. Esto equivale a una masa de tierra más grande que el subcontinente indio y un volumen de agua equivalente a 304 millones de piscinas olímpicas, y esto no incluye los recursos adicionales utilizados para producir alimentos que se desperdician más adelante en la cadena de suministro.
Según el estudio del WWF y Tesco, el desperdicio de alimentos es responsable del 10% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero. Esta cifra es superior a la estimación previa del 8% y equivale a casi el doble de las emisiones que generan todos los autos que se utilizan en Estados Unidos y Europa, donde en los últimos días los incendios forestales y las inundaciones catastróficas han sido un recordatorio doloroso de las amenazas graves que plantea la crisis climática. A pesar de su efecto sobre el medio ambiente, solo 11 de los planes nacionales de carbono que presentaron los 192 signatarios del Acuerdo de París incluyen medidas para abordar la pérdida y el desperdicio de alimentos.
Esto adquiere más fuerza ante la publicacion del Informe del panel de expertos vinculados a la ONU sobre cambio climático: A partir de 2050 las cosas se pueden poner realmente complicadas, porque no se logrará que el nivel de calentamiento se quede entre los 1,5 y 2 grados “a menos que se produzcan reducciones profundas en las emisiones de CO₂ y otros gases de efecto invernadero en las próximas décadas”.
¿Oportunidades en medio de la triste realidad?
Esta realidad abre puertas a oportunidades para atacar el problema a través de soluciones desde distintas perspectivas. Para emprendedores esto es un campo fértil. Para Venezuela esto sería el inicio de algo muy bueno. No tenemos nada.
Veamos algunas iniciativas:
El mundo de las apps
Este es un mundo fascinante, lleno de ideas innovadoras:
- Too Good to Go. Too Good To Go es el movimiento europeo que combate el desperdicio de alimentos. Este movimiento permite que establecimientos como supermercados, restaurantes, panaderías, tiendas de comida preparada, hoteles, fruterías entre muchos otros, puedan reducir su exceso de comida diario, vendiéndolo a través de la app de Too Good To Go. que localiza los puntos más cercanos donde poder recoger y reaprovechar los sobrantes a un precio más que razonable. Más de cinco millones de usuarios ya han salvado más de siete millones de comidas en casi una decena de países. Es una propuesta ideal para ambas partes: los locales de restauración dan salida a los excedentes diarios, consiguen nuevos clientes y recuperan costes de producción y, al mismo tiempo, los consumidores tienen acceso a platos y alimentos de calidad y ahorran dinero Utilizan las nuevas tecnologías para conectar establecimientos y usuarios. Too Good To Go es además una plataforma con un alto componente social y un alto grado de compromiso con su entorno y los más desfavorecidos. Se focalizan en 4 pilares: hogares, empresas, educación y política.
- Yo no desperdicio. Otra app para reducir el desperdicio de alimentos en España. Se trata de una herramienta para smartphones con la que se puede, por una parte, compartir los alimentos que no necesitas con el resto de los usuarios y, por otra, ver las ofertas de los establecimientos sobre productos con fecha próxima a su caducidad. Además, se puede subir y ver las imágenes de los alimentos que se van a adquirir.
- Dr. Google. Solo escriba algo como: “Iniciativas contra el desperdicio de alimentos apps”. Hágalo y nos cuenta… Va a encontrar cosas como estas: Tres apps para combatir el desperdicio de alimentos, Las Apps contra el desperdicio de comida siguen sumando …, Iniciativas para luchar contra el desperdicio alimentario … ,100 iniciativas sociales dedicadas a reducir el desperdicio de alimentos …, Las apps que luchan contra la caducidad y el desperdicio de alimentos, Iniciativas de app, Yonodesperdicio, ODS2. Unilever evita el desperdicio de alimentos con la app …
World Wild Fund (WWF). WWF ahora está reuniendo a personas de los sectores de la industria hotelera, minorista y de servicios alimentarios, así como escuelas y granjas para explorar cómo medir y reducir las PDA del campo a la mesa.
En los Estados Unidos se ha creado Further With Food, un gran recurso para personas y empresas interesadas en enfoques nuevos e innovadores para reducir las PDA de modo de aprender unos de otros y contribuir a reducir a la mitad la pérdida y el desperdicio de alimentos para 2030. Los invito a visitarla y recorrerla. Es formidable.
Venezuela fuera de la movida
Hay una movida mundial y regional en cuanto a las PDA. Sin embargo, preocupa la ausencia de actividad en Venezuela al respecto:
- Venezuela no participó en el Diálogo Regional sobre Reducción de Pérdidas y Desperdicios (PDA) de Alimentos en América Latina y Caribe de FAO.
- En Venezuela no se ha instalado comités nacionales e intersectoriales de PDA.
- Venezuela no participó en la 1ra. Cumbre Regional de Pérdidas y Desperdicios de Alimentos
- Venezuela no forma parte de la red plural de legisladores, presente en más de 20 países de la región, Frente Parlamentario contra el Hambre de América Latina y el Caribe a fin de trabajar para responder al compromiso Iniciativa América Latina y el Caribe sin Hambre 2025.
- No se conocen estimaciones de PDA a lo largo de la cadena de producción de alimentos, y como en otras áreas, estamos sin cifras oficiales.
Lamentablemente, no vemos a Venezuela en una ruta posible para el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Sin embargo, un país es toda su gente, y esta puede hacer la diferencia.
Siempre invoco a Margaret Meade: Nunca dudes que un pequeño grupo de ciudadanos comprometidos pueda cambiar el mundo. Realmente son los únicos que lo han logrado.
¿Qué se les ocurre que podemos hacer?
María Soledad Tapia