El 18 de febrero de 2015, fue publicado en News Science de AAAS un artículo sobre el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), escrito por Jon Cohen, que fue traducido por MiradorSalud para sus lectores. A continuación la traducción:
Por 30 años, los investigadores han luchado para determinar cuáles respuestas inmunes son las mejores para frustrar al VIH, información que ha guiado el diseño de vacunas contra el SIDA y otros enfoques de prevención. Ahora, un equipo de investigadores ha mostrado que una molécula, creada en el laboratorio, que simula un anticuerpo de nuestro sistema inmunológico, puede tener mayor poder de protección que nada de lo que produce el cuerpo, al lograr preservar a cuatro monos libres de infección por VIH a pesar de las grandes dosis de virus inyectadas.
Se están realizando búsquedas intensivas de anticuerpos naturales de VIH que puedan detener – o “neutralizar” – las muchas variantes, resultado de la constante mutación del virus del SIDA. Los investigadores han hallado recientemente varias docenas de anticuerpos (bNAbs) ampliamente neutralizantes que son muy potentes y funcionan a bajas concentraciones. Sin embargo, el inmunólogo viral, Michael Farzan del Scripps Research Institute en Júpiter, Florida, y 33 colaboradores, recientemente han adoptado una estrategia diferente, construyendo una novedosa molécula basada en el conocimiento de cómo el VIH infecta las células. El VIH ataca las células blancas de la sangre adhiriéndose secuencialmente a dos receptores en su superficie. En primer lugar, la propia proteína de la superficie del VIH, gp120, aborda al receptor CD4 de la célula. Esta unión tuerce a la proteína gp 120 de modo tal que expone una región del virus que puede unirse a un segundo receptor celular, el CCR5. La nueva molécula combina una parte del CD4 con una mínima porción de CCR5 y ambos receptores se unen a un pedazo del anticuerpo. En esencia, el virus de SIDA bloqueado por la molécula, llamada eCD4-Ig, es tal como si se estuviera unido a una célula y por lo tanto es neutralizado.
En experimentos en tubos de ensayo, la molécula eCD4-Ig dio mejores resultados que todos los anticuerpos conocidos contra el VIH, a la hora de impedir que el virus infectara las células; el equipo de Farzan publica su hallazgo en la edición de esta semana en Nature. Para probar cómo funciona en animales, el gen que codifica para eCD4-Ig fue colocado en un virus inofensivo e infectaron cuatro monos y entonces el virus impulsó a las células de mono a producir masivamente la molécula. Cuando “retaron” a estos monos y a cuatro controles con concentraciones sucesivamente más elevadas hasta por 34 semanas, ninguno de los animales que recibieron la molécula eCD4-Ig se infectó, mientras que sí se infectaron los que no fueron tratados.
El nuevo estudio sube la apuesta por un enfoque similar de terapia genética con anticuerpos naturales que hace 6 años fueron prometedores en experimentos en monos, señaló en el editorial de Nature, la investigadora de la vacuna de SIDA, Nancy Haigwood de la Universidad de Oregon Health & Science en Beaverton. “Soy una gran partidaria de ese trabajo, dice Haigwood. “Es realmente muy creativo y un gran avance en lo que a mí concierne.” El pediatra Philip Johnson del Hospital de Niños de Filadelfia en Pensilvania, cuyo laboratorio, en 2009, mostró con éxito una terapia genética que produce un anticuerpo (bNAb) anti-ViH, añade que la molécula eCD4-Ig “es una cosa hermosa”.
Basándose en el trabajo del grupo de Johnson, el equipo de Farzan incorporó el gen para la eCD4-Ig en un virus adeno-asociado (AAV) que es inofensivo para los humanos. Estos virus, inyectados en músculos de mono, siguieron produciendo eCD4-Ig durante las 40 semanas del experimento. “Todo el mundo anticipa que con el AAV eso pueda prolongarse indefinidamente”, dice Farzan. Los animales no tuvieron ninguna repuesta inmune detectable contra la molécula eCD4-Ig, presumiblemente porque es muy similar a partes de sus propias células.
No todos están convencidos de que la molécula eCD4-Ig ultimadamente funcionará mejor que los anticuerpos anti-VIH naturales. El virólogo David Baltimore, premio Nobel del Instituto de Investigación de California en Pasadena, está trabajando con un grupo que desarrolla su propia terapia genética AAV que produce un anticuerpo (bNAb) anti-VIH. Él describe la quimera eCD4-Ig y el trabajo como “impresionantes” y dice que le da la bienvenida a este nuevo enfoque. Pero Baltimore, quien al igual que Johnson ya se ha movido hacia estudios clínicos en fase temprana en humanos con la terapia genética, señala que el nuevo trabajo sólo ofrece datos en tubos de ensayo y animales. “Tal vez sea una mejor molécula que los anticuerpos que hemos venido utilizando, pero de lo que se trata es cómo funcionará en las pruebas con humanos”, dice Baltimore. “No pienso que sea fácil decir lo que ocurrirá”.
Johnson está de acuerdo con que la molécula eCD4-Ig tal vez no funcione tan bien como los anticuerpo neutralizantes (bNAbs) en humanos, pero dice que los anticuerpos naturales, incluso si tienen menos potencia y alcance, pueden ser suficientemente poderosos para detener al VIH. “¿Qué tan bueno es suficientemente bueno?”, pregunta Johnson. “Nadie tiene la clave al respecto. La única manera de realmente saber es hacer un bake-off en un ensayo en humanos”.
Farzan dice que por lo menos en teoría, sería más difícil para el virus que mute a partir de la molécula eCD-Ig que del anticuerpo (bNAb), porque el VIH necesita unirse al CD4 y CCR5. Si alguna de estas terapias genéticas resulta segura y práctica es algo que habrá que ver. Farzan, por su parte, tiene planificados más experimentos antes de comenzar a trabajar con seres humanos. “Necesitamos hacer muchos más estudios en monos para ver si algo raro ocurre”, dice él.
Jon Cohen
La traducción libre estuvo a cargo de Carlos Armando Figueredo.
Nota: A propósito de este interesante tema, Irene Pérez Schael (IPS), editora de MiradorSalud, indagó sobre el mismo, entrevistando al Dr. José Esparza (JE), científico experto en VIH y profesor de virología en la Escuela de Medicina de la Universidad de Maryland.
IPS: El Dr. Esparza acaba de publicar un brillante artículo sobre la necesidad de abordar nuevos paradigmas científicos para llegar a una vacuna contra el VIH después de tantos años de esfuerzos. Así que mi primera pregunta fue si esta nueva molécula estaba en la línea de un nuevo paradigma.
JE: Ciertamente el enfoque de Farzan es innovador pero no reemplaza la necesidad de seguir buscando una vacuna. El procedimiento de Farzan es básicamente una inmunización pasiva, similar al uso de anticuerpos monoclonales para la prevención, pero no es una inmunización activa como la producida por una vacuna.
IPS: ¿Qué le pareció el artículo de Jon Cohen?
JE: La nota de Cohen es muy buena y estoy de acuerdo con sus comentarios que dicen que hay que esperar ver los resultados en humanos, los cuales no serán fáciles de obtener, particularmente al evaluar la eficacia. Un problema que no se discute en la nota, pero que es de gran importancia en países en desarrollo, es que la molécula necesitará aplicarse con periodicidad y probablemente será muy costosa.
Fotografía: La foto, tomada de News Science, es una vista aérea de las proteínas superficiales del VIH que muestra como la molécula eCD4-Ig puede ligarse al virus para neutralizarlo. Es una adaptación de la original, publicada en Nature.