Con este artículo cerramos el ciclo que hemos venido desarrollando sobre las primeras cuatro dimensiones o cuadrantes de la Teoría Integral (AQAL, por su siglas en inglés) desarrollada por Ken Wilber. La Teoría Integral o Modelo AQAL es considerado como un mapa o conjunto de perspectivas que nos permite organizar actividades, creencias y valores, entre algunas de sus múltiples aplicaciones. Es importante aclarar que este modelo incluye otros elementos (niveles, líneas, estados y tipos) a los cuales no nos hemos referido en estos artículos. Hemos explorado solamente los cuadrantes, cuya aplicación como dimensiones o perspectivas nos permiten experimentar nuestra vida y relaciones con el mundo de una manera más compresiva, balanceada e inclusiva. Estas dimensiones son: 1. La individual interior (p.e. pensamientos, sentimientos); 2. La individual exterior (p.e. cuerpo físico, conductas); 3. La colectiva interior (p.e. relaciones, cultura y significados compartidos) y 4. La colectiva exterior (p.e. ambiente, estructuras sociales y sistemas).
En los primeros dos artículos revisamos la dimensión individual o personal. Empezamos por explorar la perspectiva individual interior a través de la práctica de los diálogos internos como herramienta de integración de nuestra compleja vida interna. La siguiente entrega la dedicamos a la evidencia física de nuestro ser: a nuestro cuerpo y conductas los cuales nos permiten percibirnos a nosotros mismos y mostrarnos ante los demás. En el tercer artículo de la serie nos enfocamos en nuestra vida colectiva o espacios comunes, explorando los vínculos y pertenencias que creamos constantemente al interactuar directa o indirectamente en los diferentes ámbitos donde vivimos. En este y último artículo de la serie nos referiremos a las estructuras o sistemas que sirven de apoyo a esos espacios compartidos. Finalizaremos aplicando estas cuatro dimensiones en dos prácticas: una para obtener una visión holística de algo que les suceda y/o de cómo perciben sucesos externos y otra si desean darle una mirada integral a sus hábitos de alimentación.
Las estructuras que conforman nuestros espacios comunes.
¿Es posible evidenciar las conexiones intangibles (cultura, significados compartidos etc.) a las cuales nos referimos en el pasado artículo? ¿Cómo se materializan nuestras normas, rituales y costumbres compartidas que nos cohesionan como cultura, familia o grupos a los cuales pertenecemos?
Detengámonos un momento y salgamos de nuestra burbuja mínima personal. Observemos nuestro alrededor inmediato. Donde quiera que estén, estarán relacionados con el lugar, naturaleza, edificaciones y objetos que los acojan y permitan satisfacer sus necesidades. Ahora, expandan esta visión e incluyan lo que hizo posible la ropa que visten y la construcción del espacio donde están, sus instrumentos de trabajo o equipos facilitadores de las labores del hogar. ¿Cómo llegaron hasta ustedes? ¿Qué manos intervinieron en su creación, transporte, mecanismos comerciales y legales para que pudieran utilizarlos? Imaginemos también ¿cuál ha sido el impacto de estos procesos? ¿Cómo fueron afectados los distintos ecosistemas durante su producción? Pudiéramos seguir expandiendo nuestro zoom cósmico y apreciar nuestra relación con la galaxia a la cual pertenecemos y las múltiples redes que hacen posible nuestra existencia.
Otros elementos que sostienen nuestros espacios comunes intangibles (cultura, significados compartidos etc.) incluyen los sistemas políticos, legales y económicos, instituciones y sistemas sociales. Estos a su vez se relacionan o se intersectan gracias a las redes de comunicación que nos permiten comunicarnos. El mundo en que vivimos hoy no sería posible sin la multiplicidad de medios y maneras que nos permiten intercambiar información. Repasando nuestra forma de vivir durante los últimos 20 años, no dejan de asombrar los cambios generados por la evolución de los medios, las redes telefónicas, los sistemas satelitales y el internet. Todo esto: ambiente, estructuras y sistemas constituye nuestro espacio colectivo exterior u objetivo así como nuestro cuerpo y conductas son la evidencia de nuestro ámbito personal interior.
Integrando las perspectivas como primer paso para una percepción holística.
Hasta ahora hemos considerado separadamente estas cuatro dimensiones: la individual interior (pensamientos y sentimientos) y su expresión exterior (cuerpo y conductas); la colectiva interior (cultura, significados compartidos) y su manifestación exterior (ambiente y estructuras). Sin embargo, estas dimensiones correspondientes a los cuatro cuadrantes coexisten simultáneamente, no las encontramos separadas ni independientemente unas de las otras, aunque tendemos a referirnos a ellas o a explorarlas una a la vez.
Prestar atención integral a lo que hacemos requiere que las consideremos todas al tratar de entender o explicar algo que nos sucede. Nuestras tendencias personales hacen que privilegiemos unas perspectivas sobre otras. El peligro es que nos olvidemos de lo que no estamos considerando y limitemos nuestra percepción y consideración de los hechos con mayor profundidad. Muchos conflictos o malentendidos personales, políticos, culturales, de trabajo y aún espirituales se evitarían si prestáramos atención a las perspectivas de estar en el mundo que tendemos ignorar.
Una aplicación de la Teoría Integral como un entrenamiento de cuerpo-mente-espíritu la encontramos en La Práctica Integral de Vida. Esta publicación en la cual participa Ken Wilber como co-autor está enfocado en la auto-conciencia, el crecimiento y la transformación dentro del desarrollo personal.
Allí se expone una excelente muestra de lo que no es integral, ejemplificando lo que sucede cuando creemos tener 100% razón, porque nos hemos concentrado sólo en la dimensión individual interior, es decir nuestros pensamientos y sentimientos. Refiriéndose a tendencias del pensamiento sociológico, los autores plantean cómo las posiciones extremas se ubican principalmente en una de esas perspectivas, asumiendo que su visión desde allí es la verdadera.
Tenemos así el siguiente resultado:
El Idealismo extremo – perspectiva personal interior – plantea que «La consciencia es LA realidad».
El Cientificismo extremo – perspectiva personal exterior – plantea que «La materia es LA realidad».
El Postmodernismo extremo – perspectiva colectiva interior – plantea que «El significado construido culturalmente es LA realidad».
El Enfoque de Sistemas extremo – perspectiva colectiva exterior – plantea que «La red cósmica de la vida es LA realidad».
Desde el enfoque integral, aún cuando reconoce y honra los conocimientos validados por expertos que han podido servir de base a estas posiciones extremas, se propone a cambio una visión inclusiva que permita integrar las verdades parciales que ciertamente se encuentran dentro de cada una de esas visiones extremas.
Dos prácticas integradoras
Como lo podemos evidenciar a través de este ejemplo de falacias absolutistas, los planteamientos de estas cuatro posiciones extremas tienen elementos válidos, sin embargo son parciales y limitadas al pretender ser utilizados como fuente única de construcción de la realidad. Todos tendemos a preferir un punto de vista, pero mientras más perspectivas tomemos en cuenta comprenderemos mejor los conflictos propios y los relacionados con otras personas o sobre temas diversos. Ahora, nos preguntamos ¿cómo podemos desarrollar esta capacidad que requeriríamos para considerar las situaciones desde todas las perspectivas a la vez o hacer el recorrido mental por ellas?
- Cuando queramos o necesitemos un “insight” sobre algo que nos esté pasando, desde una pelea con alguien cercano hasta un suceso mundial, los invito a practicar reflexionando sobre:
- Nuestras consideraciones interiores
y preguntarnos ¿Qué pienso, siento o valoro sobre…? - Acciones posibles a evaluar
y preguntarnos ¿Qué acción novedosa puedo hacer respecto a…? - Grupos involucrados en el asunto
y preguntarnos ¿Cómo puedo considerar la mayor cantidad de personas – relacionadas o que pueden ser afectadas por la situación – en los niveles más profundos? - Interconexiones con el medio
y preguntarnos ¿Cómo pueden los sistemas donde vivo afectar el rango de mis escogencias? y ¿cómo estas escogencias afectarán estos sistemas? - Si queremos mejorar nuestros hábitos de alimentación, podemos aplicar las perspectivas con este propósito. Consumimos lo que comemos por razones psicológicas, biológicas, culturales y sociales, áreas que están representadas en los 4 cuadrantes. Conviértanse en sus propios observadores para transformar sus conductas automáticas e inconscientes en unas de atención plena, más allá de seguir una dieta de moda o evitar algunos alimentos.
- Nuestras consideraciones interiores: la intención de comer con atención plena.
Preguntarnos ¿Cuáles son nuestras motivaciones para comer lo que comemos? Al comer con atención plena cultivamos distintas experiencias interiores, desde decidir qué comer, cómo preparar los alimentos u ordenarlos hasta saborearlos y digerirlos. Al permanecer atentos a sus efectos en nuestro cuerpo, iremos prefiriendo la cualidad antes que la cantidad en la experiencia de alimentarnos. - Acciones posibles a evaluar: comer los alimentos más nutritivos para nuestro cuerpo.
Preguntarnos en este contexto: ¿cuál será la mejor manera de alimentarme? Aunque la salud nutricional es altamente personal, sabemos de lineamientos comprobados como beneficiosos. Pero lo más importante es transformar nuestra relación con la comida como una oportunidad para el crecimiento continuo en inteligencia emocional y auto-consciencia. - Grupos involucrados en el asunto: comer satisfaciendo nuestras necesidades de conexión. Preguntarnos: ¿de dónde vino o cómo fue preparado lo que deseamos comer?, así como prestar atención a: ¿con quién estamos comiendo? Compartir la comida gratamente apreciando sus raíces es una de las maneras universales de crear espacios comunes significativos.
- Interconexiones con el medio: comer en forma sustentable.
Preguntarnos: ¿cuál es la historia oculta de las comidas y bebidas que normalmente consumo? Estar conscientes de su procedencia geográfica, métodos de producción, costos ambientales, etc. Cada vez que se consume algún producto, implícitamente se está apoyando su historia oculta. También es importante prestar atención al ambiente donde se consuma la comida. Compare que se siente al comer frente al televisor o en el carro con una comida tranquila con amigos o en soledad disfrutando de una música especial.
El propósito de ejercicios como éstos es asumir la vida como una totalidad de 360 grados y al estar atentos a las distintas perspectivas de los cuatro cuadrantes tendremos un mayor balance e inteligencia en nuestro desarrollo integral.
Como siempre, doy la bienvenida y agradezco los comentarios que deseen hacer acerca de éste y otros temas relacionados con el desarrollo personal escribiéndome a mi correo que encontrarán a través del link a mi página web.
Jeannette Díaz
Nota sobre la autora:
Jeannette Díaz es Doctora en Educación de la Universidad de Massachusetts, Amherst, Profesora Titular Jubilada de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Central de Venezuela. Durante sus 28 años como docente, Coordinadora Académica y Coordinadora de Investigación disfrutó siendo mentora y coach de estudiantes y profesores apoyándolos en el desarrollo de sus habilidades creativas y progreso en sus carreras docentes. Formalizó esta área de interés cursando estudios y obteniendo la Certificación como Integral Master Coach® de Integral Coaching Canada. Es miembro de la Federación Internacional de Coaches en el nivel Profesional (PCC). Actualmente trabaja como coach, ayudando a sus clientes en el logro de transiciones exitosas en el ámbito personal o profesional. Página web de Jeannette Díaz