El inspirador horizonte del desarrollo personal ofrece muchas vías para conocerse a sí mismo y por ende fluir mejor en las relaciones dentro de los distintos ámbitos de nuestra vida. La perspectiva integral nos permite saber más de nosotros o explorar algún asunto de nuestro interés, al enfocarnos desde: a) nuestra vida interna; b) nuestras conductas y funciones corporales observables; c) nuestras relaciones con los demás y d) las estructuras evidenciables que acogen nuestras relaciones.
A partir del mes de abril, con la publicación de La danza de relacionarnos iniciamos un ciclo dedicado a las relaciones como vía de crecimiento, incluyendo mi experiencia personal dentro del curso Relacionarse Auténticamente [Authentic Relating]. Después del primer taller de este curso, comentado en el artículo del mes pasado Las relaciones como vía de crecimiento, los participantes hemos sido alentados a reunirnos en persona o vía internet con los grupos formados para las experiencias de circling.
La agenda de nuestro pequeño grupo, aparte de seguir las pistas vivenciales de cada quien, está focalizada en las tareas acordadas para cada quien en la última sesión del taller. En mi caso, quedé en practicar diariamente pedir o solicitar algo a una persona. Esta acción comprende dos fases: estar claro en qué es lo que se desea en un momento dado y luego solicitarlo. Una de las razones por las cuales acordé esta práctica, fue porque dentro de la dinámica del grupo, ellos percibieron que yo estaba más dispuesta a dar que a recibir.
En este curso, nos motivan a practicar ser vulnerables y auténticos, conceptos que siento como abstracciones hasta que literalmente siento una punzada cuando debo reconocer que necesito pedir algo y me paralizo ante la idea. Quizás temo que me digan que no, pero quizás lo que más temo es reconocer que necesito del otro o que no tengo claro lo que realmente deseo.
¿Qué es ser auténtico?
La autenticidad es un término o concepto en boga que vemos añadido a cualquier capacidad humana denotando un nivel superior de la misma. Según el Diccionario de la Real Academia Española, auténtico puede significar:
- Acreditado como cierto y verdadero por los caracteres o requisitos que en ello concurren: es un Goya auténtico.
- Consecuente consigo mismo, que se muestra tal y como es: es una persona muy auténtica.
- Dicho de un bien o de una heredad: sujetos u obligados a alguna carga o gravamen.
- Certificación con que se testifica la identidad y verdad de algo.
- Copia autorizada de alguna orden, carta, etc.
Otro aspecto adicional incluido en las premisas de Relacionarse Auténticamente, coincide con lo que nos dice Brené Brown: Autenticidad no es algo que tenemos o no tenemos. Es una práctica. Según esto autenticidad es más un proceso que una cualidad y cuyo desarrollo nos permite sentirnos más a gusto en nuestra propia piel, con todo y sus imperfecciones.
¿Qué es ser vulnerable?
De acuerdo al Diccionario de la Real Academia Española significa: Que puede ser herido o recibir lesión, física o moralmente. El Diccionario Merriam-Webster añade: Abierto a ser atacado o dañado, por ejemplo ser Vulnerable a la crítica.
Brené Brown nos apunta que vulnerabilidad es tener el valor de estar presente y exponernos cuando no podemos tener control de los resultados. Vulnerabilidad no es debilidad; es nuestra mayor medida de coraje.
Autenticidad vs Vulnerabilidad
A través de las prácticas de Relacionarse Auténticamente, he podido evidenciar como estos dos conceptos psicológicos se retroalimentan entre sí. Cuando nos mostramos auténticamente, nos sentimos más seguros de nosotros mismos y gracias a esta seguridad interna crece nuestro coraje para exponernos a ser más vulnerables. A su vez, al permitirnos ser más vulnerables y salirnos de nuestra zona de confort, nos abrimos a nuevas experiencias que nos fortalecen psicológicamente. En artículos pasados comentamos los beneficios de exceder nuestros límites usuales para aumentar nuestra energía.
Complementando esta visión, la Profesora Amy Edmodson de la Universidad de Harvard en su charla TED plantea cuatro zonas personales en función de la seguridad psicológica y de la motivación o compromiso que sintamos en un momento dado. Este planteamiento amplía lo que estamos aprendiendo sobre Relaciones Auténticas para favorecer nuestra apertura a ser vulnerables y a mostrarnos auténticamente.
- Zona de aprendizaje. Es cuando nos sentimos seguros psicológicamente y a la vez tenemos un alto grado de motivación y compromiso. Estando allí nos atrevemos a tomar riesgos interpersonales o creativos. Estamos abiertos a ser vulnerables y a crecer como personas.
- Zona de confort. Es cuando percibimos un clima de apertura y nos sentimos seguros pero estamos poco motivados a participar o a comprometernos. Hemos aprendido a través de nuestro condicionamiento social que es preferible mostrarnos de acuerdo a las expectativas de otros y replegamos nuestro verdadero ser para evitar posibles discrepancias.
- Zona de apatía. Es cuando no nos sentimos seguros y tampoco estamos dispuestos o motivados a probar nuevas formas de relacionarnos. Posiblemente hemos entrado en un círculo vicioso de tener poca energía para intentar un cambio y al seguir dentro de esta situación la desesperanza nos arropa, aumentando nuestra inmovilidad para activarnos en otra dirección.
- Zona de ansiedad. Cuando estamos motivados y dispuestos a comprometernos pero sentimos que no es propicio/seguro el ambiente donde nos movemos para tomar riesgos. Con frecuencia la ansiedad en realidad está enmascarando nuestro propio miedo al cambio y las posibles consecuencias de experimentar o perturbar las condiciones donde estamos.
Práctica para recuperar la sintonía con el otro.
Una de las habilidades que nos permiten conectarnos auténticamente a otros es poder revelar nuestras experiencias – tal como las sentimos – incluyendo aquellas percepciones que nos hacen sentir imperfectos de alguna manera. Creemos que al ponernos diferentes máscaras seremos más aceptados, apreciados y amados. Lo que sucede es exactamente lo contrario, porque inevitablemente esa capa aisladora nos separa del otro y perdemos la sintonía en nuestra comunicación. Decimos palabras u organizamos buenos argumentos, pero perdemos el alma de la comunicación, perdemos el hilo empático que nos conecta con el otro. Sin embargo, cuando nos mostramos tal como somos y abrimos nuestro corazón a los demás sin querer controlarlos generamos una conexión que se reconoce como verdadera, activándose sentimientos de confianza, empatía y calor humanos: recuperamos la sintonía.
Esta práctica es mejor iniciarla con personas con las cuales nos sintamos seguros de su aprecio o estima y motivados por situaciones de nuestro interés, sin llegar a ser críticas. A medida que la practiquemos se nos hará más fácil y podremos aplicarla en situaciones que consideremos más delicadas de manejar. Es útil hacerla cuando nos sintamos incómodos, sin poder precisar por qué hemos perdido la fluidez de la conexión/comunicación con una persona apreciada.
- Prepararse para conectarse auténticamente.
Para ello, busquen un lugar tranquilo que les permita tener un momento de serenidad. Cierren los ojos y respiren naturalmente varias veces. Hagan un recorrido por su cuerpo, explorando cómo se sienten. Véanse lo más compasivamente posible, sin criticarse para saber realmente lo que está sucediendo dentro de ustedes. Rememorar qué fue lo que sucedió sin evaluar o juzgar.
- Invitación al otro.
Es importante ser sinceros en la invitación y que esta se produzca desde la apreciación por el otro. Pudieran decir: ¿amiga, estarías disponible para hablar ahora? He reflexionado sobre lo que pasó hace un rato y quiero proponerte un ejercicio para recuperar la sintonía que perdimos. Sólo nos tomará 10 minutos. Cuando acuerden hacerlo, buscar un sitio tranquilo donde no sean interrumpidos y tener un cronómetro a la mano o un celular que tenga esa aplicación.
- Conversación para relacionarnos.
.- Sentarse frente a frente y cerrar los ojos por un momento respirando naturalmente tres veces. Abrir los ojos y mirarse un tiempo antes de empezar a hablar.
.- Cada persona hablará por dos minutos a la vez expresando lo que le sucede en el momento. Empezar tomando nota de sus sensaciones corporales para luego contactar sus emociones o sentimientos presentes. Concentrarse en su propia experiencia, sin referirse a las ideas, sensaciones o emociones que le surgieron anteriormente o a lo que observó en el otro. Abstenerse de analizar, tratar de explicar o anticipar posibles implicaciones de lo sucedido. La intención y foco del ejercicio es estar presente con lo que está sucediendo mental, corporal y emocionalmente en cada uno por dos minutos.
.- La otra persona debe concentrarse en escuchar a la que habla – sin ningún tipo de juicio. Asumir la máxima receptividad y curiosidad por conocer lo que está sucediendo en el mundo interior de la otra persona.
.- Cuando la primera persona termine, se alternarán los roles. Hacer una segunda ronda de dos minutos cada uno. Prestar atención a lo que le está sucediendo al otro, asumiendo una actitud de apertura y aceptación por lo que el otro exprese.
.- Al terminar la segunda ronda, mirarse de nuevo a los ojos en silencio por un minuto agradeciendo internamente haber podido conectarse auténticamente.
.- Agradecerse mutuamente la sesión y continuar fluyendo con la vida.
Espero que este ejercicio puedan practicarlo cuando lo necesiten y me reporten sus experiencias por el correo de mi página web.
Jeannette Díaz
Nota sobre la autora:
Jeannette Díaz es Doctora en Educación de la Universidad de Massachusetts, Amherst, Profesora Titular Jubilada de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Central de Venezuela. Durante sus 28 años como docente, Coordinadora Académica y Coordinadora de Investigación disfrutó siendo mentora y coach de estudiantes y profesores apoyándolos en el desarrollo de sus habilidades creativas y progreso en sus carreras docentes. Formalizó esta área de interés cursando estudios y obteniendo la Certificación como Integral Master Coach® de Integral Coaching Canada. Es miembro de la Federación Internacional de Coaches en el nivel Profesional (PCC). Actualmente trabaja como coach, ayudando a sus clientes en el logro de transiciones exitosas en el ámbito personal o profesional. Página web de Jeannette Díaz