De nuevo, al iniciar este 2023 y explorar posibilidades para animarnos la vida, me invade la incertidumbre impidiéndome ver con claridad el camino a seguir. En estos momentos, pareciera que atravieso una nueva transición multicausal, así que he decidido concentrar mis energías y la buena voluntad de mis lectores para revisar de nuevo este tópico y obtener luces al respecto.
La transición es un tema que hemos explorado desde distintos ángulos, en varios artículos publicados en Mirador Salud. Este interés lo expuse inicialmente en la edición de junio 2014 con “Transiciones personales: ¿cómo fluir con ellas?”. Allí incluí el modelo de transición de William Bridges y les hice una serie de sugerencias al complementar las fases de este modelo con aspectos del Coaching Integral.
Un año después les brindé un artículo sobre las sendas no recorridas al encontrar encrucijadas en nuestro camino. Consideré pertinente presentarles a dos maestros que considero importantes referencias psicológicas. Por una parte, el analista junguiano Robert A. Johnson quien nos apremia a explorar la vida no vivida en su libro «Living our unlived life» [Vivir tu vida no vivida – Versión español] y el psicoanalista Piero Ferrucci autor de «What We May Be: Techniques for Psychological and Spiritual Growth Through Psychosynthesis» [Psicosíntesis – Versión español].
Más adelante compartí reflexiones sobre la dificultad de realizar cambios personales voluntarios, tomando como base una experiencia personal. En otro artículo sobre la incertidumbre, transición y cambio, me pareció interesante revisitar el modelo de William Bridges y complementarlo con el enfoque más reciente de Bill Burnett y Dave Evans planteado cómo re-encuadre generativo.
Siempre creo que cuando un evento, libro, situación nos llama la atención y que pareciera algo fortuito que no hemos buscado, es una invitación de nuestro inconsciente para que tomemos en cuenta aspectos que hemos ignorado respecto a la situación que estamos viviendo. Este proceso se facilita al dejar la puerta abierta de nuestra mente, cuando estamos presentes en nuestro hacer. Después de haber explorado y aplicado teorías y prácticas diversas en distintos momentos personales de transición o con clientes de coaching descubrí así un nuevo autor que me develaba una nueva arista sobre este tema.
Esto me sucedió recientemente cuando vi el libro “Life is in the transitions” [La vida en transiciones – Versión español] por Bruce Feiler. Antes que todo quiero destacar que la traducción al español del título no refleja la fuerza del título original “La vida está en las transiciones”.
Encontré que muchas de sus recomendaciones ya las había incluido en prácticas de artículos publicados en Mirador Salud. Aunque detecté algunos planteamientos a contracorriente de lo planteado por algunos investigadores sobre el tema, debo reconocer que también este autor incluyó puntos interesantes que deseo compartir a continuación.
Feiler se propuso investigar los eventos disruptivos de personas, en distintas etapas de su vida, con diversas ocupaciones y viviendo a lo largo y ancho de Estados Unidos. Durante tres años estuvo recopilando historias sobre el impacto de los distintos tipos de los eventos que obligaban a un cambio de curso en sus vidas. Las conclusiones de Feiler, aunque limitadas a la población estadounidense, nos brindan un panorama interesante de este fenómeno humano.
Los eventos o situaciones compartidas por el grupo investigado se agruparon en cinco categorías: amor (casarse, divorciarse, niños, muertes, cuidado parientes, violencia doméstica etc.), creencias (inicio/final estudios, despertar político/social/religioso, cambio de religión/espiritualidad, evento colectivo, etc.), identidad (cambios en situación de vida, mudanza entre países, cambio prácticas sexuales, cambio identidad de género, humillación pública, prisión, etc.), trabajo (cambio responsabilidad trabajo, cambio trabajo, perder/renunciar trabajo, cambiar carreras, reconocimientos, retiros, etc.), cuerpo (accidentes, enfermedad crónica, adicciones, recuperación adicciones, problemas peso, cambio hábitos personales salud, etc.).
También utilizó una matriz para clasificar estos eventos, determinando el factor dominante entre eventos personales o colectivos; voluntarios o involuntarios. El mayor porcentaje obtenido (49%) fueron aquellos motivados por eventos personales involuntarios, luego el 38% por eventos personales voluntarios, el 8% correspondió a eventos involuntarios colectivos, como desastres naturales o económicos y por último el 5% fueron ocasionados por situaciones voluntarias colectivas.
Según Feiler, en promedio durante nuestras vidas podemos ser impactados por 36 de estos sucesos disruptivos, aunque solo uno de cada 10 tiene la fuerza de una conmoción mayor. Estos terremotos vivenciales generan un cambio masivo en la persona, incluyendo períodos de disturbio, transición y renovación. En su vida las personas pueden ser afectadas por 3 a 5 de estos eventos mayores, continuando su efecto por alrededor de 5 años cada vez. Me llamó la atención que estos estimados nos indican que pasamos casi la mitad de nuestra vida en transición.
Las conclusiones de este estudio motivaron a Feiler a acuñar un nuevo término para denominar estos eventos: lifequakes, cambiando la primera sílaba de earthquake (terremoto-conmoción de la tierra) por life, configurando así el término de lifequake o conmoción de la vida.
Reafirmó lo que ya otros investigadores habían planteado sobre la gran carga emocional que conllevan estos tiempos de transiciones vitales. Los participantes de la investigación de Feiler declararon que sus emociones predominantes durante las transiciones vividas fueron: miedo (27%), tristeza (19%), vergüenza (15%), culpa (13%), rabia (11%) y aislamiento emocional (5%).
Creo que una de las conclusiones importantes de este estudio de Feiler es ubicar estas transiciones en el contexto de nuestra historia de vida y nos motiva a valorarlas haciendo un ejercicio autobiográfico de construcción de significado. Estos eventos constituyen ocasiones apropiadas para revisar y reconstruir nuestras historias de vida, añadiendo nuevos capítulos y aportando así nuevos significados. Según este autor, estas particulares conmociones debemos tomarlas como períodos de sanación de las partes heridas de nuestro ser en esa historia, recordando que todos necesitamos convertirnos en los héroes o heroínas de nuestra propia historia.
Deseo cerrar este artículo invitándolos a realizar un ejercicio para reconstruir una nueva historia de vida a partir de nuestras transiciones.
- Escojan un tiempo y lugar donde puedan estar tranquilos por media hora aproximadamente. Tengan a mano un diario o cuaderno especial con algo para escribir o dibujar.
- Tomen asiento de la manera que sea más cómoda para ustedes. Cierren los ojos y respiren lentamente recorriendo su cuerpo. Observen su respiración sin forzar el ritmo natural. Recorran su cuerpo atentamente y a medida que lo hagan vayan relajando las distintas partes, empezando por la cabeza hasta los pies.
- Al hacer el recorrido por su cuerpo, si detectaron tensión en alguna parte (hombros, cuello etc.) retornar a ese punto y respirar para aflojarlo con movimientos suaves al exhalar.
- Ahora con los ojos cerrados visualicen su vida como si fuera una película. Deténganse un momento observando la cinta donde se puedan ver en retrospectiva.
- ¿Cuáles son los momentos más significativos, transiciones o impactos que los hayan hecho cambiar el curso o ruta planeada? Incluyan tanto decisiones personales como eventos externos.
- Tómense ahora unos momentos para trazar su línea de vida y anotar esos impactos, transiciones, encrucijadas que les han moldeado su vida hasta ahora.
- Esa película tendrá otro capítulo. ¡Viaje al futuro!
- Disfruten ahora creando tres escenarios posibles (créditos para Burnett y Evans):
a) ¿Cómo se imaginan que sería su vida si por los próximos cinco años se mantiene
igual con lo mejor que disfrutan ahora?
b) ¿Qué harían si lo que ustedes hacen literalmente desaparece? Consecuencia de desastres u otros.
c) Carta blanca creativa: Si el dinero u otras consideraciones no existieran, qué harían. - Recuerden que están escribiendo un nuevo capítulo de la película de su vida. Pueden darse toda la libertad para crearlo. Además, si lo desean pueden reinterpretar los sucesos que los impactaron…recuerden es SU película y ustedes son sus héroes o heroínas.
- Ahora teniendo esos escenarios posibles frente a ustedes ¿Cuál de ellos les despierta curiosidad? ¿Por cuál se sienten atraídos y por qué?
Espero que hayan disfrutado este ejercicio y que al elaborar aún más el escenario que les llamó la atención, encontrarán semillas de nuevos cambios que desean hacer en sus vidas. Tomen conciencia de que las pequeñas decisiones, si están motivadas por la energía creativa de la curiosidad, pueden convertirse en nuevos proyectos que les alegren y llenen la vida de significado.
Siempre agradecida por su lectura y a la orden por mi página web para comentarios y sugerencias.
Jeannette Díaz
Fotografía: Sonu-agvan-ozDlamVjnO de Unsplash
Nota sobre la autora:
Jeannette Díaz es Doctora en Educación de la Universidad de Massachusetts, Amherst, Profesora Titular Jubilada de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Central de Venezuela. Durante sus 28 años como docente, Coordinadora Académica y Coordinadora de Investigación disfrutó siendo mentora y coach de estudiantes y profesores apoyándolos en el desarrollo de sus habilidades creativas y progreso en sus carreras docentes. Formalizó esta área de interés cursando estudios y obteniendo la Certificación como Integral Master Coach® de Integral Coaching Canada. Es miembro de la Federación Internacional de Coaches en el nivel Profesional (PCC). Actualmente trabaja como coach, ayudando a profesionales creativos, arquitectos y emprendedores a cerrar la brecha entre sus expectativas y logros alcanzados. Página web de Jeannette Díaz.