El pasado 12 de abril, se cumplieron 60 años del anuncio sobre la vacuna de polio de Jonas Salk, cuando Thomas Francis desde la Universidad de Michigan dijo: “la vacuna funciona, es segura, efectiva y potente”. Francis fue el epidemiólogo responsable del estudio, uno de los más grandes y el primero a gran escala. Ese día la gente salió a las calles a celebrar, feliz y aliviada ante la probable desaparición de la enfermedad. Los resultados fueron presentados ante una nutrida audiencia de investigadores, médicos y medios de comunicación. Peter Salk, hijo del afamado científico y presidente de la “Jonas Salk Legacy Foundation”, comentó en este aniversario: “El efecto predominante de este anuncio fue eliminar el miedo. Fue visto como un verdadero milagro y una bendición».
La vacuna de la polio fue desarrollada en la Universidad de Pisttburgh, en Pensilvania (Estados Unidos), por el Dr. Jonas Salk, coautor, junto con su mentor Thomas Francis, de la primera vacuna contra la influenza.
Era la década de los años 50, el mundo estaba sometido a la amenaza de la poliomielitis, una enfermedad tremendamente discapacitante, y cada verano la gente se aterraba con la llegada del virus que causaba más de 20.000 casos anualmente. El año de 1952 fue el más atroz cuando la epidemia alcanzó 52.000 casos, 20.000 paralizados y 3.000 muertes. Cualquier persona podía ser afectada, pero de una manera particular la adquirían los niños con lo que el peligro anunciado impedía que se bañaran en piscinas o asistieran a actividades públicas como ir al cine.
La poliomielitis es calificada como la enfermedad más terrible del siglo XX, la cual tomó mucha notoriedad no solamente por el terror que ocasionaba sino también debido a que el presidente Franklin D. Roosevelt, enfermo de polio, fue un personaje público muy sensibilizado que hizo mucho por la enfermedad al fundar The National Foundation for Infantile Paralysis, organización que posteriormente se transformó en la fundación “March of Dimes” para recolectar fondos de centavo en centavo con el fin de sufragar la investigación de la poliomielitis. Es de notar, sin embargo, que solamente existan dos fotos del presidente en silla de ruedas debido a que se cuidaba mucho de aparecer en público como un discapacitado. Precisamente, ese 12 de abril de 1955 se cumplían 10 años de su muerte. A los pocos días del anuncio, Salk fue condecorado por el presidente Eisenhower.
El virus de la polio es muy contagioso, se trasmite por la vía fecal-oral o a través de agua o alimentos contaminados ya que tiene predilección por el sistema gastrointestinal, pero en el 1% de los infectados pasa al sistema nervioso central done destruye las neuronas motoras, causando flacidez y parálisis muscular que puede terminar en la muerte al impedir la respiración a causa de la inmovilización del diafragma. De allí, que la utilización del pulmón de acero se convirtió en algo común en aquella época. Pero el virus no se detiene, sino que en la segunda mitad de la vida, de una manera inclemente termina de destruir las células nerviosas originalmente afectadas causando un retroceso en las habilidades motoras del enfermo, como sería la necesidad de una silla de ruedas cuando esa persona había sin más utilizado muletas en su juventud.
Jonas Salk, el héroe de esta historia, pensaba que se debía utilizar un virus muerto o inactivado en el desarrollo de la vacuna de polio, basado en su experiencia con la vacuna de influenza. Así nació la primera vacuna viral inactivada (IPV). Esta estrategia es distinta a la que recurrió posteriormente Albert Sabin con la vacuna oral de polio (OPV), donde empleó un virus vivo pero atenuado.
Salk comenzó aislando y creciendo los 3 tipos de virus del polio gracias a la técnica de cultivo creada por Enders, Weller y Robbins, ganadores del premio Nobel en 1954, y al proceso de tripsinización, necesario para el crecimiento viral a gran escala. La tripsinización fue incorporada en el desarrollo de la vacuna por Julius Youngner, amén de participar en el proceso de inactivación del virus sin su destrucción y de desarrollar un método colorimétrico para identificar los virus vivos en las preparaciones, todos aspectos cruciales en la preparación de la vacuna IPV. Youngner, investigador brillante y profesor Eméritus de la Universidad de Pisttburgh, es menos conocido que Salk pero tiene una carrera altamente productiva y meritoria porque, además, fue quien popularizó la tripsinización, un best seller en la ciencia. Fue el único sobreviviente que participó en un simposio organizado para celebrar los 50 años de la vacuna y todavía hoy concede entrevistas en torno al tema.
Una vez demostrada la eficacia de la vacuna en estudios pequeños, después de su evaluación primero en animales, se necesitaba realizar un estudio clínico gran escala y realizado por un investigador independiente para demostrar al público que la vacuna era inocua y efectiva. Francis fue el escogido y la organización privada “March of Dimes” fue quien financió este gran esfuerzo clínico amén de haber financiado también la investigación de Salk. En el estudio fase III participaron 1.829.916 niños en Estados Unidos, Canadá y Finlandia. Fue muy complejo, doble ciego, el primero en su diseño y llamado por muchos como “el más grande experimento en salud pública nunca realizado”. En Estados Unidos, se escogieron los niños cursantes de los primeros tres grados de la escuela primaria que fueron agrupados en dos tipos de estudio: uno doble ciego y el otro abierto, en el cual los niños de segundo recibieron la vacuna y fueron comparados, mediante observación rigurosa, con niños de primero y tercer grado que no hubieran sido vacunados. Los niños del estudio se conocieron como “los pioneros de la polio”.
El estudio que comenzó el 24 de abril de 1954 reveló, un año después, una eficacia entre de 80%-90% contra los casos de parálisis. Fue un ejemplo donde la ciencia, la asistencia médica y una sociedad organizada transitaron de la mano para servir a una misma causa: la lucha contra la poliomielitis, una enfermedad olvidada en los tiempos actuales gracias a la aplicación masiva de ambas vacunas (IPV y OPV).
Debido a la presión de la opinión pública para el momento, el mismo día del anuncio, el gobierno federal otorgó la licencia para su comercialización, algo sin precedente e impensable en nuestros días, a seis compañías: Eli Lilly, Parke-Davis, Pitman-Moore, Wyeth Laboratories y Cutter Laboratories, el protagonista del mayor desastre en la industria farmacéutica a causa de la contaminación con el virus vivo de varios lotes de dosis que causó la enfermedad en 70.000 personas, parálisis en 204 y la muerte en 10. Esto se debió a la presión y premura del proceso para implementar la vacunación que presentó fallas en la producción y el control de calidad de la vacuna por los entes reguladores, que se evidenciaron en la compañía de poca experiencia llamada Cutter Laboratories y dieron lugar a modificaciones en las técnicas de la fabricación y en las normas de regulación. Esta tragedia dio origen a la creación del programa de vigilancia de efectos adversos conducido por los Centros para el Control de las Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) que hasta hoy funciona. Este suceso, conocido como el Incidente Cutter, fue rápidamente solventado y no afectó la confianza en la vacuna. En tan solo 5 años y vacunando únicamente al 45% de la población, la vacuna redujo los casos en 90% en los Estados Unidos.
En la actualidad, el virus ha sido erradicado en un 99% y solamente es endémico en 3 países: Nigeria que no ha presentado casos desde noviembre de 2014, Pakistán con 32 y Afganistán con 2, ocurridos en 2015. No obstante, para llegar a la meta final o la erradicación de la polio en el mundo, se tiene que cambiar la estrategia de la utilización de la vacuna de Sabin (OPV) a la IPV, como se ha venido haciendo. Cuando salió al mercado la OPV, sustituyó a la IPV en la mayor parte del mundo por ser más económica y porque al ser oral inducía inmunidad en los no vacunados. Ahora, la vacuna IPV debe regresar al ruedo, para evitar la transmisión del polio inducido por la OPV a una ínfima escala pero ahora importante cuando estamos muy cerca de eliminar el virus.
La vacuna IPV, utilizada fundamentalmente en los Estados Unidos y Europa, será incluida en el calendario de inmunizaciones de 120 países con el apoyo de la Iniciativa Mundial para la Erradicación de la polio (GPEI, por sus siglas en inglés), la Alianza Internacional de Vacuna GAVI y Sanofi Pasteur, el mayor fabricante de vacunas contra la polio. Según Oliver Charmeil, director general de Sanofi Pasteur, “La introducción de la IPV por parte de 120 países marca el comienzo del último capítulo de la lucha contra la polio”. Este es un ejemplo de la evolución del conocimiento científico donde nada es estático.
La Universidad de Pittsburg también celebró este aniversario con una película “The shot felt’round the world” – “Un disparo sentido en todo el mundo” – mostrada el domingo 12 abril, a las 7pm, en la universidad. La película tiene su origen en un tráiler que muestra: el horror de aquel momento, al amado presidente Roosevelt quien inspiró a toda una nación, a Salk y su equipo, a los pulmones de acero y a los héroes ocultos de esta hazaña, entre ellos Julios Youngner, James Sarkett y Ron Flynn, enfermos de polio y voluntarios de los estudios, así como a las enfermeras y personal médico que atendían a los enfermos.
Hoy, 6 décadas después, la ciencia ha avanzado mucho y debe celebrar el gran legado de este hito científico en nuestra historia.
¡Reseñar la historia ayuda al presente y nos dignifica como humanidad!
Irene Pérez Schael
Un Comentario
Dra. Marisol Escalona
Excelente articulo estimada Dra. Irene. Como siempre nos tiene acostumbrados.
Un abrazo..