Escribir sobre José Esparza me honra y es, a la vez, un privilegio. Son muchos años de amistad con José. Es un personaje excepcional, brillante, sencillo y generoso con su trabajo. En esta ocasión, celebramos su designación como Presidente de la Red Mundial de Virus (Global Virus Network, USA). Estamos seguros que lo hará muy bien, dada su experiencia, amor por la virología, relaciones con la ciencia y la industria, así como sus vínculos con los Organismos Internacionales de salud pública, las ONG y los benefactores de la salud mundial y, finalmente, dado su compromiso con la salud y, especialmente con las vacunas.
Anterior a este cargo, José trabajó en la Fundación de Bill & Melinda Gates, en el Programa de las Naciones Unidas de VIH/SIDA (ONUSIDA) y en la Organización Mundial de la Salud (OMS). También ha sido asesor de la Industria Farmacéutica y actualmente es Profesor Adjunto, en el Instituto de Virología Humana de la Escuela de Medicina de la Universidad de Maryland. En 1974, al regreso a su tierra natal, después de concluir su doctorado en Virología y Biología Celular en Baylor College of Medicine (Texas, USA), se reincorpora al Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC), donde había trabajado como estudiante graduado. Allí identificó por primera vez en Venezuela el rotavirus, en 1975, a los dos años de su descubrimiento; también trabajó en la patogénesis del virus de la Encefalitis Equina. Del IVIC parte a la División de Enfermedades Transmisibles de la OMS en Ginebra, en 1986. Ver su biografía.
José Esparza, médico zuliano, tiene extraordinarias afinidades relacionadas con su quehacer científico que lo revelan como un ser humano de múltiples dimensiones. Entre ellas está el coleccionar monedas que rememoran momentos históricos de las vacunas, o ser un lector incansable; más aun, en su biblioteca se descubren libros muy valiosos, entre muchos, como el original de “The life of Edward Jenner” en sus dos volúmenes, que escribiera John Baron en 1838 o un ejemplar de la traducción que hizo Francisco Xavier de Balmis del “Tratado de Moreau de la Sarthe” sobre la aplicación, conservación y propagación de la vacuna de la viruela, con el fin de distribuirlo en América, durante la travesía de la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna, comandada por el mismo Balmis, que trajo la vacuna a este continente en 1803. Otro ejemplo, fue la búsqueda de sus orígenes desde los momentos independentistas en Venezuela hasta tiempos anteriores en España. Igualmente, también cultiva su amor por la historia de las vacunas y epidemias, temas tratados en variadas e interesantes publicaciones de su autoría.
Esparza tiene una visión muy particular y amplia de la ciencia. El ha trabajado el concepto de Big Science (“Ciencia Grande”) en la aplicación de nuevos modelos de investigación diseñados para enfrentar las complejidades, cada vez mayores, de la ciencia biomédica, que incluyen la colaboración a gran escala de científicos con enfoques globales y las agencias gubernamentales que proveen el apoyo financiero. Es decir, evitar el aislamiento y fomentar la colaboración para encontrar soluciones a los problemas globales de salud, como muy bien lo expuso en su artículo “The discovery value of “Big Science”. En este orden de ideas, él impulsó y fue el primer Presidente del Comité Directivo de la Empresa Global para el Desarrollo de una Vacuna contra el SIDA, conocido como el “Global HIV Vaccine Enterprise”, creada en 2003.
Esta empresa tiene como fin acelerar el desarrollo de una vacuna contra el VIH, objetivo principal de la carrera científica de Esparza. A los dos años de su creación, fue publicado el primer plan científico y estratégico, según nos relata José en su artículo “A brief history of the global effort to develop a preventive HIV vaccine”. En sus inicios, la secretaría de esta organización funcionó en la sede de la Fundación de Bill & Melinda Gates y en el 2008 se estableció en Nueva York. Dos consecuencias directas de esta iniciativa fue la creación del Centro de Inmunología de la vacuna VIH-SIDA (CHAVI, por sus siglas en inglés) apoyado por los Institutos Nacionales de Salud (NIH, por sus siglas en inglés) que abarca la integración de varias universidades y centros de investigación y el programa “Colaboración para el descubrimiento de la vacuna contra el Sida (CAVD, por sus siglas en inglés) creado por la Fundación con el apoyo de la Global HIV Vaccine Enterprise. Ambas iniciativas continúan funcionando.
Sin embargo, en ese artículo de 2013, Esparza señala que ante los poco alentadores resultados de las vacunas para el VIH, la Global HIV Vaccine Enterprise necesita ser revitalizada. Añade: “Hoy más que nunca, necesitamos de un esfuerzo global bien coordinado, con la mente abierta para re-examinar las oportunidades y retos científicos. Debemos estar listos para explorar nuevas vías de investigación y traer nuevos colaboradores y mentes jóvenes a la búsqueda de una vacuna contra el SIDA”. Esta manera de pensar catalizará el éxito en su nueva encomienda.
Cuando Esparza escribió el artículo no era tan popular el concepto de “Ciencia Grande”; sin embargo, mucho se habla del mismo ahora. Pienso que ha sido más fácil poner en práctica este enfoque en otras áreas de la ciencia que en el campo biomédico, aunque el Proyecto Genoma es una muestra de ello. Por ejemplo, físicos, ingenieros, expertos en ciencia computacional y áreas afines ya se comprometieron con esta visión. Un caso, es el CERN (Organización Europea para la Investigación Nuclear), que aunque es de vieja data, han aumentado a 21 el número de países miembros así como las especialidades de sus científicos que originalmente eran solamente físicos. Ellos crearon el World Wide Web que pone a la disposición de los científicos datos experimentales valiosísimos. La confirmación de la existencia del Bosón de Higgs es la concreción de la Ciencia Grande. El más reciente éxito de esta “Ciencia Grande” es la comprobación de las ondas gravitacionales, a 100 años de la predicción de Einstein, por LIGO, un grupo de más de mil científicos encauzados a investigar las ondas gravitacionales.
Regresando a Esparza, un visionario, se le presenta una nueva oportunidad con este nuevo cargo. En su primera carta como presidente de la Red Mundial de Virus GVN (GVN, por sus siglas en inglés) señaló: “La Red Mundial de Virus tiene un papel importante que desempeñar en nuestra preparación y respuesta a las amenazas virales emergentes, especialmente en los aspectos relacionados con la investigación y desarrollo. Obviamente, me estoy refiriendo a los científicos que trabajan en los más de 30 Centros de Excelencia afiliados a GVN.” “Como nuevo Presidente de la GVN, me pondré en contacto con nuestros científicos para buscar su consejo y apoyo. Soy un firme creyente que los problemas complejos, como los que vamos a enfrentar en nuestra guerra contra las pandemias de enfermedades virales, necesitarán de una extensiva colaboración”. “Cuento con todos ustedes para hacer que la visión de GVN de un mundo preparado para responder las amenazas emergentes virales, sea una realidad.”
Venezuela celebró su nombramiento. Resaltan su bonhomía, o la sencillez unida a su bondad, en el artículo de Linda D’Ambrosio en El Universal, quien aplaude este nuevo reto. De su sencillez habla su rápida respuesta a todos los correos que recibe sin discriminar el remitente. El alumno y ahora investigador Juan Ernesto Ludert comenta lo siguiente: “José quiere hacer del GVN una red verdaderamente global, en donde participen activamente laboratorios de virología de excelencia, pero ubicados fuera de los centros clásicos de poder, precisamente en aquellas regiones más afectadas por muchas de las emergencias virales recientes”.
Felicitaciones José en compañía de tu esposa Carmen, hija Susana, yerno y de tu nieto Michael.
Irene Pérez Schael
Nota: Juan Ernesto Ludert León, doctor en Microbiología, trabaja en dengue, en el Departamento de Infectómica y Patogénesis Molecular del Cinvestav en Ciudad de México.