Las mujeres que presentan síntomas severos de un a condición conocida como trastorno de estrés postraumático (TEPT) tienen un mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, en comparación con las mujeres que no padecen esta afección.
Así lo señala un estudio publicado en la prestigiosa revista JAMA Psychiatry, el 07 de enero de 2015 y realizado por un equipo de investigadores de la Escuela Mailman de Salud Pública de la Universidad de Columbia y la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard.
El objetivo de los autores fue analizar la asociación entre el trastorno de estrés postraumático (TEPT) y la incidencia de diabetes tipo 2 en una muestra de población civil de mujeres.
Los investigadores analizaron los datos de las encuestas recogidas entre 1989 y 2011 de 49.739 mujeres entre 24 y 42 años, al comienzo de la investigación, que participaron en el Nurses Health Study II. Los autores evaluaron, durante 22 años, datos como el índice de masa corporal (IMC), tabaquismo, exposición a situaciones que producían trauma emocional, síntomas de trastorno de estrés postraumático (TEPT) y diabetes tipo 2.
Los investigadores encontraron que las mujeres que reportaron síntomas de estrés postraumático eran más propensas a desarrollar diabetes tipo 2, sin embargo, observaron que el riesgo de presentar esta afección metabólica aumentaba en la medida en que se incrementaban el número y la gravedad de los síntomas de TEPT.
Solo 4% de las participantes presentaron las manifestaciones más severas del trastorno de estrés postraumático.
A los 60 años, casi el 12% de las mujeres que reportaron el mayor número y severidad de síntomas de TEPT desarrolló diabetes tipo 2, mientras que, aproximadamente, el 6% de las participantes, que no tenían manifestaciones de TEPT, presentaron, igualmente, diabetes tipo 2, pero asociada a otros factores como sobrepeso, obesidad y vida sedentaria.
En otras palabras, las mujeres que reportaron más síntomas de TEPT presentaron el doble de riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, en comparación con aquellas participantes que no padecían el trastorno de estrés postraumático.
Uno de los hallazgos más sorprendentes del estudio que nos ocupa fue que casi la mitad del aumento del riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 fue atribuible al uso de antidepresivos (34%) y al sobrepeso y la obesidad (14%).
Los factores que incidieron en la otra mitad del aumento de riesgo de presentar diabetes tipo 2 no pudieron ser dilucidados.
El peso del estrés postraumático
Estudios previos han vinculado el TEPT con un índice de masa corporal (IMC) elevado.
Una de las explicaciones es la activación excesiva de las hormonas del estrés (cortisol y adrenalina). El trastorno de estrés postraumático puede ocasionar alteraciones en el funcionamiento del eje hipotálamo-pituitario-adrenal y el sistema nervioso simpático, cada uno de los cuales están involucrados en la regulación de una amplia gama de procesos relacionados con el metabolismo, que inciden en el IMC.
Igualmente, los patrones de comportamiento poco saludables que pueden utilizarse para hacerle frente al estrés podrían contribuir con el aumento de peso. Las mujeres con síntomas de TEPT suelen presentar, con frecuencia, antojos de comida altamente calórica y preferencia por los alimentos procesados, además de una tendencia marcada a llevar una vida sedentaria, realizar poca actividad física programada, todo lo cual podría conducir al desarrollo de sobrepeso y obesidad.
Sin embargo, los autores señalaron que “la obesidad explica solo un parte del aumento del riesgo de diabetes tipo 2 en estas mujeres”.
Por otra parte, el estrés extremo causa cambios en la regulación del sistema inmunológico y los marcadores de inflamación, lo cual también podría contribuir con el desarrollo de la resistencia a la insulina y diabetes tipo 2.
Uno de los hallazgos inesperados fue que el uso de algunos medicamentos antidepresivos se asociaba al aumento del riesgo de diabetes tipo 2. Ninguna investigación previa había observado esta relación. Una explicación obvia para entender esta asociación es que algunos de estos medicamentos causan aumento de peso, pero los investigadores sostienen que no todos los antidepresivos tienen ese efecto y, por lo tanto, sugieren la necesidad de realizar futuras investigaciones, para dilucidar su efecto en el desarrollo de la diabetes tipo 2.
TEPT, una amenaza para salud mental y física
El trastorno de estrés postraumático (TEPT), denominado en tiempos pasados neurosis de guerra o síndrome de fatiga de batalla, es una condición grave que puede desarrollarse después de que una persona ha experimentado o presenciado un acontecimiento excepcionalmente amenazante, traumático, aterrador o catastrófico como el hecho de haber sido víctima de una violación, abuso sexual o físico, la muerte inesperada de un ser querido, un accidente, las vivencias de la guerra o algún desastre natural. Las familias de las víctimas también pueden desarrollar TEPT, así como el personal que atiende las emergencias y los equipos de rescate.
La mayoría de las personas que experimentan un evento traumático pueden presentar reacciones que incluyen: shock, ira, nerviosismo, miedo, e incluso culpa. Estas reacciones son comunes y, para la mayoría de la gente, desaparecen con el tiempo. Sin embargo, los individuos que padecen el trastorno de estrés postraumático presentan una serie de síntomas que persisten e incluso aumentan a medida que transcurre el tiempo y estas reacciones pueden ser tan intensas que impiden que la persona tenga una vida normal.
Las personas con TEPT suelen revivir el acontecimiento traumático repetidamente a través de los recuerdos y sueños, que producen angustia y terror. Igualmente, evitan personas, lugares y circunstancias que puedan recordarles el trauma. Esto puede producir situaciones en las que los afectados se aíslan de sus familiares y amigos. Igualmente, pueden perder interés en actividades, que previamente les producía disfrute y satisfacción.
Además, las personas que padecen de esta condición pueden presentar dificultad para mostrar afectos y relacionarse con otras personas, para concentrarse, problemas de insomnio, irritabilidad y arrebatos de ira. También pueden sufrir síntomas físicos, tales como aumento de la presión arterial y la frecuencia cardíaca, hiperventilación, tensión muscular, náuseas y diarrea.
Una de cada nueve mujeres sufre de TEPT en algún momento de su vida, el doble de la tasa de incidencia que presentan los hombres.
El TEPT no solo es devastador para la salud mental, también afecta la salud física al incrementar la incidencia de enfermedad cardiovascular, obesidad y diabetes tipo 2. Por lo tanto, es importante contar con un sistema de salud que promueva una visión más integradora en la que la mente y el cuerpo puedan ser abordados como un todo y no como entidades separadas.
Dra. Berdjouhi Tsouroukdissian