El valor de la inmunización contra el neumococo en la reducción de la mortalidad por influenza A H1N1pdm09 ha sido demostrado en un estudio reciente. La investigación mostró que la vacuna neumocócica conjugada (13-valente) sería capaz de reducir sustancialmente las neumonías graves, las muertes y los costos en salud durante una pandemia similar a la ocurrida con el virus A H1N1 2009 en Estados Unidos.
Indudablemente que las vacunas constituyen la manera más segura, eficaz y económica para evitar las enfermedades; igualmente, para controlar y minimizar el impacto de las epidemias. Por ejemplo, el impacto de la vacuna de la influenza A para prevenir la enfermedad grave y la mortalidad durante la pandemia de influenza A H1N1pdm09 ha sido demostrado. Al mismo tiempo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que la inmunización contra el neumococo o el tratamiento con los antibióticos apropiados reducirían la mortalidad en pacientes con infecciones respiratorias por influenza.
Este virus predispone a los individuos a las neumonías bacterianas, al igual que las infecciones bacterianas son responsables de las muertes adicionales que no hubieran ocurrido en las infecciones causadas solamente por influenza.
Estudios de las causas de muertes en las pandemias ocurridas por influenza en el siglo XX y en la primera del XXI, muestran el papel primordial que han jugado las co-infecciones virus-bacterias. Como dijo, en 1919, Louis Cruveilhier, médico francés que trabajara con la vacuna de la rabia en el Instituto Pasteur y autor del libro Eléments D’ Hygiéne Générale: “Si la gripe condena, las infecciones secundarias ejecutan”.
Por ejemplo, una investigación en donde analizaron los datos y reexaminaron el material histopatológico obtenido de autopsias realizadas a las víctimas fatales de la pandemia de influenza de 1918, concluye que la mayoría de estas muertes estaban asociadas a neumonías secundarias de origen bacteriano. En fin, se confirma en este trabajo la sinergia existente entre la influenza y la neumonía bacteriana.
A la par, es conocido el efecto de esta coinfección en la influenza estacional, aunque en menor extensión. En este contexto, el impacto de las coinfecciones bacterianas durante las epidemias de influenza podría ser elevado, sobre todo en condiciones de limitado acceso a los servicios de salud, y debe ser tomado en cuenta en la planificación de los programas de salud pública.
En consecuencia, dado que la mayoría de los casos fatales de influenza son producto de una sinergia entre el virus y una infección bacteriana, resulta evidente que las conductas a seguir para prepararse o actuar durante las epidemias/pandemias de influenza deben también incluir medidas de prevención (vacunas), diagnóstico, profilaxis (medicamentos y productos antimicrobianos) y tratamiento (antibióticos) para una infección secundaria bacteriana.
Entre las bacterias identificadas en estos estudios, el Streptococcus pneumoniae (neumococo) es la más frecuente durante las pandemias (41%) y durante los períodos estacionales (17%). Esta bacteria se asocia a 875.000 muertes en niños y aproximadamente 1,1 millones de muertes en adultos cada año, al igual que la influenza causa de un millón de muertes anuales en el mundo.
En este contexto, el neumococo juega un papel importante, tanto en condiciones de pandemia como de la influenza estacional, lo que sugiere que la vacunación contra el neumococo sería una medida de prevención y mitigaría el impacto de una epidemia o pandemia de influenza en salud pública.
Es más, se ha pensado, por ejemplo, que la baja mortalidad observada en algunos lugares de España durante la pandemia de 2009, pudiera estar asociada a la inmunización rutinaria con la vacuna neumocócica.
El estudio con la vacuna conjugada de neumococo (13-valente) mostró, mediante la utilización de modelos analíticos para la toma de decisiones y en el contexto de la pandemia influenza A H1N1pdm09, que la inmunización rutinaria con la vacuna neumocócica reduciría en 399.000 las neumonía y 2.900 muertes, ahorrando 472 millones de dólares en costos ocasionados por ambas enfermedades, adicionales a la reducción estimada en un estudio anterior con la vacuna conjugada heptavalente contra el neumococo.
Caso Venezuela: Epidemia de Influenza A H1N1pdm2009 en 2013.
En el mes de mayo comenzó en Venezuela una epidemia de influenza A H1N1pdm09 que solamente entre el 05 de mayo y el 01 de junio ha afectado 1.116 pacientes (Boletín Epidemiológico del MPPS No. 22) y la epidemia se ha extendido a todo el país. Para el 01 de junio, el Ministerio Popular para la Salud (MPPS) reportó 1.138 casos de influenza A H1N1pdm09 y 129 de A H3N2, a lo largo del año 2013.
Al mismo tiempo las neumonías han ido en aumento a partir del 5 de mayo (semana 19), llegando casi a duplicarse las cifras, entre el 28 de abril y el 01 de junio, con 4.542 casos de neumonías. Los niños menores de 7 años son los más afectados.
Cifras oficiales de las muertes por influenza A H1N1pdm09 no existen, pero la prensa local reporta que han fallecido 46 personas. El país tiene la tasa de mortalidad más alta en Latinoamérica, según lo reseña el diario capitalino.
Esta situación es preocupante, como lo señala la declaración de la Red de Sociedades Científicas Médicas Venezolanas en su último comunicado, en donde manifiesta que Venezuela se encuentra en situación de epidemia de influenza A H1N1 y AH3N2 y dan sus recomendaciones.
Es importante que el MPPS declare la situación de epidemia y comunique las cifras oficiales para que la población pueda actuar en consecuencia y aplique las medidas preventivas, cruciales en una situación de escasez de vacunas y de medicamentos antivirales. Si las autoridades sanitarias no consultan a los expertos ni toman en cuenta sus recomendaciones, podríamos estar a las puertas de una situación de emergencia con considerables consecuencias.
Ver artículo de MiradorSalud sobre la influenza A H1N1.
Irene Pérez Schael