A medida que los hombres envejecen, el cromosoma “Y” (cromosoma sexual) que determina el sexo de la progenie y la producción normal de esperma, puede empezar a desaparecer de algunas de sus células del cuerpo. Esto se consideraba parte normal del envejecimiento, como lo es también que las mujeres pierden cromosomas X en sus células a medida que envejecen. Sin embargo, de acuerdo a un estudio reciente, «la pérdida de Y» podría no ser tan benigna pues se vincula a una vida más corta y a un mayor riesgo de morir de cáncer. Pero hay más: según un estudio publicado online el 04 de diciembre en Science, fumar se asocia con “la pérdida de Y”, y por ende, con sus consecuencias.
En el primer estudio se trabajó con más de 1600 hombres mayores, en quienes se encontró que la alteración genética más común a lo largo de los años, fue la “pérdida del cromosoma Y” en una proporción importante de los glóbulos blancos. Los autores concluyen que el cromosoma “Y” juega un papel en la supresión de tumores y que su pérdida podría explicar por qué los hombres desarrollan cáncer inespecíficos del género (distintos por ejemplo a próstata o mama) con más frecuencia que las mujeres. Igualmente, que podría convertirse en el futuro en un marcador general útil para predecir el riesgo de los hombres de desarrollar cáncer.
La pérdida del cromosoma “Y” en las células sanguíneas se asocia con enfermedades neoplásicas hematológicas, pero en el estudio anterior se demostró su relación con el desarrollo de cáncer en otros órganos, lo que relaciona la pérdida del cromosoma “Y” con un mayor riesgo de tumores no hematológicos.
El artículo de la revista Science da una nueva alerta: los hombres que fuman suelen perder más cromosomas “Y” de sus células sanguíneas en comparación con los no fumadores, lo que podría explicar por qué los hombres fumadores tienden a enfrentar mayores riesgos de cáncer que las mujeres fumadoras.
El consumo de tabaco es un factor de riesgo para numerosas enfermedades, incluyendo los cánceres que afectan a órganos fuera del tracto respiratorio, y esta incidencia es mayor en hombres que en mujeres.
Para este estudio, los investigadores analizaron muestras de sangre de más de 6.000 hombres mayores que participan en tres estudios independientes.
De acuerdo a los resultados, aproximadamente 15 por ciento de los hombres de 70 y más años de edad habían tenido una pérdida significativa del cromosoma “Y” (que afecta al menos 10 por ciento de sus glóbulos rojos). Cuando los hombres eran fumadores activos, se encontró que eran 2,4 a 4,3 veces más propensos a presentar “pérdida de Y” que los no fumadores.
Se analizaron también otros factores de riesgo para “la pérdida del cromosoma Y” -como hipertensión, exceso de peso, diabetes y la falta de ejercicio- encontrándose que sólo el tabaquismo y la edad avanzada mostraron un efecto significativo en “la pérdida de Y”, siendo más pronunciado el efecto en quienes más fumaban.
Se encontró también que “la pérdida de Y” en ex-fumadores” era similares a la de hombres que nunca habían fumado. Los autores señalan que esto podría dar a los hombres fumadores algo de motivación extra para dejar de fumar.
Recopilando
Los seres humanos tienen 23 pares de cromosomas (46 cromosomas en total) formados por largas hebras de ADN que contienen todos los genes del cuerpo. Dos de los cromosomas, el X y el Y, determinan el sexo de los bebés y se denominan cromosomas sexuales. Las mujeres tienen 2 cromosomas X y los hombres tienen un cromosoma X y uno Y. La madre aporta un cromosoma X al hijo, mientras que el padre puede contribuir ya sea con un cromosoma X o con un cromosoma Y. Por lo tanto, es el cromosoma del padre el que determina si el bebé es un niño o una niña.
Hasta hace poco se pensaba que el cromosoma “Y” – corto y rechoncho en comparación con el X – no hacía mucho más que determinar el sexo masculino (lo cual ya es una función importantísima), y asegurar la producción de espermatozoides. Las 2/3 partes del cromosoma “Y” eran vistas como un ADN repetitivo que no codificaba nada. Sin embargo, hoy en día se ha demostrado que el cromosoma “Y” en realidad contiene un gran número de genes cuyas funciones se desconocen, pero un par de esos genes pueden ayudar a suprimir tumores. Y esto es algo importantísimo.
De acuerdo a los autores, parece posible, que “la pérdida del cromosoma Y” puede afectar una población específica de células de la sangre convirtiéndolas en células incapaces para combatir el cáncer. Es decir, el “sistema de vigilancia del cáncer” del sistema inmunológico se alteraría en las células que carecen del cromosoma “Y”. Igualmente, “la pérdida del cromosoma Y” podría ser simplemente un «marcador» para otro daño cromosómico causado por el tabaquismo.
Lo que sí queda claro es que los resultados de este estudio sugieren que el tabaquismo tiene un efecto mutagénico transitorio y dosis-dependiente en la “pérdida del cromosoma Y”. El hallazgo de que fumar induce “pérdida del cromosoma Y” vincula un factor de riesgo prevenible como el fumar con la mutación humana adquirida más común.
Entonces, los hombres fumadores deberían sumar a las preocupaciones conocidas pero quizás no tomadas en cuenta como el cáncer, enfermedad coronaria y enfisema, la de la pérdida de sus cromosomas “Y”. ¿Podría esto pesar un poco más para dejar de fumar?
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María Soledad Tapia
Maria.tapia@5aldia.org.ve