Dedicado a los venezolanos que enfrentamos un estrés crónico en nuestro diario vivir.
Mindfulness y los cuerpos policiales.
Un artículo reciente sobre un programa de entrenamiento de “mindfulness-atención plena” y “resiliencia” impartido a agentes policiales de Portland, (Oregon – Estados Unidos) llamó mi atención para escribir sobre el tema. Es bien conocida la cantidad alarmante de tragedias que han sucedido con los policías en Estados Unidos, por lo cual es muy pertinente hablar del hecho, ya que se convirtió un tema para la opinión pública.
La realización del programa demostró que la práctica de mindfulness o enfocar nuestra atención en el presente reduce significativamente el estrés y la rabia en policías. Richard Goerling, un policía líder del programa, comenta: “La atención plena (mindfulness) abre un espacio en el cual podemos tomar decisiones; nosotros no estamos tan enfocados y si muy estresados porque vivimos amenazados. Todavía existen las amenazas, pero ahora al estar más consciente de mis emociones puedo regular mi respuesta al estrés así como mis emociones, la ira, miedo y ego, la cuales son un gran problema en nuestra cultura.” Aaron Bergman, otro colaborador del estudio, comenta: “La práctica de la pausa que se convierte en estar consciente (awareness), la respiración y una respuesta suave puede alterar dramáticamente la forma de responder al estrés y la rabia”.
Los profesionales de la ley sufren de estrés ocupacional ya que enfrentan muchos desafíos desde practicar un trabajo por turno hasta encarar diariamente a criminales, víctimas de la ira, situaciones demandantes y violentas y la muerte; pero más aun, desarrollan a menudo depresión, pierden el sueño, sufren de trastornos de estrés post-traumático, abusos de sustancias nocivas e incluso se suicidan como consecuencia de su trabajo. Los cuerpos policiales presentan las tasas más altas de suicidio por ocupación. Por otro lado, un policía estresado tiene más probabilidades de tener respuestas intimidatorias, agresivas que pongan en peligro su vida o de disparar a un sospechoso desarmado. Estas conductas ante el estrés, pocos saludables e inapropiadas en el ejercicio de la profesión, requieren cambios.
En 2013, el Departamento policial de Hillsboro en Oregon, en colaboración con Pacific University y la Clínica de Reducción del Estrés, implementó un programa piloto de entrenamiento en mindfulness (Mindfulness-Based Resilience Training – MBRT desarrollado por Kabat-Zinn y pionero en esta técnica), a policías de tres diferentes agencias durante nueve semanas.
El estudio contempló la evaluación de 47 oficiales que durante el programa practicaron ejercicios que contribuyeron a su adaptación fisiológica y psicológica en su práctica profesional. Ellos hicieron ejercicios de conciencia corporal (body-awareness), mentales y de artes marciales y tareas de meditación mientras caminaban, comían y cuando estaban sentados. Se hicieron evaluaciones del nivel de rabia, irritación o si se estaba a punto de explotar o solamente si se estaba molesto o no, antes y después del entrenamiento. También se evaluaron los niveles de estrés así como el estado de atención plena o mindfulness medido en términos de observación de los sentimientos o si presentaban respuestas en forma automática.
A través de todo el estudio se encontró disminución significativa de la rabia, el estrés, el agotamiento, fatiga, amén de un mejoramiento del sueño, del manejo del dolor, de la salud mental y física, de la regulación de las emociones y de la inteligencia emocional.
En general, las características más relevantes y beneficiosas asociadas al estado mindfulness en este estudio fueron: la habilidad para dejar pasar los pensamientos y sensaciones sin juzgarlas ni etiquetarlas como buena, mala, correcta o errada, apagar el piloto automático y disfrutar las sensaciones alrededor de la persona. Pareció que este programa los liberó de patrones de pensamientos negativos, lo que les permitió introducir pensamientos positivos en sus mentes, amén de crear una resiliencia psicológica. Similares resultados se han encontrado en estudios con otras poblaciones de alto riesgo como son los militares o los veteranos de guerra.
Esta investigación evolucionó hacia la creación del Centro para el Bienestar en Pacific University y la ejecución rutinaria del programa en la policía de Hillsboro Oregon desde 2014. El entrenamiento de mindfulness y meditación a cuerpos policiales se está llevando a cabo en distintos lugares como California, Canadá, como se muestra en la agenda de la conferencia Mindful Justice celebrada en septiembre de 2015 en donde participó Richard Goerling de la policía de Hillsboro y uno de los líderes del proyecto.
En fin, en los policías, mindfulness reduce el estrés, el dolor, la ansiedad, la depresión, la brutalidad policial y el ego y ayuda a mejorar las comunicaciones y las conductas humanas.
La neurociencia detrás de mindfulness
El impacto del entrenamiento mindfulness practicada con regularidad en la autoregulación emocional es evidente. Esta práctica se ha aplicado para aliviar el estrés en los agentes policiales, como comentamos, pero también se ha extendido a la escuela para mejorar el nivel cognitivo y a la salud donde se ha empleado para tratar el dolor crónico, la adicción, el colon irritable, fibromialgia, déficit de atención e hiperactividad, depresión, ansiedad, estrés post-traumático y fobias. Sin embargo, hasta años recientes poco se conocían las bases neurológicas de la meditación.
La aproximación científica de la meditación necesariamente está asociada al encuentro del investigador Richard J Davidson y con el monje tibetano Dalai Lama. Davidson, de la Universidad de Wisconsin-Madison, cuenta la historia en este video. Una relación que data de muchos años encauzó los experimentos sobre la plasticidad cerebral cuando el Dalai Lama estuvo de acuerdo con que los monjes donaran temporalmente su cerebro a la ciencia. Davidson trabajaba en los efectos de la ansiedad y el miedo en el cerebro por lo que no fue demasiado complicado investigar sobre la neurociencia y la meditación. El Dalai Lama y sus monjes fueron trasladados a los laboratorios de la Universidad de Wisconsin en donde se realizaron varios estudios descritos en el artículo titulado: “El cerebro del Buda: Neuroplasticidad y meditación” que resume los cambios que acontecen en el cerebro durante la meditación.
El término de neuroplasticidad describe las transformaciones que ocurren en el cerebro en respuesta a la experiencia o estímulos externos e internos. Esto es un concepto que ha revolucionado el mundo porque implica que nuestro cerebro no es estático sino que su función y estructura se modifica al interactuar con el cuerpo y como resultado de la experiencia. Es decir nosotros podemos modificar nuestro cerebro.
Uno de los estudios realizados con los monjes budistas, a quienes se les practicó la resonancia magnética funcional, mostró mayor activación en regiones como la corteza prefrontal dorso lateral implicadas en la atención o concentración en los monjes expertos con años de práctica en meditación, más no en los jóvenes novicios. En cambio, la activación de la amígdala, que se correlaciona con respuestas reactivas a las emociones negativas fue menor en los mojes expertos. De aquí se desprende que la respuesta emocional y la atención es una habilidad entrenable que puede mejorar con la meditación consciente.
Otro estudio comprendió la realización de electroencefalogramas, donde se observaron oscilaciones gamma de gran amplitud y sincronía cerebral asociada a mecanismos integradores durante la meditación de los budistas expertos. Estos patrones fueron diferentes a los observados en los novicios, lo que sugiere que el entrenamiento mental implica mecanismos integradores temporales que pueden producir modificaciones en las funciones cognitivas y afectivas en el corto y largo plazo; como lo demuestra que el cerebro de un budista tibetano experto en reposo sin meditar es similar al cerebro de una persona no experta durante la meditación.
Otro estudio sugiere que la meditación puede estar asociada a cambios en la estructura cortical involucradas con el ejercicio mental del hemisferio derecho, por ejemplo en las áreas que son importantes para los procesamiento sensoriales, cognitivos y emocionales. Dichas transformaciones pueden compensar el encogimiento de la estructura cortical que ocurre normalmente con la edad; una muestra más de la plasticidad cortical asociada a la práctica de la meditación consciente.
En las últimas décadas, a medida que creció la popularidad de mindfulness aumentó también la utilización de técnicas sofisticadas de imágenes cerebrales para estudiar los cambios asociados a esta práctica en distintos contextos. Con el avance de la imagenología neurológica la ciencia se ha dedicado a estudiar los cambios que suceden con la práctica de la meditación mindfulness. Una revisión de la literatura científica muestra que hay evidencias relevantes que sugieren que la práctica de mindfulness impacta la función de la corteza medial y la red asociada al comportamiento automático así como modifica también la ínsula, amígdala, las regiones frontales laterales y el hipocampo. Estos mecanismo funcionan de forma sinérgica, estableciendo un proceso de autoregulación.
¿Qué significa todo esto?
La amígdala, relacionada con las reacciones emocionales, por ejemplo ante el miedo o el estrés, se encoge, se reduce su actividad y en consecuencia disminuye la reacción automática. En cambio, cuando se agranda o engrosa la corteza pre-frontal se incrementan las funciones superiores como la consciencia y la atención o concentración. En síntesis, estos cambios disminuyen el miedo y aumentan las conductas más reflexivas. Igualmente, la actividad de la ínsula es también modulada por la meditación, aumentando su grosor. Ella participa en los procesos emocionales, en las relaciones con los demás y en la empatía. Además de intervenir en el flujo de información entre el cuerpo y el cerebro está relacionada con el sistema límbico, con la representación del cuerpo y con la sensación de disgusto. Es responsable también de la exactitud e identificación de los estímulos por el sistema nervioso. La atenuación de la insula derecha anterior y de la corteza cingulate anterior durante la respiración está asociada a un mejor procesamiento del estímulo adverso que conduce a mayor resiliencia.
En resumen, las bases neurolócicas de los mecanismos por los cuales la meditación actúa comprenden la regulación de la atención, de la conciencia corporal y la regulación de las emociones, lo que conduce a cambios en las perspectivas del yo.
Mindfulness no es una simple meditación sino que consiste en enfocar nuestra atención plenamente en los aspectos relevantes de la experiencia sin juzgarlos. Esta práctica induce cambios tanto en la función como la estructura del cerebro que pueden ser duraderos si se practica con regularidad. Hay que tomar tiempo para conocerse uno mismo y entrenar nuestra capacidad de atención plena y concentración para ser mejores personas y con mejor salud.
Nota: Para más información les recomiendo ver dos videos (Una entrevista y la conferencia: Perspectivas y retos de las intervenciones e investigación en atención plena) del Dr. Eric López Maya, un experto en el tema.
Irene Pérez Schael