Cada año la temporada de influenza representa un problema de salud pública y un desafío para las autoridades y las farmacéuticas que tienen que disponer de vacunas apropiadas para ser eficaces contra las cepas virales que circularán en la próxima estación y, además, en suficiente cantidad.
Cuando la epidemia no es tan severa no se nota el esfuerzo de los participantes en esta empresa para afrontar el reto que significa evitar muertes y hospitalizaciones. Sin embargo, cuando la epidemia es severa y prolongada, como la que está sucediendo (2012-2013), se pone en evidencia la necesidad de desarrollar nuevas tecnologías que simplifiquen los procesos de la producción de vacunas contra la influenza.
El virus de influenza es complejo porque es muy infeccioso y cambiante, es decir sufre frecuentes y rápidas mutaciones y varía en cada temporada. Ha sido responsable de distintas pandemias con alta mortalidad. Cada año, la influenza causa en el mundo entre 3 y 5 millones de enfermedad severa y entre 250 y 500 mil muertes. En los Estados Unidos, causa entre 3.000 y 49.000 muertes y más de 200.000 hospitalizaciones anuales.
El único control para estas infecciones respiratorias son las vacunas que deben prepararse todos los años. A su vez, el proceso de producción de vacunas es muy laborioso porque hay que crecer el virus en proteínas de huevos de gallina.
Ante este cuadro, la Food and Drug Adminsitration (FDA por sus siglas inglés) ha dirigido sus esfuerzos para estimular el desarrollo de nuevas tecnologías.
Los mismos científicos del CBER (Center for Biologics Evaluation an Research de FDA) han trabajado en esta dirección, utilizando técnicas de ingeniería genética para producir y expresar la proteína hemaglutinina (HA). Esta proteína está ubicada en la capa externa del virus, participa en la unión del virus a la célula e induce anticuerpos neutralizantes. Esta tecnología evitaría el proceso del cultivo viral en huevos de gallina y acortaría el tiempo de fabricación de la vacuna.
Sin embargo, el año pasado, ya se dio un paso en esta dirección cuando la FDA aprobó la vacuna Flucelvax de Novartis, la primera vacuna en sustituir los huevos de gallina para crecer el virus en cultivo celular utilizando células animales de mamíferos. Este importante trabajo fue reseñado por MiradorSalud.
En esta misma línea, la FDA, el 16 de enero de 2013, aprobó una nueva vacuna, llamada Flublok, que contiene tres proteínas recombinantes de la proteína HA, producidas en líneas celulares de insectos y expresadas en el sistema de baculovirus, que protege contra dos cepas de influenza A (H1N1 y H3N2) y una de influenza B.
La vacuna Flublok es fabricada por la compañía Protein Sciences Corporation y tiene las siguientes características: no está compuesta por un virus vivo y en consecuencia no requirió del uso de huevos para crecer el virus, no usa preservativos ni adjuvantes, tiene tres veces más cantidad de sustancia activa y se fabrica en menor tiempo que las vacunas tradicionales.
La Dra. Karen Midthun, Directora del CBER de FDA, comentó: “Esta aprobación representa un avance tecnológico en la fabricación de una vacuna contra la influenza” y añadió “Esta nueva tecnología ofrece potencialmente la rápida puesta en marcha del proceso de fabricación en el caso de una pandemia porque no depende de un suministro de huevos o de la disponibilidad del virus de influenza”.
La compañía aplicó a la FDA desde hace 5 años, pero como comenta Manon Cox, la Directora de la compañía, “cada vez eran más las solicitudes de hacer más estudios para probar que el sustrato de la línea celular era seguro”. Esto enlenteció el proceso.
Hasta ahora, estos avances tecnológicos han servido para acortar el proceso de producción. La meta es lograr una vacuna universal que se pueda utilizar por períodos prolongados de tiempo.
Es importante recordar que la farmacéutica Inovio Pharmaceuthical Inc. ya ha dado pasos importantes hacia la vacuna universal contra la influenza con su vacuna SYNCON® que ya ha sido probada en humanos. La base de esta vacuna son fragmentos de ADN de la proteína hemaglutinina HA que son aplicados mediante electroporación con un dispositivo creado por la misma farmacéutica. Este mecanismo tiene algunas debilidades para su aplicación masiva.
Sin embargo, la ciencia nunca se detiene e investigadores del Massachusetts Institute of Technology (MIT por sus siglas en inglés), acaban de publicar en Nature Materials una nueva metodología para aplicar vacunas de ADN.
El mecanismo es un parche hecho de capas de polímeros impregnados con el ADN de la vacuna. Estas películas de polímeros penetran la piel por medio de microagujas, allí se degradan y liberan el polímero con el ADN durante días o semanas. El ADN incrustado en el polímero puede entrar fácilmente a la célula y a la vez el DAN está protegido de su degradación antes de ser reconocido por el sistema inmune. El número de capas permite controlar la cantidad y velocidad del ADN inyectado. Esta metodología mostró mejor respuesta inmune que la electroporación cuando fue probada en ratones.
Aún, ninguna compañía ha licenciado una vacuna de ADN para la influenza. Pero el tiempo se está acortando.
Irene Pérez Schael
Nota (18-02-13): La vacuna Flublok fue aprobada para las personas alérgicas al huevo.
Un Comentario
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