Definitivamente, los conflictos armados como la guerra en Ucrania y la pandemia COVID-19 dejaron su huella en la seguridad alimentaria en el mundo haciendo que los costos en alimentos tuvieran un alza importante y en consecuencia, las dietas, sobre todo las saludables, fuesen menos asequibles.
De acuerdo con el Banco Mundial, para julio de este año, el precio del maíz fue 16% más alto que en enero del 2021, mientras que el trigo fue 22% y para los productos agrícolas en general fue 19%.
El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo 2022 (SOFI 2022) proporciona actualizaciones sobre la situación de la seguridad alimentaria y la nutrición en todo el mundo, incluidas las estimaciones más recientes sobre el costo y la asequibilidad de las dietas saludables. Adicionalmente esta nueva versión del informe SOFI, ha combinado las herramientas de storytelling con la visualización de datos para producir una experiencia interactiva llamada “una historia de platos vacíos”, en la que se muestra de forma sencilla y en un lenguaje entendible para todo público los hallazgos más relevantes de este informe, los cuales se pueden compartir mediante redes sociales con tan sólo un clic.
En el reporte se menciona que casi 3.100 millones de personas no podían permitirse una dieta saludable en 2020, esto debido al incremento en los precios. Si bien gobiernos e instituciones internacionales brindan apoyo a los países para que cubran sus necesidades de alimentos básicos (principalmente cereales, leguminosas, grasas), hay un rubro importante de alimentos al que la mayoría de las personas no están llegando, y estos son las frutas y hortalizas, las cuales lamentablemente, sus costos son cada vez más elevados y menos asequibles.
Ante esta situación vemos con preocupación que las personas de bajos recursos no pueden aspirar a tener dietas saludables, lo que las lleva a presentar inseguridad alimentaria y una inadecuada nutrición que repercute negativamente en su estado de salud y sigue alejando al mundo de los ODS 2030.
En Latinoamérica y el Caribe, por ejemplo, 56,5 millones de personas se encuentran subalimentadas y el 40,6% presenta inseguridad alimentaria entre moderada y severa.
Mirando hacia Venezuela observamos, la prevalencia de subalimentación presenta un comportamiento atípico en comparación con la región y el resto del mundo, ya que los datos muestran un ligero descenso en el número de personas subalimentadas (22,9 millones de personas) (ver figura).

Figura. Tendencia de Subalimentación en Venezuela. 2017-2022.
Debido a que las políticas públicas en alimentación por parte de los organismos gubernamentales no han variado en los últimos años, pareciera que el descenso en la subalimentación que reportan los datos pudiera deberse a la acción conjunta de ayuda humanitaria que proveen las agencias internacionales y otras organizaciones no gubernamentales a través de sus programas de atención nutricional.
A pesar de esto, Venezuela se ubica, según este informe, como el segundo país de Latinoamérica con más personas subalimentadas, después de Haití. Dejando en claro que el consumo habitual de alimentos es insuficiente debido a la crisis que afecta al país desde hace varios años.
El resto de los indicadores considerados por el SOFI, como la seguridad alimentaria, la prevalencia de sobrepeso y obesidad, prevalencia de talla baja, prevalencia de anemia, etc, se han mantenido sin variaciones en los últimos tres informes, indicando esto que los organismos oficiales no han reportado la data para la actualización de estos valores. Le invitamos a leer el análisis de estos otros indicadores que se hizo para este espacio en el reporte anterior.
En definitiva, los esfuerzos que se han realizado tanto en Venezuela como en el mundo en pro de cumplir con el ODS número 2, han sido insuficientes, lo que nos lleva a un futuro contexto aún más retador e incierto. El desafío para los gobiernos y la salud pública es ajustar los presupuestos nacionales para establecer dietas más saludables, asequibles y sustentables que no dejen a ninguna persona en el olvido del hambre.
Claret Mata y Pablo Hernández
Sobre los autores
Claret Mata
La Profesora Claret Mata es Licenciada en Nutrición y Dietética de la Universidad Central de Venezuela (UCV), Magister en Nutrición (USB). Profesora de Evaluación Nutricional en la Escuela de Nutrición y Dietética de la UCV y Profesora invitada del postgrado de Nutrición Clínica de la Escuela de Nutrición y Dietética de la UCV. Miembro de la Sociedad Latinoamericana de Nutrición y miembro institucional de la Fundación Celíaca de Venezuela.
Pablo Hernández
El Profesor Pablo Hernández es Licenciado en Nutrición y Dietética de la Universidad Central de Venezuela (UCV), Magister en Nutrición (USB), Especialista en Análisis de Datos en Ciencias Sociales. Profesor de Nutrición Humana en la Escuela de Nutrición y Dietética de la UCV. Profesor del Diplomado de Educación en Diabetes Terapéutica (UCV). Editor Asociado de la “Revista Digital de Postgrado” de la Facultad de Medicina de la UCV. Miembro del Observatorio Venezolano de Salud (OVS), de la Fundación “5 al día” Venezuela, de la Sociedad Latinoamericana de Nutrición, y de la Fundación Bengoa para la Alimentación y la Nutrición