En dos artículos anteriores, “¿Inmunoterapia con BCG para tratar la diabetes tipo 1? » y «Más sobre la vacuna BCG y su efecto en la diabetes tipo 1”, publicados en MiradorSalud en 2017 y 2018, respectivamente, fueron comentados los resultados de las investigaciones acerca de la utilización de la vacuna BCG como tratamiento para la diabetes tipo 1. Investigación realizada en el Laboratorio de la Dra. Denise Faustman del Mass General Hospital de Boston, en los Estados Unidos.
Sin embargo, dado el interés de nuestros lectores, decidí elaborar un resumen de los hallazgos encontrados en los más de 20 años que la Dra. Faustman ha dedicado a estudiar la diabetes en animales y humanos.
La diabetes es una enfermedad autoinmune donde las células T citotóxicas de sistema inmunológico atacan y destruyen las propias células productoras de insulina que acarrea muchas complicaciones en la salud, particularmente en las personas que padecen diabetes tipo 1; de allí la necesidad de encontrar una cura. Hasta hace poco tiempo, la orientación de su tratamiento había sido desde la perspectiva de inmunosupresión para evitar la autodestrucción, pero en el proceso no se diferenciaba entre las células dañinas y las saludables. Empero, la Dra. Faustman cambió el enfoque del tratamiento y lo encaminó hacia los mecanismos de inmunoestimulación, con la idea de restaurar el sistema inmune y de allí surge el concepto de utilizar la vacuna BCG.
La BCG (Bacillus Calmette – Guerin) es una de las vacunas más viejas (1925), con más de 90 años de aplicación para prevenir la tuberculosis causada por el Mycobacterium tuberculosis. Tiene un historial de alta seguridad y causa muy pocas reacciones adversas. En el reciente trabajo publicado en 2018, donde se describen los mecanismos de acción de dicha vacuna en diabéticos, los autores remarcan la coexistencia y co-evolución entre el Mycobacterium y los humanos, de larga data (90.000 años), lo que implica la aparición de cambios adaptativos en el genoma humano que podrían explicar algunos de los resultados de estas investigaciones.
Aquí les presento un escrito muy resumido de los hitos y hallazgos encontrados en la historia de esta investigación, dirigida por la Dra. Faustman:
- Los estudios en ratones muestran que: 1.- El TNF (Factor de necrosis tumoral) elimina las células T autoinmunes que destruyen las células β productoras de insulina del páncreas, pero, además, aumenta la producción de células T reguladoras (Treg) que previenen una reacción autoinmune. Ambos mecanismos interrumpen el proceso de destrucción de estas céluas por la regeneración del páncreas y se restablecen los niveles normales de glicemia. 2.- La aplicación del TNF en humanos es tóxica por lo que se estableció que la vacuna BCG es la alternativa, dada su capacidad de estimular la producción de TNF. 3.- La BCG solamente actúa cuando la diabetes ya se ha manifestado y pareciera que la función de la segunda dosis de BCG es resetear el sistema inmune para que ocurran los cambios epigenéticos en los genes Treg. 4.- Los estudios en ratones muestran que la dosis, la cepa de BCG y el momento de la administración de la vacuna son importantes en la eficacia o el fracaso del tratamiento.
- Los estudios con la vacuna BCG en personas diabéticas de larga data y sin suspender el tratamiento con insulina muestran que: 1.- Dos dosis de la BCG aplicadas con 1 mes de intervalo fueron bien toleradas, aumentaron la muerte de las células T autoinmunes y disminuyeron la glicemia en sangre, medida a través del marcador para diabetes de la hemoglobina glicosilada (HbA1c), a los 3 años de seguimiento, llegando a niveles casi normales a los 5 años y permaneciendo así hasta los 8 años de seguimiento, mientras que la glicemia no disminuyó en los que no recibieron la vacuna. 2.- El mecanismo por el cual actúa la BCG consiste en elevar las células T (Treg) que eliminan las T citotóxicas autoinmunes y aumentar por medio de la epigenética la expresión del gen Treg, producto de la coevolución del microorganismo y el hombre. 3.- La disminución de los niveles sanguíneos de la glucosa se debe al cambio del metabolismo de la glucosa de alta fosforilación oxidativa (baja tasa de utilización de glucosa) a glucólisis aeróbica (alta tasa de utilización de glucosa), hecho que demanda más energía y permite que las células consuman grandes cantidades de glucosa de una manera regulada. Este mecanismo no depende de la insulina por lo que el proceso de autoinmunidad no es esencial para que la BCG disminuya los niveles de azúcar. En 8 años de seguimiento, no hubo informes de hipoglicemia grave en los vacunados, episodios que si se presentaron en los no vacunados. El riesgo de hipoglicemia no existe con la vacuna BCG ya que su efecto en la glicemia no esta asociado a la autoinmunidad subyacente (PlosOne, 2012 y npjVaccines – Nature, 2018).
- Se puede especular que la BCG podría usarse también para la diabetes tipo 2.
- En 2015, comenzó el estudio clínico fase II en 150 sujetos que durará hasta el 2023.
¿Quién hubiera pensado que diabéticos con 5, 10 y hasta 15 años de evolución podrían disponer de un tratamiento seguro y asequible para revertir la enfermedad? Es la gran pregunta que se ha hecho la Dra. Faustman a lo largo de los años en su lucha contra la diabetes. Ella comenta: “Si BCG es aprobada por la Food and Drug Administration (FDA) en los Estados Unidos, la vacuna será vendida al costo para garantizar que sea asequible”. Ella y su grupo trabajan por la gente y para la gente. Ese sueño está muy cerca.
Para obtener más información, por favor dirigirse a: diabetestrial@partners.org
Nota: Para comprender mejor este resumen es importante leer de nuevo los dos primeros artículos.
Irene Pérez Schael
Un Comentario
Angie
Dios los bendiga y llegue la cura !!!❤?