Mucho se ha hablado de los beneficios del ejercicio en la salud. En MiradorSalud hemos publicado sobre sus saludables efectos en muchos aspectos tales como la neurogénesis, la memoria, el peso-grasa corporal, cáncer, demencia, Parkinson, estrés, enfermedad cardiovascular, diabetes, entre otros. Es decir, el ejercicio es un requisito indispensable y necesario para mantener una vida sana y envejecer saludablemente.
Por esto nunca está demás reseñar los hallazgos recientes en relación a este tema. El artículo publicado en The Lancet que aquí nos ocupa se titula: “El efecto de la actividad física en la mortalidad y las enfermedades cardiovasculares en 130.000 personas de 17 países de altos, medios y bajos ingresos: el estudio PURE” en donde se demuestra una asociación entre actividad física y bajo riesgo de muerte y de sufrir enfermedad cardiovascular en todos los estratos sociales e independientemente del tipo de actividad.
Lo interesante de este estudio, además de engrosar las investigaciones que avalan la relación ejercicio- mortalidad por el corazón y enfermedades por desórdenes cardiovasculares, es que por primera vez se demuestra esta relación beneficiosa en poblaciones de mediano y bajos ingresos de los 5 continentes; generalmente estos estudios se realizan en países desarrollados. Pero también es un acierto importante que el tipo de actividad física se discrimina en recreativa (ir al gimnasio o hacer deporte) y no recreativa (oficios del hogar o caminar para trasladarse de un sitio a otro).
El estudio comprendió la evaluación de 130.843 participantes con edades entre los 35 y 70 años que no padecieran enfermedad cardiovascular preexistente. Se hizo en áreas urbanas y rurales de 17 países de África, América, Asia, Europa y Oceanía para garantizar la diversidad geográfica, étnica y económica. Los individuos fueron evaluados durante una media de casi 7 años para observar la mortalidad y enfermedad por eventos cardiovasculares. El tipo de actividad física se definió en baja, moderada y alta en función del tiempo invertido semanalmente, de la siguiente manera: 1.- alta para aquellos que hicieran actividad física moderada por más de 12,5 horas (>750 minutos); 2.- moderada para los que la practicaran entre 2,5 y 12,5 horas (150-750 minutos) y 3.- baja para los que practicaran una actividad moderada durante menos de 2,5 horas (<150 minuto).
El estudio PURE incluyó a tres países de ingresos altos (Canadá, Suecia y los Emiratos Árabes Unidos), siete países de ingresos medios-altos (Argentina, Brasil, Chile, Polonia, Turquía, Malasia y Sudáfrica) medio-bajo (China, Colombia e Irán) y cuatro países de bajos ingresos (Bangladesh, India, Pakistán y Zimbabwe). Evaluaron la muerte por evento cardiovascular y la incidencia de sufrir un ataque cardíaco, accidente cerebro vascular o insuficiencia cardíaca.
El ejercicio recreativo decreció de los países con altos ingresos a los de bajos ingresos, es decir fue mayor en los países de altos ingresos, menor en los medios y poco en los de bajos ingresos. Probablemente, debido a que las personas de menores recursos van poco al gimnasio o hacen deporte. En cambio, la actividad no recreativa estuvo presente en todos los estratos socioeconómicos.
Se encontró que a mayor actividad física menor tasa de mortalidad y de frecuencia de ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares. En el grupo de baja actividad física, la tasa de enfermedad fue 9,46 x 1000 personas -año, pasando a 7,14 en el grupo de actividad moderada y a 6,60 en el grupo de alta actividad física, con una menor tasa de 2.86 x 1000 personas -año para los individuos con actividad alta que los grupos de baja actividad física. Los individuos que realizaban 2,5 horas de actividad semanal o más presentaron 22% menos de riesgo a enfermarse o morir por enfermedades del corazón que los que realizaban poca actividad (menos de 2,5 horas a la semana). Discriminando, el riesgo de muerte disminuyó en 28% y el de enfermedad en un 20%.
La práctica de alta actividad física se asoció a una reducción gradual de la mortalidad y con menor riesgo de enfermedad cardiovascular en todos los países indistintamente del nivel de socioeconómico y del tipo de actividad física, recreativa o no. Se podría concluir que 1 de cada 20 enfermos del corazón y 1 de cada muerte prematura por esta causa se pueden prevenir realizando más actividad física.
Otra conclusión: cualquier tipo de actividad física es buena para el corazón. Tanto hacer oficios del hogar como barrer, coletear o aspirar como hacer deporte, ir al gimnasio o caminar son buenos para proteger al corazón y vivir más tiempo. PudMed Health advierte que no nos debemos dejar engañar por los medios de comunicación cuando dicen que las actividades como los oficios del hogar no son tan buenas como hacer deporte o ir al gimnasio. Y concluyen: “Se debe tratar de hacer por lo menos 150 minutos de ejercicio moderado a la semana, como caminar de forma rápida o hacer bicicleta o ejercicios fuertes, dos o más días a la semana”.
Es importante recordar que el estudio PURE abarcó también el impacto de la dieta en las enfermedades cardiovasculares y la mortalidad. Este estudio ha sido muy discutido y controversial y fue reseñado en MiradorSalud.
Irene Pérez Schael
Nota: Imágenes de las websites: Habladurí@s, Bilbao24horas, Hacer familia y VIX.