Gran revuelo ha causado la publicación de las nuevas directrices emanadas del American College of Cardiology y del Grupo de trabajo (Task Force) de la American Heart Association sobre guías de práctica clínica que redefinen por primera vez en 14 años, la hipertensión, a partir de 130 mm Hg y superiores, para la medición de la presión arterial sistólica, o lecturas de 80 y superiores para la medición diastólica. Es decir, 130/80 en lugar de 140/90, como era lo establecido hasta ahora. Estas directrices pueden descargarse de la página de la AHA.
Este cambio con respecto a la antigua definición de hipertensión con 140/90 y superior, es para reflejar y prestar atención a las complicaciones que pueden ocurrir en esos números aún bajos.
Se estima que el impacto de las nuevas directrices sea mayor entre las personas más jóvenes pues se espera que la prevalencia de la presión arterial alta se triplique entre los hombres menores de 45 años, y el doble entre las mujeres menores de 45 años, según el informe. Esto es un alerta. (*) Recomendamos leer uno de nuestros artículos que le indicamos al final.
Las categorías de presión arterial en la nueva guía son entonces:
Normal
- Para tener una presión normal, la medición debe ser menos de 120/80 mm Hg
- Indicaciones: Evaluar anualmente; fomentar cambios de estilo de vida saludables para mantener una PA normal
Elevado:
- Un número superior (sistólico) entre 120-129, y el número inferior (diastólica) <80
- Indicaciones: Se recomiendan cambios a estilos de vida saludables y volver a evaluar en 3-6 meses
Hipertensión Grado 1:
- Sistólica entre 130-139 ó diastólica entre 80-89
- Indicaciones: Evaluar el riesgo a 10 años, de enfermedad cardíaca y accidente cerebrovascular usando la calculadora del riesgo de la enfermedad cardiovascular aterosclerótica, y:
- Si el riesgo es menor al 10%, comience con recomendaciones de estilo de vida saludable y reevaluar en 3-6 meses
- Si el riesgo es mayor al 10% o el paciente ha tenido una enfermedad cardiovascular clínica enfermedad (ECV), diabetes mellitus o enfermedad renal crónica, recomiendan cambios en el estilo de vida y medicamentos para bajar la presión arterial (1 medicamento); reevaluar en 1 mes para la efectividad de la terapia con medicamentos
- Si la meta se cumple después de 1 mes, volver a evaluar en 3-6 meses
- Si la meta no se cumple después de 1 mes, considere diferentes medicamentos o titulación de dosis
- Continuar con el seguimiento mensual hasta que se logre el control
Hipertensión Grado 2:
- Sistólica al menos 140 ó diastólica al menos 90 mm Hg (≥ 90 mm Hg)
- Indicaciones: Se recomiendan cambios en el estilo de vida saludable y medicamentos para bajar la presión arterial (2 medicamentos de diferentes clases); reevaluar en 1 mes para la efectividad, y:
- Si la meta se cumple después de 1 mes, volver a evaluar en 3-6 meses
- Si la meta no se cumple después de 1 mes, considerar diferentes medicamentos o titulación de dosis
- Continuar con el seguimiento mensual hasta que se logre el control
Crisis hipertensiva:
- Urgencia hipertensiva: >180 mm Hg y/o >120 mm Hg
- Indicaciones: Muchos de estos pacientes no responden a la terapia antihipertensiva y no tienen evidencia clínica o de laboratorio de un nuevo órgano diana dañado o empeoramiento del daño de otro; reinstituir o intensificar la terapia con medicamentos antihipertensivos, y tratar ansiedad según corresponda
Emergencia hipertensiva: > 180 mm Hg + daño de órgano diana y/o > 120 mm Hg + daño de órgano diana
- Indicaciones: Admitir paciente a una unidad de cuidados intensivos para monitoreo continuo de la presión arterial y administración parenteral de un agente apropiado en aquellos pacientes con nuevo daño/ daño progresivo, o empeoramiento del daño de los órganos diana
¿Qué significa esto?
- Esto hace que casi la mitad de la población adulta estadounidense (46%) tenga ahora presión arterial alta o hipertensión. La redefinición incorpora alrededor de un 14 por ciento más de las personas en EE.UU. que serán diagnosticadas con hipertensión y se les aconsejará cambios en el estilo de vida, lo cual implica una intervención más temprana para prevenir mayores aumentos en la presión arterial y las complicaciones de la hipertensión
- Es muy importante saber que cuando empiezan los problemas de tensión, detectados ahora a partir de 130/80 es muy probable que los malos hábitos alimenticios, el sobrepeso y la obesidad, el sedentarismo, el tabaquismo, y el mal manejo del estrés, sean factores de riesgo que juegan un papel importante, por lo tanto, es necesario un plan de vida saludable que pueda revertir la hipertensión de Grado 1 (según la nueva clasificación). Haciendo este cambio, no es necesaria la medicación.
- Esta redefinición solo incidirá con un pequeño aumento en aquellos a quienes se les recetará medicamentos.
- Además, las nuevas pautas eliminan la categoría de prehipertensión, que se empleaba para presiones sanguíneas con: un número superior (sistólico) entre 120-139 mm Hg y un número inferior (diastólico) entre 80-89 mm Hg
- Solo se recetarán medicamentos para la hipertensión Grado 1 si un paciente ya ha tenido un ataque cardíaco o un derrame cerebral. El tratamiento farmacológico también está dirigido a pacientes con otros factores de riesgo como la diabetes mellitus o enfermedad renal crónica.
RÉGIMEN DASH Y POCA SAL
La aparición de las nuevas pautas coincide con la publicación de un nuevo estudio en el Journal of the American College of Cardiology, que viene muy al caso.
Los investigadores concluyen que una dieta baja en sal y saludable para el corazón puede ser tan efectiva como la medicación para reducir la presión arterial, pues según el estudio, las personas con hipertensión pueden obtener una reducción similar o mayor en la presión arterial sistólica después de seguir un plan alimentario del tipo Enfoque Dietario para Detener la Hipertensión (DASH, por sus siglas en inglés), y una dieta baja en sal, tanto como la reducción lograda por pacientes que toman medicamentos antihipertensivos.
La combinación de una ingesta reducida de sodio y la dieta DASH redujo la presión arterial sistólica (PAS, la “alta”) en todo el rango de hipertensión pre (antigua clasificación), y estadio 1, con reducciones progresivamente mayores a niveles más altos de PAS basal.
Las reducciones de la PAS en adultos con los niveles más altos de PAS (≥150 mm Hg) fueron sorprendentes y refuerzan la importancia de la reducción de sodio y el seguimiento de una dieta DASH en este grupo de alto riesgo. Se necesita más investigación para determinar los efectos de estas intervenciones en adultos con PAS ≥160 mm Hg.
Los hallazgos sugieren que un cambio en la dieta debería ser el primer recurso para los adultos con mayor riesgo de presión arterial alta, y la dieta DASH, en combinación con una baja ingesta de sal, podría eliminar la necesidad de medicamentos para algunos adultos con hipertensión.
María Soledad Tapia
maria.tapia@5aldia.org.ve
(*) Lectura recomendada:
La importancia de llegar «sano» a los 45 años: Prevención primordial
Un Comentario
Felix J. Tapia
Un artículo, por demás muy importante y novedoso, que aporta importantes consejos. Gracias