Omicron
Para el 29 de enero, en 225 países/regiones, se habían reportado 372,7 millones de casos de coronavirus (SARS-CoV-2) y 5,6 millones de muertes; en los Estados Unidos, se habían identificado en 75,4 millones de casos (20% del total mundial), ubicados a lo largo y ancho del país.
La evolución de casos nuevos por día que había seguido un patrón algo estable con picos ocasionados por una nueva variante, pero que no llegaban al millón de casos diarios, fue bruscamente afectada a partir de diciembre de 2021, cuando comenzó un ascenso brusco que llegó a más del millón de casos diarios el 24 de ese mes. Es muy importante notar que en un mes los casos totales casi se triplicaron y los casos por día aumentaron 5 veces desde el 1 diciembre al 26 de enero de 2022. Este comportamiento indicaba un asombroso y peligroso aumento de una nueva variante que, luego, fue denominada Omicron. El resultado: una Pandemia de alcance considerable.
Como es sabido y era de esperar, el virus SARS-CoV-2 ha mutado y mucho, en consecuencia, han aparecido distintas variantes que han impedido que decline la pandemia porque no se alcanza la inmunidad de rebaño. La última de estas variantes es Omicron (B.1.1.529), la cual contiene más de 50 mutaciones, 32 de las cuales se encuentran en el lugar de unión a la célula. Esta variante se propaga muy rápidamente, aunque la enfermedad que causa es leve comparada con la variante Delta; sin embargo, su evolución ha originado tres subvariantes (BA.1 BA.2 y BA.3), la primera identificada en Nueva Delhi, el segundo sublinaje fue identificado en Israel y el tercero en Boston-EE.UU., ninguna de las cuales ha sido todavía declarada como sub-variante de preocupación.
La nueva variante Omicron fue identificada por primera vez en Sudáfrica el 24 de noviembre de 2021 y el 1 de diciembre se identificó en los Estados Unidos en una persona que había viajado a Sudáfrica. También fue identificada en casos relacionados con viajes en Australia, Brasil, Canadá, Hong Kong, Israel, Japón, Nigeria, Noruega, Suecia y el Reino Unido; de allí fue transmitida al resto de la población. El 26 de noviembre fue designada como variante de preocupación por la OMS. Hasta mediados de diciembre, 89 países han reportado su aparición. En Venezuela también ha sido identificada gracias al trabajo de la excelente viróloga Flor Pujol. Latinoamérica ha alcanzado niveles de transmisión nunca vistos, en Venezuela, si alguien tiene gripe, le dicen que tiene Omicron hasta que se demuestre lo contrario.
De acuerdo con la Dra. Pujol, el aumento explosivo de Omicron podría deberse a una mayor afinidad por el receptor, a una mayoritaria población susceptible a esa variante y a un menor período de incubación. La afinidad al receptor se explica porque este no necesita ser activado para su unión con el virus y posterior entrada a la célula, lo que le da una mayor capacidad de replicación ya que tiene menos impedimentos para penetrar la célula. A la vez, su afinidad para infectar el tracto respiratorio superior, particularmente los bronquios, podría explicar su mayor capacidad de contagio y la menor gravedad de la enfermedad causada por este coronavirus, contrario a lo que ha ocurrido con las otras variantes que invaden el pulmón.
Un análisis retrospectivo de datos realizado por los Centros para el Control y Prevención de las Enfermedades (CDC), con el fin de comprender el impacto de esta variante en el sistema de salud de los Estados Unidos, mostró un aumento sustancial de las visitas a emergencia y de los ingresos hospitalarios relacionados con Omicron, a la vez, que puso en evidencia la ausencia de los indicadores de gravedad hospitalaria y de su enfermedad, medidos por el promedio de estadía, el número de camas, visitas a emergencia, ingresos hospitalarios y muertes, cuando fue comparada la enfermedad de los pacientes con Omicron con la de los infectados con Delta.
A partir del 15 de enero, las visitas a emergencia y las hospitalizaciones comenzaron a disminuir mientras que el número de casos siguió aumentando. En un principio, la nueva variante acrecentó el número de casos de cierta gravedad, pero luego éstos disminuyeron, aún, cuando continuaba el aumento de los casos. De lo cual, se puede inferir que Omicron no causa una enfermedad grave, como se ha observado en la comunidad en donde habitamos (Ver gráfico, fuente CDC).
Inmunidad
Es crítico conocer la inmunidad del SARS-CoV-2 y específicamente la de Omicron para un buen diseño de estrategias para su control.
La efectividad de las vacunas contra casos graves y muertes ha sido comprobada a lo largo del segundo semestre del año 2021, no obstante, su efectividad contra las reinfecciones, sintomáticas o asintomáticas, ha sido pequeña debido a que la inmunidad inducida por las vacunas decae con el tiempo, como se mostró en MiradorSalud. Lo mismo también se vio, en 2021, en Qatar cuando circularon las variantes Beta y Delta. En dicho estudio, la máxima eficacia contra la infección por SARS-CoV-2 se observó al mes de la segunda dosis, luego, a partir del cuarto mes, disminuyó, alcanzando 20% de efectividad entre los 5 y 7 meses siguientes a la segunda dosis. Empero, la efectividad contra la enfermedad grave fue significante y robusta. En un estudio en Israel se observó lo mismo y es lo que hemos visto en la cotidianidad.
Una de las explicaciones de la disminución de la inmunidad con el tiempo podría estar relacionada con la duración del intervalo entre la primera y segunda dosis. En el principio de la pandemia el escenario posible era el esquema estándar de inmunización, utilizado en las mayorías de las vacunas, que comprende un lapso de 21 a 28 días entre primera y segunda dosis y este lapso fue utilizado en las vacunas anti-CoV-19. Sin embargo, las circunstancias permitieron comprobar que un lapso de tiempo más grande inducía mayor inmunidad.
Estudios en el Reino Unido han mostrado que una segunda dosis de AstraZeneca dada a las 45 semanas conduce a un aumento de los títulos de anticuerpos. Los autores de esta investigación indican: “Un intervalo extendido antes de la segunda dosis de ChAdOx1 nCoV-19 – AstraZeneca conduce a un incremento de los títulos de anticuerpos”. Otro estudio realizado en Canadá con la vacuna Moderna mostró mayor inmunogenicidad cuando se administró a intervalos retrasados, aunque en el artículo aclaran que pudiera ser un riesgo retrasar mucho la segunda dosis cuando la circulación del SARS-CoV-19 es particularmente alta. En fin, es importante tener en cuenta que el intervalo entre las dosis durante la inmunización primaria podría ser clave para conferir una respuesta inmunológica más duradera y podría explicar la caída de la inmunidad con el tiempo.
Otro aspecto no tomado en cuenta en el 2021 es que la inmunidad inducida por la infección natural es mayor que la provocada por las vacunas. Esto ha sido comprobado en varios estudios con distintas variantes de CoV-19 e incluso ha durado durante 10 meses. En Sudáfrica, se demostró que esta nueva variante induce una respuesta que neutraliza a Delta.
A este escenario hay que agregarle el concepto de inmunidad híbrida, inducida por la inmunización con distintas vacunas, o la resultante después de que ocurre una infección natural en individuos inmunizados, o viceversa como pasa en los individuos que han sufrido una infección natural y luego se vacunan. Esta inmunidad, calificada por algunos como “superinmunidad”, fue demostrada por un grupo de investigadores que encontraron que una infección por SARS-CoV-2 antes o después de ser inmunizado resultaba en una respuesta inmunológica muy sólida. Es importante notar que el intervalo entre la vacuna y la infección, o al revés afectó la inmunidad resultante en dicho estudio, un intervalo prolongado dio mejores resultados.
Uno de los investigadores de esa investigación, Marcel Curlin, señaló: “La clave es vacunarse”. “Hay que tener una base de protección”. Esta inmunidad híbrida se corroboró con la llegada de Omicron, como se verá más tarde.
A la final, con la llegada de Omicron muchos estudios han confirmado lo importante que es para el control de la pandemia utilizar estrategias que confieran una respuesta inmunológica más duradera.
Dosis de refuerzo
Ya existían estudios que mostraban que una tercera dosis aplicada en forma retrasada de 3 a 9 meses después de la segunda dosis se correlacionaba con alta eficacia y un aumento de la respuesta celular; ambos estudios fueron realizados en el Reino Unido y publicados en Lancet en septiembre y diciembre de 2021, cada uno. En Israel se confirmó este resultado. Estas investigaciones también apoyan la importancia del tiempo entre vacunas para la inmunidad.
Entonces, ante la llegada y alta propagación de Omicron y dado que el tiempo apremiaba, era perentorio el control de su propagación y de sus consecuencias. Es así que, se apostó al refuerzo (una tercera dosis a los 6 meses de la segunda dosis), estrategia que ha dado resultados y cuyos estudios e investigaciones han permitido comprender como funciona esta variante y han proporcionado la oportunidad de comprobar la importancia del tiempo entre dosis, del refuerzo y de la inmunidad híbrida ocasionada por la combinación de vacunas con la infección
Y fueron apareciendo estudios con Omicron…
Varios estudios del CDC encontraron que una dosis de refuerzo (tercera dosis) era efectiva ante las visitas a emergencia y hospitalizaciones, tanto para Delta como Omicron, siendo esta efectividad de 94% para las visitas a emergencia causadas por Delta y de 82% por Omicron, muy similar a la efectividad observada ante las hospitalizaciones: 94% para Delta y 90% para Omicron. El CDC subraya la importancia de la dosis de refuerzo en la protección contra (SARS-CoV-2).
Otra investigación retrospectiva de datos se realizó con el fin de evaluar la efectividad de las vacunas Pfizer o Moderna frente a la infección sintomática por Omicron y Delta. Se comparó la efectividad de tres dosis frente a la efectividad de 2 dosis y la observada en individuos no vacunados; el refuerzo se aplicó 6 meses o más después de la segunda dosis. Según el análisis de los datos, la combinación de vacunas más frecuente para dos dosis fue una de Pfizer más la otra de Moderna y la de tres dosis comprendieron solamente la vacuna de Pfizer. Los resultados sugieren que 3 dosis de la vacuna se asoció con protección contra las variantes Delta y Omicron en comparación con los que recibieron dos dosis o ninguna vacuna, siendo la protección mayor para Delta. Es decir, que las dosis de refuerzo son más protectoras que las series primarias de 2 dosis. Al ser la protección mayor para Delta indica que la nueva variante evade la inmunidad.
Por lo demás, la distancia entre una vacuna y la infección natural también tiene que ver con la protección según un estudio en Japón. Ante la ausencia de inmunidad híbrida porque en ese país solo usaron la vacuna de Pfizer para inmunizar y ante el temor que representaba Omicron, investigadores japoneses estudiaron la protección/neutralización en cultivo celular que inducía los anticuerpos de personas vacunadas con 2 dosis de Pfizer y que después hubieran experimentado una infección con las variantes Alfa o Delta. Encontraron que la respuesta neutralizante ante Omicron en individuos vacunados sin haber sufrido después una infección no era tan fuerte como la observada en aquellos individuos vacunados que hubieran sufrido posteriormente una infección, independientemente de la variante que los infectó. O sea, la neutralización de los anticuerpos fue mejor después de vacuna más la infección (inmunidad híbrida) que la originada por los sueros de individuos vacunados sin infección. La explicación a este hecho, se basa en que la respuesta híbrida ante distintos antígenos es mejor, como ocurre cuando se administran vacunas combinadas, como se ha descrito anteriormente. Además, y lo más importante es que el tiempo entre vacuna y la infección se correlacionaba con la protección; se demostró que la vacuna seguida por una infección natural, con meses de distancia, confiere mayor protección contra Omicron que cuando el tiempo entre la vacuna y la infección natural es pequeño. La explicación está relacionada con que la respuesta de las células de memoria es tardía. En su investigación, obtuvieron una correlación entre el intervalo de tiempo y la magnitud y potencia de los anticuerpos neutralizantes. Concluyen que los antecedentes inmunitarios que incluyan una infección pueden ayudar a superar la resistencia de Omicron a las vacunas existentes, siendo el intervalo vacunación-infección determinante. A la vez, se puede añadir que una infección por Omicron en individuos vacunados podría también actuar como refuerzo.
¿Hacia dónde se encamina la Pandemia?
La Pandemia ha causado frustración, rabia y desesperanza en medio de un aumento de desórdenes mentales y de pobreza con sus aterradoras consecuencias en el bienestar social y económico. Sin embargo, hay esperanzas…
El líder científico sudafricano, Alex Sigal, comentó: “Si Omicron resulta menos patógeno, esto puede mostrar que el curso de la pandemia ha cambiado”. Añadió: “Omicron tomará el control, al menos por ahora, y puede que tengamos menos trastornos en nuestras vidas”.
A pesar de que inicialmente Omicron fue objeto de preocupación, ahora, parece que está cambiando el horizonte. Se sabe que la infección con Omicron provoca una muy buena respuesta que neutraliza a la temida variante Delta, amén de constituirse en una buena combinación para inducir una buena respuesta híbrida. Si a esto le agregamos que causa una enfermedad menos grave con síntomas únicamente en el tracto respiratorio superior, como los de una gripe normal, y que posee alta capacidad de transmisión, al replicarse en la garganta, hasta el punto de desplazar a Delta, podemos referirnos a Omicron como un acontecimiento tranquilizador en las actuales circunstancias.
La Agencia Europea de Medicamentos (EMA) dijo “la propagación de la variante Omicron está empujando a convertirse en una enfermedad endémica con la que la humanidad puede vivir, aunque, por ahora, siga siendo una pandemia”. A la par, la OMS asegura que, tras Omicron, es “plausible” que la pandemia termine en Europa; aunque agregan que la pandemia sigue constituyendo una emergencia de salud pública internacional.
La inmunidad híbrida refuerza las bondades de la aplicación del refuerzo en la población vacunada en tiempos de Omicron. Primero, porque como se ha visto el intervalo corto entre las dos primeras dosis podría no dar como resultado una inmunidad verdadera, la que aumentaría con un refuerzo administrado a los 6 meses de la inmunización y porque un refuerzo distinto a la inmunización primaria induce la superinmunidad, la cual, a su vez, podría ser alcanzada por la población ante la amplia circulación de Omicron.
En estos días, algunos países están recuperando la normalidad o han cambiado sus pautas de inmunización. Dos de los primeros son Reino Unido, quién eliminó las restricciones esenciales contra el CoV-19 y Dinamarca que decretó el fin de la pandemia. Gracias a los estudios de Omicron, España ha cambiado algunas pautas de vacunación como prolongar a 5 meses el intervalo entre un contagio y el refuerzo, y ampliar el intervalo entre infección y vacunas a 8 semanas en los niños de 5 a 11 años, a lo que se le puede añadir que los casos en ese país están disminuyendo.
Esta esperanza se puede desvanecer ante la existencia de las sub-variantes de Ómicron, las cuales no representan todavía una preocupación, por lo que la OMS recomienda dar prioridad a las investigaciones de estas sub-variantes. Otro punto importante, es que no se sabe la duración de esta superinmunidad, hecho que podría afectar la aparición de nuevas variantes. Pero, si se promueve la inmunización de una manera adecuada, sin esconder información y utilizando un lenguaje apropiado, como describimos en un artículo sobre los movimientos anti-vacunas, más personas cambiaran de parecer, en caso contrario, Omicron los vacunará.
Para concluir, es importante vacunarse con dos meses entre las dos primeras dosis, ponerse un refuerzo a los 6 meses que sea distinto a las vacunas de la inmunización primaria y no alarmarse, aunque si acudir al médico si le da gripe.
Indudablemente: ¡vacunarse es una prioridad para salvar al mundo y salvarse uno mismo!
Irene Pérez Schael
8 Comentarios
Maria Isabel Urrestarazu
Excelente artículo, muy esclarecedor. Felicitaciones Irene
Alicia Ponte
Gracias Irene por tu esclarecedor artículo!!!
Luis Linares
No solo es sumamente interesante. La informacion cientifica. Sino totalmente ESPERANZADORA contra ese panico a omicron extendido por el Orbe. Segun deduje Omicron, mas bien terminará siendo un aliado. Que bien. Sin embargo yo recomendaria seguir manteniendo las medidas de maxima seguridad. .
Mirador Salud
Hola Luis, gracias por tu comentario. Espero les sea útil y ojalá se cumplan los deseos.
Aprovecho para agradecer los comentarios de Alicia y María Isabel
Saludos
Irene
Belen Salinas
Felicitaciones Dra Irene, es un excelente artículo !!! permite aclarar dudas en varios aspectos y al mismo tiempo esta última cepa pareciera ser esperanzadora .
Mirador Salud
Gracias Belén. Difúndelo…
Cariños
Irene
Francehuli Dagger
Excelente artículo Irene. Genera tranquilidad y esperanza
Mirador Salud
Gracias Chicha, esperemos que se cumplan los deseos, aunque la variante BA.2 está dando algo de quehacer.
Me encanta que les haya gustado porque me dio mucho trabajo…
Seguimos en contacto y muy agradecida porque tu comentario es valioso.
Cariños
Irene