A Silvana Campagnaro. A principios de marzo de 2017 una gran cantidad de medios globales publicó que casi la mitad de las muertes en los Estados Unidos vinculadas a enfermedad cardiometabólica asociada la dieta (CMD, por sus siglas en inglés), están relacionadas con una dieta sub-óptima y podrían prevenirse con una dieta saludable. Las CMD incluyen enfermedades del corazón, cerebrovasculares, y diabetes.
Estos son los resultados de un estudio de la Tufts Friedman School of Nutrition Science & Policy en Boston, Massachusetts, publicado en JAMA y presentado en las sesiones científicas de la American Heart Association Epidemiology and Prevention – Lifestyle and Cardiometabolic Health (EPI-Lifestyle)
El equipo examinó el número de muertes por CMD ocurridas en 2012 con un enfoque sistemático para cuantificar como ciertos factores dietarios contribuyeron a estas muertes.
Así, estimaron que 318.656 (45.4%) de las 702.308 muertes por CMD en los Estados Unidos en 2012, estaban asociadas con 10 factores dietarios con «evidencia probable o convincente» de causalidad: frutas, hortalizas (verduras), nueces / semillas, granos enteros, carnes rojas, carnes procesadas, bebidas azucaradas, grasas poliinsaturadas, grasas omega-3 de pescado, y sodio.
La proporción más alta de defunciones por CMD se relacionó con el consumo excesivo de sodio (9,5%), seguida de una baja ingesta de frutos secos / semillas (8,5%), alta ingesta de carnes procesadas (8,2%), baja ingesta de grasas omega 3 (7,8%), bajo consumo de hortalizas (7,6%) y de frutas (7,5%), alta ingesta de bebidas azucaradas (7,4%), baja ingesta de granos enteros (5,9%) y de grasas poliinsaturadas (2,3%) y alta ingesta de carnes rojas sin procesar (0,4%).
Estos resultados muestran que la adopción de una dieta saludable podría ayudar a salvar decenas de miles de vidas por CMD cada año. Igualmente, deberían utilizarse para identificar prioridades en los planes de salud pública, e informar sobre estrategias para modificar los hábitos alimentarios – lo cuál es mejor hacerlo desde las edades tempranas -, y mejorar la salud.
¿Pueden las escuelas ayudar a contrarrestar en la infancia, el impacto de por vida de una dieta sub-óptima?
En este mismo evento de la American Heart Association, otro interesante trabajo concluye que si las escuelas elementales, intermedias y secundarias estadounidenses proporcionasen a los estudiantes frutas y hortalizas (verduras) frescas y restringiesen la disponibilidad de bebidas azucaradas, se reduciría las muertes por enfermedad coronaria, accidente cerebrovascular y diabetes en la población general, muchos años después.
Los investigadores desarrollaron un modelo comparativo de evaluación del riesgo para estimar como las políticas de salud nacionales que requieren que las escuelas proporcionen frutas y hortalizas saludables y restrinjan las bebidas azucaradas, afectarían la ingesta diaria de estos alimentos y bebidas, su índice de masa corporal (IMC), y su probabilidad de muerte por enfermedad cardiometabólica como adultos.
Los investigadores identificaron 4.165 niños y adolescentes entre 5 y 18 años de edad cuando participaron en la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (NHANES) de 2009-2010 o 2011-2012 que tenía datos sobre la ingesta de bebidas azucaradas, frutas, hortalizas, y azúcar.
Al inicio del estudio, en promedio, los niños y adolescentes de la escuela primaria, intermedia y secundaria comían 1,6, 1,2 y 1,1 porciones de fruta al día, respectivamente, y 1,1, 1,3 y 1,5 porciones de hortalizas al día, respectivamente.
El modelo predijo que una política de suministro de frutas y hortalizas frescas en la escuela primaria, media y secundaria, aumentaría la ingesta diaria de frutas de los estudiantes en un 14%, 19% y 21%, respectivamente, pero el consumo de hortalizas permanecería igual.
En promedio, los niños y adolescentes de la escuela primaria, media y secundaria consumían 1,0, 1,4 y 1,9 porciones de bebidas azucaradas al día, respectivamente, pero esto disminuiría un 11%, 8% y 6%, respectivamente, si las escuelas restringiesen el acceso a estas bebidas, y reduciría el IMC en aproximadamente 0,2 kg /m2 para los niños en la escuela primaria, media o secundaria. Además, asumieron que los niños y adolescentes mantendrían el 35% de las mejoras en su dieta a medida que crecieran.
Entonces, sobre la cifra de 702.308 muertes por enfermedad cardiometabólica en 2012, el modelo predijo que se habrían evitado 4.703 muertes / año (0,67% de muertes / año), si estos adultos hubiesen estado expuestos a políticas que hubieran proporcionado a los estudiantes frutas y hortalizas, y restringido el acceso a bebidas azucaradas en las escuelas, lo cual evitaría 2.418 muertes cardiometabólicas / año (0,34% de muertes / año), y el suministro de fruta evitaría un número similar de muertes cardiometabólicas (2.121 muertes al año o 0,30% año). Esto parece poco en porcentajes, pero no en vidas humanas.
Las políticas escolares para servir alimentos y bebidas saludables a los estudiantes «son sólo una pieza del rompecabezas» para combatir la obesidad infantil y las subsecuentes muertes cardiometabólicas, ya que los niños y adolescentes también consumen bebidas azucaradas en el hogar o en restaurantes de comida rápida, y en sus hogares.
Sin embargo, este modelo sugiere que las políticas alimentarias en las escuelas podrían tener un efecto persistente y beneficioso en la salud cardiometabólica en la edad adulta.
En MiradorSalud hemos discutido varias estrategias, entre ellas el uso de herramientas de aprendizaje social, para aumentar el consumo de frutas y hortalizas, y la importancia de promover hábitos alimentarios saludables en todos los ambientes en los que el niño se desenvuelve, en los que el modelo de actuación tanto de los compañeros de escuela, amigos, y adultos más significativos en el entorno del niño, es muy importante.
Igualmente, discutimos en otro artículo, las Normas Nutricionales definitivas para los Programas de Almuerzo y de Desayunos Escolares que afectarían a más de 36 millones de niños del sistema público escolar en Estados Unidos, y la iniciativa del gobierno de Francia, que desde septiembre de 2011 regula por decreto la calidad nutricional de las comidas que se sirven en comedores y cantinas escolares: No se promueve que los niños lleven comida de sus casas. Los almuerzos servidos en la escuela incluyen la entrada principal, una ensalada, queso, y postre (mayoritariamente fruta fresca). Sólo una vez a la semana se sirven frituras, salsa de tomate, y postres de pastelería.
Esto ha llevado a que hayan publicado artículos tan populares como este “Lo que comen los niños franceses en el almuerzo del colegio es un ejemplo para el resto del mundo”. Durante los almuerzos escolares franceses se cuenta con un personal profesional que estimula a los niños a probar y comer la variedad de alimentos que se le presenta.
Esto no empírico. Se han determinado las mejores prácticas para los horarios de comida en los centros de cuidado diario infantil, resultado de estudios experimentales y de la opinión de expertos, las cuales son señaladas, por ejemplo, en el Programa de Auto-evaluación de la actividad física y la nutrición para los Centros de Atención Infantil (Nutrition and Physical Activity Self-assessment for Child Care, NAP SACC), que ha sido a su vez evaluado en situaciones reales.
Veamos algunas prácticas óptimas que tienen que ver con el personal, para la autoevaluación:
• Se sienta con los niños durante las comidas
• Come parte de la misma comida de los niños
• Habla de manera informal con los niños sobre alimentos saludables
• Anima a los niños a probar alimentos menos favoritos o nuevos
• Ayuda a los niños a decidir si siguen con apetito antes de servirse una segunda ración
¿Se siguen estas prácticas en las escuelas de sus hijos?
Corolario
Las comidas escolares pueden hacer contribuciones importantes a las dietas de los niños, y las intervenciones que mejoren una alimentación variada y saludable pueden tener importantes implicaciones de salud. En lugar de abordar la dieta y la obesidad más adelante en la vida, el ayudar a los niños a comer bien puede tener gran impacto en la epidemiología de los países. Los médicos se centran en el paciente individual, y los cardiólogos e internistas tratan en su mayoría adultos, pero las enfermedades que manejan realmente reflejan comportamientos adversos que comienzan en la infancia.
¿Y en Venezuela?
Este es un tema particularmente sensible en Venezuela donde el Programa de Alimentación Escolar (PAE), lo mismo que la dieta de los venezolanos, ha sido golpeada de manera dramática por la escasez de alimentos y de recursos. Tal como se ha denunciado en los Informes para el Examen Periódico Universal de Venezuela durante el Período de Sesiones del Consejo de Derechos Humanos, el PAE, que depende de la red de PDVAL y debe atender a las escuelas del sistema público de educación básica, presenta enormes fallas en cuanto a la calidad de la alimentación, que es precaria en cantidad y calidad, habiéndose registrado centenares de denuncias relacionadas con las condiciones de las comidas o de los suministros, la preparación de los alimentos, e incluso de corrupción. Además, el PAE ha sufrido una paralización severa como consecuencia del incumplimiento del pago a los proveedores y falta de suministro a las madres elaboradoras de alimentos. En septiembre de 2014 se anunció la creación de la Corporación Nacional de Alimentación Escolar para atender a los planteles públicos y fortalecer el Sistema de Alimentación Escolar, nuevo nombre del PAE, con la promesa de surtir este programa con alimentos de producción local, estrategia incluida en la política pública de producción de alimentos a través de la agricultura local, inclusive en el espacio urbano. Esto no ha sido evaluado. Siguen reportándose fallas en el programa, lo cual se hace aún más grave y de consecuencias dramáticas, cuando la escuela es quizás el único sitio donde el niño puede hacer una comida completa.
Ocurren además situaciones como esta: La resolución DM/N° 080, de fecha 3 de septiembre de 2015, donde se dictaban las Normas sobre las cantinas escolares en el Subsistema de Educación Básica, que prohibía suministrar a los escolares, cubitos, café, té, chucherías, chocolate, refrescos, bebidas envasadas, salchichas, enlatados y frituras, fue derogada con la Resolución DM/N° 084, en la Gaceta 40.749 con fecha de 18 de septiembre de 2015.
María Soledad Tapia
Maria.tapia@5aldia.org.ve
Fotografía: Composición de fotos tomadas del artículo «Lo que comen los niños franceses en el almuerzo del colegio es un ejemplo para el resto del mundo»
Los invitamos a releer:
Mejora la dieta infantil en el imperio de la «comida chatarra» ¿Puede ser?