En los primeros días del mes de febrero del año en curso, las noticias se han visto inundadas por artículos sobre la epidemia de influenza y su vacuna durante el presente período (2017-2018), particularmente en Estados Unidos. Las noticias describen la baja eficacia de la vacuna utilizada en esta epidemia, el fallecimiento de niños y el New York Times, el 26 de enero, comentó: “esta es la peor epidemia de influenza en una década”. Al mismo tiempo, es importante actualizar la información de fuente fidedigna debido a que por las redes circulan falsas noticias y malos entendidos que pueden confundir a la gente sobre sí o no vacunarse.
Influenza
Cada año, estas epidemias causan de 3 a 5 millones de casos y de 250.000 a 500.000 muertes en todo el planeta. El tratamiento antiviral disminuye la severidad de los síntomas, pero la vacuna previene la enfermedad.
La influenza es una infección respiratoria aguda, causada por el virus de la influenza, con comportamiento estacional, que presenta una sintomatología de moderada a severa (fiebre, tos seca, dolor de cabeza, garganta y muscular, diarrea, vómitos y problemas del sueño). Existen 4 tipos de este virus, A, B, C y D, siendo el A y B los más frecuentes y responsables de muchos ingresos hospitalarios y de una mortalidad apreciable, particularmente en niños y personas de la tercera edad. Además, el virus empeora otras enfermedades como la diabetes, asma y padecimientos cardíacos y del pulmón. Es muy contagiosa a través del estornudo, tos y contacto directo por lo que se propaga muy fácilmente. Por lo cual, es esencial prevenir la influenza con una vacuna.
La clasificación en subtipos de los virus de influenza tipo A se hace de acuerdo a las dos glicoproteínas de su superficie H (Hemaglutinina) y N (Neuroaminidasa); por ejemplo, AH1N1 y A(H3N2), los subtipos más detectados en esta epidemia; en cambio los tipos B no presentan subtipos sino líneas como la B/Yamagata y B/Victoria. Pero estos virus cambian en el tiempo debido a mutaciones en la hemaglutinina (HA), y es por eso que hay que preparar nuevas vacunas cada año que son diseñadas según predicciones de expertos que se reúnen para analizar la epidemiología de los virus que circularon en los años precedentes y tomar decisiones. Precisamente en estos días se reunirán estos expertos para diseñar las vacunas para la próxima temporada.
Situación Mundial.
En el mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la actividad de la influenza se mantiene alta en las zonas templadas del hemisferio norte. A pesar de que la mayoría de los países reportan que la enfermedad es moderada, hay algunos que indican que las hospitalizaciones y cuidados intensivos ha excedido a las cifras de anteriores temporadas. Por ejemplo, Australia ha reportado cifras preocupantes porque los casos (215.280) han excedido en más de 50.000 a los enfermos reportados en la gran pandemia de 2009. El tipo A(H3N2) predominó, llamado por los australianos como “Aussie flu” y la eficacia de la vacuna fue de 10%. Otros países son Canadá y Estados Unidos del cual hablaremos posteriormente.
Mundialmente, el 32% de 302.596 muestras analizadas dieron positivas para influenza, siendo el 55% del tipo A y el 45% del tipo B. De los virus tipo A, el 58% pertenece al subtipo A(H1N1)pdm09 y el 42% al A(H3N2), actual responsable de tanta enfermedad.
Situación en Estados Unidos
En los Estados Unidos, hasta el 2012-2013 las vacunas presentaban buenas eficacias, entre 40% y 60% y cuando la cepa predominante era A(H1N1), bajando a 20% en la temporada 2014-2015 cuando circuló la cepa A(H3N2) y 2016-2017, durante la cual circuló el virus A(H3N2) pero fue sustituido por el A(H1N1), el cual predominó. En el presente período la cepa predominante es A(H3N2), una de las más letales, contra la cual la vacuna es poco efectiva. A partir de la tercera semana epidemiológica en enero de este año, la tasa de hospitalizaciones ha subido vertiginosamente, desprendiéndose de las curvas de las temporadas que le precedieron. Ver gráfico. Cuarenta y tres estados, Puerto Rico, New York City y el Distrito de Columbia presentan alta actividad de influenza.
Según los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades (CDC), el 26 de enero se habían contabilizado 37 niños fallecidos para la temporada mientras que para la semana epidemiológica no. 6, que finalizó el 10 de febrero, se habían reportado 84 muertes pediátricas; hecho alarmante ya que en dos semanas se duplicó la cifra, a causa de 47 niños fallecidos en 14 días. Una de las enfermedades más frecuentemente asociadas a la mortalidad por influenza es la neumonía.
El CDC publicó el 16 de febrero de 2018 un análisis de la eficacia de la vacuna donde reporta que la misma es de 36% para el período 2017-2018 contra todos los tipos de virus A y B, de los cuales el 81% era tipo A y el 19% B. En el grupo A, el 85% fueron cepas A(H3N2) y 16% la A(H1N1)pdm09. La eficacia contra el virus A(H3N2) fue de 25%, de 67% contra el A(H1N1) y de 42% contra el B (B/Yamagata). La eficacia para los niños de 6 meses a 8 años fue mayor (59%) que la de los adultos de 18-49 años (33%).
El monitoreo de la circulación de los virus de influenza en Estados Unidos muestra que las vacunas actuales hay que mejorarlas dada su baja eficacia y múltiples investigaciones están encaminadas hacia ello, particularmente hacia el desarrollo de una vacuna universal que con una inyección proteja contra todos los virus y por algún tiempo. Sin embargo, el CDC alerta en su análisis que durante la temporada 2014-2015, cuando la eficacia de la vacuna fue baja, se estimó que se evitaron entre 11.000 y 144.000 hospitalizaciones y de 300 a 4.000 muertes por influenza, lo que mide el impacto de vacunarse durante una epidemia, aunque la eficacia de ésta sea baja.
El New England Journal of Medicine publicó recientemente un artículo intitulado “Persiguiendo la gripe estacional. La necesidad de una vacuna universal contra la influenza”, donde los autores describen la importancia de una vacuna universal para la influenza, debido a los problemas asociados a cambios antigénicos (“antigenic drift”) que sufren continuamente la glicoproteína HA de los virus de influenza, alguno de ellos podría asociarse a los huevos donde son crecidos estos virus, a que las vacunas son específicas para cada virus y a las dificultades de predecir las cepas que circularan en la próxima temporada. No obstante, el Dr. Fauci, coautor del trabajo, en una entrevista advierte que es mejor no esperar por la vacuna universal, sino hay que utilizar las que hay.
¿Cuáles medidas preventivas se deben tomar durante la epidemia mientras mejora la efectividad de la vacuna contra la influenza y el tratamiento antiviral?
Las acciones a seguir, según el CDC, en esta epidemia son: primero vacunarse y tomar medicamentos anti-virales como el Tamiflu si son prescritos por el médico con la finalidad de disminuir la severidad de la clínica y la circulación viral. Seguir las medidas higiénicas que impidan la contaminación viral como lavarse las manos tan a menudo como se pueda, evitar tocarse los ojos, nariz o boca con las manos; en caso de estar enfermo con gripe se debe permanecer en casa y evitar el contacto cercano con otras personas para evitar la propagación, amén de consultar con el médico y solicitarle la indicación del tratamiento adecuado. Ante la generalizada epidemia de gripe, se recomienda a los médicos hacer el diagnóstico de laboratorio para influenza y tomar las medidas necesarias en los casos positivos. La OMS recomienda adoptar las mismas medidas y vacunar a las personas de alto riesgo.
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Irene Pérez Schael
Nota: es importante celebrar con nuestros lectores un muy apreciado elogio del destacado Dr. Roger Glass, Director del Fogarty International Center -NIH -USA, quién escribió para MiradorSalud lo siguiente: Dear Mirador, this is the best health blog in all of Latin America. The editor must be an incredible star! Keep up the wonderful work. Roger
Traducción: Apreciado Mirador, este es el mejor blog de salud de toda Latinoamérica. ¡El editor debe ser una estrella increíble! Continúen con este maravilloso trabajo. Roger
Un Comentario
Paúl Romero
«Muchas gracias por la deferencia en el envío y debo decir que el comentario del doctor Glass es muy atinado».
«Con afecto»