Del editorial del Boletín 34 de Cania: En esta ocasión, la edición número 34 del Boletín Nutrición Infantil nos ofrece una perspectiva sobre cómo la selección adecuada de alimentos constituye una alternativa más saludable y sostenible para el futuro de nuestra alimentación y del planeta. La salud humana ha evolucionado de ser entendida como un concepto individual a ser considerada en términos de salud planetaria o global, debido a la estrecha interconexión entre el ser humano y su entorno.
Para MiradorSalud es un placer compartir con nuestros lectores esta edición 34 del Boletín de Nutrición Infantil del Centro de Atención de Nutrición Infantil de Antímano, CANIA, el cual pueden descargar desde este enlace: Boletín de nutrición infantil Cania N° 34.
De la misma manera compartimos la entrevista realizada por la talentosa comunicadora social, Mariela Paesano Martín, a María Soledad Tapia, una de nuestras editoras. Esperamos que la disfruten y sea de utilidad.
- Desde CANIA hemos seguido muy de cerca y promovemos siempre la campaña “5 al día», desde que se lanzó en 2005. ¿Cuáles han sido los resultados del Proyecto “5 al día” que tiene la UCV en las escuelas? En Venezuela, ¿existen estudios con algunas mediciones de impacto al respecto?
“5 al día Venezuela” es una fundación sin fines de lucro originada como “spin-off” de proyectos académicos de la Universidad Central de Venezuela (UCV) con el objeto de fomentar el consumo de frutas y hortalizas (FyH) de acuerdo a la recomendación de la Organización Mundial de la Salud, de una ingesta de 400 g diarios. Formamos parte de AIAM5, la Alianza Global de Promoción al consumo de Frutas y Hortalizas 5 al día que reúne a asociaciones nacionales alrededor del mundo, agrupadas con el fin de crear una red internacional para promover el consumo y fortalecer los esfuerzos al proporcionar a sus miembros información actualizada, recursos de apoyo y otras herramientas de comunicación que mejoren la operatividad y diseminación de sus mensajes y experiencias. Somos treinta países miembros plenos de Norte, Meso y Sur América, Europa, Asia y Oceanía, más siete Miembros Colaboradores: Asamblea de Regiones Europeas Hortofrutícolas (AREFLH), Federación Nacional de Operadores de Mercados Frutihortícolas de la República Argentina (FENAOMFRA), Asociación Europea de Frutas y Verduras Frescas (FRESHFEL EUROPE)¸ Asociación de Productores y Comerciantes de Frutas y Verduras de Europa (FruitVegetablesEUROPE), Instituto de Nutrición de Centro América y Panamá (INCAP), Centro Mundial de Vegetales (World Vegetable Center) y World Union of Wholesale Markets (Unión mundial de mercados mayoristas) (WUWM). En Venezuela hemos convertido a “5 al día” en un proyecto más del Servicio Comunitario obligatorio de nuestros estudiantes que dura menos de un semestre, al final de los cuales cada proyecto intenta medir el impacto de sus intervenciones; pero lamentablemente esta información ha sido difícil de consolidar, aunado al cese de actividades presenciales que motivó la pandemia. Cuando se ha incorporado en programas educacionales de algunas empresas de alimentos, los resultados han sido muy alentadores. Todo esto significa que sería ideal trabajar con una población durante un período significativo que permita medir el impacto en un tiempo suficiente para determinarlo. Continuando con nuestra labor de educación, durante la pandemia hicimos una serie de videos para el Museo de los Niños en Caracas. En el primer video se hace una introducción general al tema de las frutas y hortalizas, su importancia para la alimentación y la nutrición y los colores de las frutas y hortalizas. Posteriormente, se desgrana en cada video, uno a uno, los cinco colores de las frutas y hortalizas: rojo, amarillo, verde, morado y blanco, en los que se explica su función e importancia para la salud y la nutrición (5 al día y los colores de las frutas y hortalizas). También, en medio de la pandemia por el coronavirus y considerando la inseguridad alimentaria existente en el país, y los altos costos de las FyH, lanzamos una campaña titulada #TomaDOSdelaMano en la ruta al cinco con higiene, salud y solidaridad, con la cual buscamos promover a través de las redes sociales, el consumo de al menos una (1) fruta y una (1) hortaliza al día, en pro de una buena alimentación y nutrición para apoyar el normal funcionamiento del sistema inmune en tiempos del coronavirus SARS-CoV-2. «5 al día Venezuela»: TomaDOS de la mano para promover el consumo de frutas y hortalizas con higiene, salud y solidaridad.
- La Asamblea General de las Naciones Unidas decretó el año 2021 como el año internacional de las frutas y hortalizas; ¿cómo se puede promocionar su consumo en países como el nuestro, donde hay sectores de la población que apenas tienen para comprar alimentos básicos?
Sí, lo hizo con miras a concienciar sobre los beneficios de este grupo de alimentos, esenciales para prevenir todas las formas de malnutrición (desnutrición, deficiencia de micronutrientes, sobrepeso, obesidad) y enfermedades no transmisibles; instar al aumento de su producción/consumo y hacerlas más disponibles/accesibles, reducir pérdidas y desperdicios y mejorar los resultados medioambientales; y finalmente, convocar a los países a adoptar medidas a nivel nacional para alinearse con estos aspectos y con los Objetivos de Desarrollo Sostenible. El Año Internacional tuvo lugar en plena pandemia de la enfermedad por coronavirus (COVID-19), por lo que enfrentó enormes desafíos. En febrero de 2022, el día de la clausura del Año Internacional, el Director General de la FAO declaró que pese a los retos se lograron los objetivos principales del Año Internacional. Desafortunadamente no puedo afirmar que estos objetivos han sido cumplidos en nuestro país; al menos, es algo que no se percibe. En agosto de 2021, FAO Venezuela organizó una actividad en la que participó “5 al día Venezuela”. (FAO, sectores público y privado promueven el consumo de frutas y verduras en Venezuela), así como algunas otras acciones, pero esto no es suficiente. Mientras no existan políticas de Estado de apoyo a los productores nacionales, o para promover el consumo, o incluir las FyH a través de bonos, por ejemplo, en proyectos sociales como el CLAP, los consumidores venezolanos no percibirán a las frutas y hortalizas como un grupo de alimentos esenciales para la salud y la nutrición; pues además de no formar parte del patrón alimentario tradicional de los venezolanos, de no existir información sobre su utilidad, provecho, formas de consumo y preparación, de modo de aumentar el conocimiento de sus bondades; y si además de todo esto, son muy costosas, será muy difícil considerar positiva la relación costo/beneficio de las FyH.
- ¿De qué manera se vincula el desperdicio y pérdida de alimentos con la seguridad alimentaria y la sostenibilidad, sobre todo en el sector de frutas y hortalizas?
Muy apropiada la pregunta sobre todo por la fecha, pues el Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos (PDA) se celebró por cuarta ocasión el 29 de septiembre de 2023, promovido por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), y asociados tan importantes como el Programa Mundial de Alimentos, además de mucha gente sensibilizada ante este tema. El objeto de este Día es hacer un llamamiento a la acción tanto al sector público (autoridades nacionales o locales) como al sector privado, con la finalidad de establecer prioridades y avanzar para reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos que desestabilizan los sistemas alimentarios. Es importante distinguir entre los términos pérdidas y desperdicios. Los alimentos se pierden a nivel de producción, cosecha, postcosecha, almacenamiento y transporte; y se desperdician en los ámbitos relacionados al consumo (venta, elaboración y uso, tanto en la alimentación colectiva como los hogares). En la actualidad se estima que en el mundo se pierde cerca del 14 % de los alimentos producidos entre la cosecha y la venta a los minoristas -sin incluir esta última-, y aproximadamente el 17 % de la producción se desperdicia, 11 % en los hogares, 5 % en los servicios de comidas y 2 % en el comercio al por menor. Las FyH son el grupo de alimentos con mayores niveles de pérdidas (cerca del 45 %) y desperdicios (alrededor del 30 % de las compras realizadas por los consumidores). Las razones pueden ser cosméticas, por su forma, tamaño y calibre (criterios de selección para la venta), pero también por los propios consumidores. Asimismo, se eliminan partes no valorizadas habitualmente, como los tallos, hojas y cáscaras, que son comestibles y con valor nutricional; y por supuesto, el desperdicio a nivel del hogar por inadecuada manipulación, almacenamiento y falta de planificación es muy alto. Esto quiere decir que las PDA son enormes, no son un accidente, son sistémicas, y un problema que debe enfrentarse desde todos los ámbitos, y nos indica que hay un gran potencial de mejora en las cadenas de valor en todas las regiones del mundo por lo que los países necesitan adoptar el camino de la innovación para reducirlas. Una gran pregunta es: ¿Puede la disminución de las PDA aumentar la disponibilidad de frutas y hortalizas? Los cálculos los hizo FAO para su informe de 2019: (El estado mundial de la agricultura y la alimentación. Progresos en la lucha contra la pérdida y el desperdicio de alimentos). Si tuviéramos un 50 % menos de PDA, habría suficientes frutas y hortalizas disponibles en el suministro de alimentos para cubrir la recomendación a nivel mundial, pues las cuentas darían: 434 gramos. Esto por supuesto, es disponibilidad y no garantiza una ingesta adecuada; pero sin disponibilidad, la ingesta es imposible Esto hace ver la importancia de disminuir las PDA. En cuanto a los efectos de las pérdidas y desperdicios de alimentos en la seguridad alimentaria y en la sostenibilidad de los sistemas alimentarios, las PDA repercuten en todas las dimensiones de la seguridad alimentaria y nutricional pues, a) reducen la disponibilidad mundial y local de alimentos, b) afectan el acceso a los alimentos por las consecuencias económicas, c) ocurren pérdidas de calidad, inocuidad, y nutrientes a lo largo de la cadena; d) perturba la estabilidad del sistema alimentario. Afectan la sostenibilidad de los sistemas alimentarios pues a) se utilizan valiosos recursos de aguas, tierras, uso de nitrógeno, de energía, hay afectación de biodiversidad, y b), son el origen del 10% de las emisiones de gases de efecto invernadero. De por sí, la escala y ritmo de producción de alimentos al compás requerido para alimentar mil millones de personas adicionales para 2030 emplea muchos recursos que afectan la sostenibilidad; y si encima de ello, hay sobreexplotación de recursos en alimentos que no se consumen, el tema se hace inaceptable
- ¿Qué otras iniciativas vinculadas con la alimentación y el sistema agroalimentario pueden ser de impacto en la protección del ecosistema?
Creo que concienciar a los consumidores sobre la importancia de que los alimentos sean producidos de manera sostenible es muy importante. Es indispensable. que la población internalice el concepto de sostenibilidad en sus tres dimensiones: económica, social y ambiental, de modo que los efectos de la actividad humana sobre el medio ambiente –desde la producción de alimentos hasta la acción diaria de los consumidores– sea advertida en el presente con mirada de futuro hacia el planeta que se dejará a las próximas generaciones. Esto conlleva a un cambio de paradigma sobre la forma como debe ser percibida la comida por los consumidores. De hecho, se habla de una nueva noción de la seguridad alimentaria en el siglo XXI, pues ya no se trata solamente del grado de disponibilidad y acceso al alimento, sino de la forma de producirlo, procesarlo, transportarlo, comerciarlo y consumirlo, y de sus efectos planetarios. Para este cambio de visión por los consumidores es necesario apelar a lo que FAO escribe como “amar y respetar nuestros alimentos”, resumido en estos enunciados: 1. Reducir el desperdicio de alimentos. 2. Apoyar a los productores de alimentos. 3. Valorar el trabajo que requiere producir los alimentos. 4. Adoptar una dieta más saludable y sostenible. 5. Aprender de dónde proceden los alimentos. 6. Comunicar estos conceptos. Pero, ¿qué se hace para llevar este mensaje al consumidor? Por ejemplo, la gente sabe de manera general que no debe descartar la comida. Quizás entre los elementos más comunes que se manejan está el económico: estás tirando el dinero. También el ético: ¿cómo vas a botar alimentos habiendo tantas personas pasando hambre? Igualmente se producen reacciones porque el tema nos afecta, pero no sentimos que esas pérdidas sean nuestra responsabilidad, como sería el caso de los transportistas y las alcabalas que deben pasar, o que la cosecha se quede a la orilla de la carretera por falta de combustible. Otro gran desliz que se comente con las PDA es la ceguera o invisibilización de su impacto directo sobre el medioambiente o el cambio climático, algo a lo que personalmente me refiero como: “Lo que usted quizás no percibe de la banana que cae del racimo”. Y esto lo pienso siempre en los supermercados, cuando recojo las frutas individuales que han sido separadas del racimo que cuelga en los estantes de la sección frutas y verduras, generalmente por manipulación inadecuada del cliente, quizás también por los trabajadores del supermercado, por los transportistas, etc. Lo cierto es que cantidades de frutas «caídas» permanecen allí, muchas en muy buen estado, pero nunca colocadas en el carrito de compras pues son vistas como descarte. Debemos pensar en la emisión de gases de efecto invernadero, la sobre explotación de las tierras en detrimento de su calidad, el uso de agua y afectación de los caudales de agua en la producción de alimentos, la afectación de hábitats acuáticos y forestales y su biodiversidad, todo para producir alimentos; los cuales, además, pueden ser desechados, no son consumidos, los desperdiciamos. Entonces, todo ha sido en vano. Invito a prodigar esta mirada a los cambures, a los tomates, a lo que usted vea que está siendo desperdiciado en el supermercado, en la frutería, en el camión de los “gochos”, en el hogar. Deberían además ser vendidos a precios reducidos.
- ¿Qué opina sobre los huertos escolares, huertos o cultivos familiares? ¿Qué dice la evidencia sobre su impacto en la alimentación de la población?
Solo cosas buenas. La proximidad de la huerta al hogar proporciona muchos beneficios para la familia y las comunidades, repercutiendo positivamente en su seguridad alimentaria, nutrición, salud e incluso, seguridad económica. También reducen las pérdidas de alimentos, y pueden proteger el medio ambiente, el suelo, y la biodiversidad. La FAO publicó en 2005 el folleto titulado “Los medios de vida crecen en los huertos. Diversificación de los ingresos rurales mediante las huertas familiares”, que se mantiene vigente y es de gran utilidad. Igualmente, la publicación de 2014, “Una huerta para todos. Manual de auto-instrucción”. La FAO también alienta a las escuelas a crear huertos de aprendizaje de tamaño mediano que puedan ser manejados por los mismos escolares, profesores y padres, pero que incluyan una variedad de hortalizas y frutas nutritivas. Esto es muy importante pues educa en nutrición y alimentación saludable colocando el foco en estos alimentos. Recomiendo el manual “Crear y manejar un huerto escolar. Un manual para profesores, padres y comunidades”. Siempre me pregunto si será posible que las frutas y hortalizas sean parte estructural de lo que se conoce como “cadena alimentaria en la escuela”. Es necesario que las FyH sean parte de la institucionalidad. Para ello se requiere diálogo entre todos los actores para ofrecer frutas y verduras todos los días, y voluntad, una clara intencionalidad de querer aportar FyH a los niños en sus programas de alimentación escolar. Los huertos familiares pueden ser una vía para ello. Un buen ejemplo es el “Programa Mundial de Alimentos en Ecuador. Nuestro trabajo en 2017 (*). En su sección de “Producción sostenible en el campo: Modelo de compras locales”, que vincula pequeños agricultores a mercados institucionales, enlazando directamente a productores y consumidores, promoviendo una producción limpia y reduciendo la cadena de intermediación. A través de este modelo, los productores locales suministran productos frescos y cultivados localmente a los centros educativos para la preparación de almuerzos escolares. Los padres de familias se convierten en proveedores de los alimentos, lo que implica que el modelo se adapta y ajusta a los contextos sociales en las áreas de intervención. Las FyH deben ser obligatorios dentro de la planificación de los alimentos y los menús que serán servidos diariamente a los niños, sobre todo en la etapa de educación preescolar; etapa en la que un plato nutritivo genera un impacto para toda la vida, y período además importantísimo para la determinación de las preferencias alimentarias y hábitos saludables para el resto de la vida.
* Nota: A la fecha de publicación de esta entrevista ya teníamos un excelente testimonio de los avances del Programa Mundial de Alimentos en Venezuela: La maravillosa “cadena alimentaria escolar” del Programa Mundial de Alimentos en Venezuela.
- ¿Qué nos puede comentar sobre los alimentos genéticamente modificados (MGO)? En Venezuela ¿qué rubros cultivados incluyen MGO? ¿existe alguna regulación legal en el país?
Suscribo la opinión de la Organización Mundial de la Salud: “los alimentos modificados genéticamente actualmente disponibles en el mercado internacional han pasado las evaluaciones de seguridad y es improbable que presenten riesgos para la salud. No existen efectos demostrados en la salud humana como resultado del consumo de dichos alimentos”. Por otro lado, en la literatura se mencionan muchos beneficios ambientales de los cultivos transgénicos. La siembra, uso, manejo y comercialización de MGO están prohibidos por la Ley Orgánica de Seguridad y Soberanía Agroalimentaria y la Ley de Semillas de Venezuela, aprobada esta última por la Asamblea Nacional el 23 de diciembre de 2015. La Ley prohíbe la producción, importación, comercialización, distribución y uso de semillas transgénicas. Esto ha sido considerado un golpe a los científicos venezolanos y un gran obstáculo al desarrollo biotecnológico del país, ignorando los beneficios de la agrobiotecnología. Debemos recordar que importamos muchos alimentos de Brasil y Argentina que son dos de los productores de soya, maíz y algodón transgénico más grandes del mundo. Por ejemplo, fue público y notorio que harina de maíz importada de Brasil para las cajas CLAP estaba etiquetada explícitamente como elaborada con maíz transgénico, hecho que contradice las regulaciones alimentarias venezolanas. Esto fue denunciado en gran parte de los medios de prensa nacionales.
- ¿Qué nos puede comentar sobre el impacto ecológico de la recomendación de reducir el consumo de carnes rojas a 2 veces por semana?
Los Informes del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés) son contundentes: nuestro planeta está en camino de alcanzar al menos 1,5 °C de calentamiento para 2050 en todos los escenarios de emisiones considerados. Se requerirán reducciones profundas en las emisiones de dióxido de carbono (CO2) y de otros gases de efecto invernadero como el metano (CH4), el óxido nitroso (N2O), gases industriales (fluorados), etc., para limitar el calentamiento y los devastadores impactos físicos asociados que ya estamos comenzando a experimentar. El sistema alimentario juega un papel de doble filo en el cambio climático: es simultáneamente un impulsor de cambios peligrosos en nuestro clima y también es profundamente vulnerable a los impactos del cambio climático. Según el informe, a nivel mundial, nuestro sistema alimentario es responsable del 21 % al 37 % de las emisiones totales de (GEI) gases de efecto invernadero. Estas emisiones provienen de las actividades agrícolas, ganaderas forestales, pesqueras, de acuicultura, etc., en todas sus etapas (cosecha, beneficio, captura, refrigeración, congelación, almacenamiento, transporte, procesamiento y transformación, empacado, comercialización, consumo), con la afectación que provocan en los ecosistemas nativos (cambios en el uso del agua y de la tierra incluida la deforestación y la degradación del suelo); y de algo muy importante como es la pérdida y el desperdicio de alimentos (PDA) que ocurre a lo largo de toda la cadena. Si no implementamos intervenciones para mitigar estas emisiones de GEI de la agricultura, la cría, la pesca y el sistema alimentario, se prevé que aumenten entre un 30 % y un 40 % para 2050. La industria cárnica lamentablemente, es uno de los sectores que más contribuye al cambio climático. Según FAO el sector cárnico emite más gases de efecto invernadero que todo el transporte mundial junto (14,5 % del total de emisiones); por lo tanto, la reducción en el consumo de carnes rojas luce como una forma de cuidar no solo nuestra salud, sino también la salud del planeta.
8. Desde la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales ¿cómo se pueden impulsar acciones destinadas a mejorar la situación alimentaria y nutricional del país, así como promover una alimentación sostenible?
La Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales (Acfiman), cumpliendo su mandato de asesorar en los asuntos de su competencia a entes públicos y privados, creó el Programa de Seguridad Alimentaria para estudiar y recomendar sobre la situación alimentaria y nutricional de Venezuela. En el contexto del programa se han realizado varias acciones como libros, artículos científicos y conferencias. Algunas de las actividades han estado limitadas por el gran vacío de datos oficiales, que también restringe el análisis que realizan las agencias y organizaciones internacionales. La Acfiman ha analizado y contrastado datos, y escrito documentos científicos en revistas internacionales acerca de la realidad alimentaria en el país, y estudiado los informes de esas agencias y argumentado sobre aspectos que no fueron considerados. La Academia está ejecutando actualmente un proyecto que busca obtener información mediante una encuesta electrónica, sobre tendencias de patrones de consumo y aspectos de accesibilidad, asequibilidad y sostenibilidad, en relación a frutas y hortalizas (FYH), a partir de una muestra de hogares de los cinco municipios de la Región Capital (Libertador, Sucre, Baruta, Chacao y El Hatillo) (*). Mediante el cuestionario se intenta obtener información para describir patrones de consumo de los hogares y niveles de ingesta de FYH; estimar cómo los ingresos / gastos afectan el consumo de FYH e identificar tendencias que determinan las demandas de FYH centrándose en la diversidad, la economía del hogar, tradiciones culinarias e identificar sencillas prácticas alimentarias sostenibles que se utilizan en los hogares, si las hubiese (cualquier modelo de producción familiar, compra local de FYH, residuos domésticos de FYH, compostaje). Se pretende con los resultados, instar al diseño de políticas que permitan bajar los costos de las frutas y hortalizas con medidas de incentivo a los productores; a la formulación de directrices dietéticas que promuevan el consumo de frutas y hortalizas como parte de una dieta diversa y saludable; a su inclusión en las comidas en las escuelas; y a la integración de la nutrición en los programas escolares. Muy pronto informaremos de nuestros resultados en la muestra estudiada y bajo las condiciones analizadas.
* Nota: A la fecha de publicación de esta entrevista ya se había generado el informe de resultados que les presentamos a continuación: Una contribución al conocimiento de tendencias que determinan el consumo de frutas y hortalizas en una muestra de cinco municipios de la Región Capital de Venezuela
- Cinco recomendaciones con impacto positivo en la salud del planeta que CANIA debería posicionar en la población que atiende.
- Recomendar la inclusión de FyH en la alimentación de los niños y sus familias, informando a las madres de las bondades de su consumo, de manera que la relación costo/beneficio, pueda ser visualizada positivamente y que los esfuerzos para que formen parte de la dieta en el hogar, valen la pena.
- Incluir en sus actividades educativas y de formación a las madres el lema de FAO: “La comida es mucho más de lo que hay en nuestros platos”. Lo que realmente significa amar y respetar nuestros alimentos, totalmente ligado con el amor al planeta y la conservación de sus recursos.
- Sugerir la creación de huertos familiares y escolares en la comunidad.
- Explorar la posibilidad de realizar mercados campesinos cercanos a CANIA.
- Fomentar alianzas entre mercados municipales y asociaciones de supermercados con sociedades médicas de pediatría, para incluir el concepto de “prescripción” de frutas y hortalizas a madres gestantes y lactantes, así como también como parte de una alimentación complementaria saludable que sea recomendada por los pediatras de los niños atendidos.
¡Gracias, Mariela Paesano, gracias CANIA!
Para conocer más sobre CANIA, los invitamos a visitar su sitio web: Centro de Atención de Nutrición Infantil de Antímano.
MiradorSalud
Un Comentario
Alicia Ponte
Una labor de gran seriedad y empuje en pro de la nutrición en nuestro país. Gracias Cania