“Amar no es solamente querer, es sobre todo comprender”, Francoise Sagan
En estos días, el miedo originado por la pandemia es el denominador común de la humanidad, una emoción de la cual nadie escapa que nos mantiene paralizados porque el mundo se detuvo…
Al mismo tiempo, se vive inmerso en una total incertidumbre por causa de ese miedo ante los cambios tan acelerados que ocurren todo el tiempo y no permiten predecir el futuro. Nos encontramos enclaustrados en nuestras casas por la covid-19 que pareciera que nunca finalizará. A la vez, padecemos una infodemia supersónica de noticias, ciertas y falsas, en medio de la cual es imposible decidir con consciencia. Por si fuera poco, los nuevos paradigmas que predominan en el mundo actual han incidido de una manera no muy afortunada en el comportamiento social. Como ejemplo se encuentra el postmodernismo-nihilismo en donde impera lo efímero, el automatismo, la ausencia de “pensar”, la pérdida de la identidad y de la palabra. En fin, hemos dejado atrás los viejos valores que dignificaban al ser humano y su trascendencia. Todo lo cual exige una transformación de ser humano con el fin de sobrevivir.
Por otro lado, en Venezuela, la tragedia es doble; le debemos agregar el estar sometidos/dominados por un régimen totalitario e inhumano que ha convertido el diario acontecer del venezolano en una existencia muy penosa. Así que estamos saturados de miedo por la pandemia y por la absoluta incertidumbre provocada por la crisis venezolana. No sabemos que nos depara el futuro.
En fin, nuestra vida ha dado un salto cuántico que ha afectado negativamente nuestro comportamiento, nuestra salud mental y la realidad. Pero, más que nada ha afectado nuestra mente y cerebro.
Entonces aparecen preguntas como estas: ¿somos capaces de neutralizar ese miedo? ¿cómo sobrevivir en este nuevo ambiente? ¿qué podemos hacer para cambiar en este nuevo vivir? ¿cómo aliviar tanta incertidumbre?
Son preguntas que abordaremos a través de la neurociencia, parte de lo cual se puede encontrar en MiradorSalud.
En general, SÍ podemos cambiar y entrenar nuestra mente para lograr una salud emocional que nos permita lidiar con tantos escollos. Nos aproximaremos a una perspectiva distinta para ver y sentir la vida desde el interior de la mente para lo cual es indispensable ser más flexibles y poder adaptarnos a las vicisitudes del ambiente ya que el cambio es una constante en este mundo donde habitamos. Es transcendental reconocer que tenemos la capacidad interna de transformarnos para superar esta época tan caótica.
Este es mi último artículo de este año por lo cual trabajaremos con un paisaje esperanzador; me referiré a los efectos del amor y la bondad en el cerebro.
Es imperativo tener presente que el cerebro es un órgano muy complejo con más de 80 billones de neuronas que conforman circuitos y redes neuronales altamente complicadas. Aquí, mostraré los correlatos neurocientíficos que apoyan las capacidades del cerebro, pero de una manera sencilla para facilitar y simplificar su comprensión.
Comenzamos con lo que se conoce…
Dado que:
- Somos el resultado de nuestro pasado, creencias y experiencias – Epigenética I – Epigenética II
- La realidad es lo que percibe la mente de cada quién y no la conocemos porque nada es lo que parece ser.
- Tenemos capacidad de cambiar nuestro SER y la manera de ver la realidad mediante el “aprender a pensar” con la corteza pre-frontal, la cual frena el impacto que ejerce el inconsciente y las emociones en el comportamiento.
- Trabajar la mente, agenciar las emociones, conocerse a sí mismo, impulsar el YO por medio de la palabra, practicar la atención plena o mindfulness y evitar, como dice Daniel Goleman, que las emociones secuestren la amígdala son prácticas que cambian el cerebro y la mente. Igualmente debemos evitar los factores que dominan el inconsciente como son la distracción del pensamiento, la soledad y los comentarios negativos hacia uno mismo y los demás. Esto nos puede conducir a una depresión.
Debido a que vivimos en un mundo impregnado de conflictos, de desinformación, de ausencia de contacto social, amén de todo lo que acontece en este mundo inimaginable, todo lo cual afecta negativamente la salud emocional, debemos desafiar este contexto a través de experimentar emociones positivas. Y veremos cómo.
En este camino, el Dr. Richard Davidson, brillante científico que comenzó trabajando en el impacto de “mindfulness”, meditación enfocada en la atención plena, ha realizado muchas investigaciones para estudiar lo que sucede en el cerebro por causa de las emociones positivas como el amor, la bondad y la compasión. Su interés es encontrar la vía que contribuya con la felicidad de la humanidad.
El amor neutraliza al miedo
El amor es una respuesta biológica y neuronal que se produce mediante la liberación neurotransmisores en el cerebro y a la sangre como resultado de la interacción entre distintos grupos de neuronas y la comunicación entre ellas, distintos órganos del cuerpo y el medio ambiente. El amor está en el cerebro y sus sensaciones fisiológicas en el corazón y su finalidad es preservar la vida y los vínculos sociales mediante la descendencia y las condiciones familiares y sociales. El amor se exterioriza de tres maneras: la atracción sexual o enamoramiento, el amor romántico y el apego o amor maternal.
Aquí solo nos referiremos al amor-apego, el cual se asocia a la necesidad de establecer vínculos profundos, a una adecuada socialización y a la liberación de oxitocina u hormona del amor y la vasopresina, las cuales desactivan regiones asociadas a emociones negativas y al juicio social mientras que involucran en el proceso los circuitos de recompensa. Experimentar el apego aumenta la neuroplasticidad así como genera nuevas neuronas en la corteza prefrontal.
Según Richard Davidson, una persona que ama y se siente amada, ya sea por la pareja, la familia, amigos o individuos del entorno rinde más intelectualmente, es más creativa y sus dos hemisferios se mantienen conectados y en armonía, lo que favorece la funcionalidad del cerebro. Mientras que sí la persona se siente humillada, empequeñecida y no es amada, su inteligencia no funciona adecuadamente y sus hemisferios se desconectan o desincronizan. En la persona que se siente amada la conducta está más asociada a la corteza prefrontal en donde reside la cognición, mientras que en la persona disminuida su comportamiento está dominado por la amígdala o el centro emocional.
Cuando los padres, educadores o profesionales del trabajo gritan, amenazan y presionan a los hijos, alumnos o subordinados del trabajo contribuyen con en el deterioro del desarrollo de las potencialidades mentales de los hijos, alumnos y trabajadores. Esto es especialmente importante en los primeros años de la vida y en la adolescencia, momentos críticos para la adecuada conformación de la personalidad y salud psíquica.
El Dr. Davidson en su experimento denominado “Meta” concluyó que cuando uno entra en pánico, el miedo bloquea la mente, pero esta situación se puede revertir al hacer visualizaciones donde la persona se ve a sí misma con amor y compasión, al igual que lo hace con los demás: familia, amigos, compañeros de trabajo. Es así como el amor neutraliza al miedo. La visualización es la práctica de imaginarse situaciones o circunstancias y como el cerebro no distingue entre lo imaginado y lo real, las visualizaciones sean buenas o malas, afectan la mente y los estados de ánimo. En este caso, el imaginar situaciones positivas como el amor trae calma, neutraliza la activación de la amígdala emocional y activa la corteza prefrontal. Se puede también pensar que la práctica de mindfulness puede ser un antídoto para el miedo.
El amor hacia uno mismo y hacia los demás ayuda a evadir el miedo, mejora la salud y las buenas relaciones con los demás.
La bondad, compasión y un cerebro sano
La bondad, inclinación natural a hacer el bien, significa bueno o la cualidad de ser bueno. En general, la generosidad acompaña a la bondad. Su contrario es la maldad, perversidad y malicia.
Para incorporar la bondad en el día a día hay que dejar el individualismo, la competencia y el narcisismo. La bondad se cultiva practicándola.
Por otro lado, la compasión es un sentimiento que va muy junto a la bondad, aunque, hay diferencias entre ambos sentimientos. La compasión se siente al desear que las personas no sufran, mientras que por la bondad se desea la felicidad y el bienestar para los demás. Se podría decir que la compasión es un acto de bondad. Al ser bondadoso se trata de evitar el sufrimiento de los demás.
En la compasión participa la zona motora del cerebro y se activa la movilidad con el fin de poder desplazarse para aliviar el sufrimiento del otro. Un programa para aumentar la bondad y la compasión debe incluir prácticas que estimulen: la atención, el cuidado y conexión con otros, estar abierto y expuesto a las experiencias y tener un propósito de vida.
Al enviar mentalmente buenos deseos a la gente, el cerebro del otro lo percibe y cambia la calidad de la experiencia. En fin, la vida está constituida por secuencias de momentos, los cuales al encadenarlos la vida cambia.
En tiempos de pandemia es imprescindible incrementar la neurogénesis, la neuroplasticidad y el pensar. En este artículo se describen las prácticas, hábitos y actividades que aumentan estas capacidades. Igualmente, es imprescindible entender que hay que cooperar en lugar de competir, hay que sumar en lugar de restar, hay que amar en lugar de odiar.
Por esto me gustaría finalizar con la filosofía africana llamada Ubunto que significa “Soy quien soy porque somos todos nosotros” o “Soy porque somos nosotros”. Esta filosofía está enfocada a la lealtad con las personas y a la manera de relacionarse. Es una forma de pensamiento alejada del egoísmo, cimentada en el trabajo en equipo, el respeto, la confianza y la honradez.
Cada uno tenemos que hacer un esfuerzo para cambiar y de allí ayudar a la familia, los amigos y a la sociedad. Yo me amo y puedo amar a los demás, yo cambio y ayudo a cambiar a los demás.
Les deseo un comienzo de año con un cerebro en camino de una transformación hacia la salud emocional y pleno de amor y bondad.
Irene Pérez Schael
11 Comentarios
Lirio Valero
Excelente artículo . En momentos tan convulsos ,como los actuales , este tipo de artículos contribuyen a mejorar nuestras vidas , pues impulsan a ver más allá de lo que nuestros sentidos pueden captar . Es decir , pensar , observar y observarnos . El miedo está inundando nuestras vidas . Ese sentimiento se está convirtiendo en una poderosa arma de dominación masiva . En consecuencia , no tenemos libertad y por ende no tenemos vida propia . Nuestra existencia ,la hemos entregado al permitir que nuestras mentes y acciones estén subordinadas al miedo transmitido a través del poder creador de la palabra . El amor libera y el miedo sin acción paraliza . Gracia Irene y al equipo de Mirador Salud por alimentar nuestras mentes y espíritu .
Mirador Salud
Querida Lirio. Gracias, gracias y gracias por tu fidelidad y por ser parte del equipo.
Alicia Ponte Sucre
Un agradecimiento muy grande por un año más de Mirador Salud, Bondad, Compasíon, Amor, Comprensión!
Mirador Salud
Gracias Alicia. Una vez más reiteramos que MiradorSalud te agradece de manera especial por tu fidelidad y extraordinarias contribuciones.
Nuestros mejores deseos.
E
Te felicito Irene, excelente escrito,Es precisamente para lo que debemos usar la palabra enaltecer el Yo.Con la fuerza de la mente resaltar el optimismo y la esperanza, la confianza en nosotros mismos y en la vida,la sobrevivencia se sostiene en la capacidad de amar de dar de saber recibir ..es la bondad
Mirador Salud
Gracias compañera de camino. Tenemos que ayudarnos unos a otros…
Abrazos
Irene
Paúl Romero
Maravillosa gente de Mirador, muchas gracias. Los mejores deseos en lo personal, familiar y en sus miradas. Mucho éxito y Feliz Navidad.
Mirador Salud
Gracias querido Paúl. Siempre tan generoso…
Irene
Marisa Guerra
Felicitaciones a todo el equipo de Mirador Salud. Especialmente a Marisol Tapia, Irene Perez Schael, Marianella Castés. Todos los que escriben, nos deleitan con sus sabios y valiosos conocimientos. Ese articulo de amor y bondad, es para tenerlo como medio de reflexión. Gracias Irene.
Deseándoles unas alegres fiestas navideñas y que continuen los éxitos en el nuevo año.
Abrazos.
Marisa Guerra
Mirador Salud
Muchas gracias y mil abrazos. En tiempos difíciles es complicado concentrarse por lo que tu comentario
nos ayuda infinitamente a continuar y mantener la fidelidad ante nuestros lectores.
Besos y abrazos en nombre del equipo y en especial en el mío propio
Irene
Marianela Castes
Gracias Marisa por tus gentiles comentarios sobre nuestro trabajo en Mirador Salud.
Felicitaciones a Mirador Salud por un año más ilustrándonos sobre tantos temas, especialmente para su conductora mi querida amiga Irene.
Aprovecho de desearles que disfruten una feliz navidad y un buen año 2022 con salud plena.
Inmunoabrazos
Marianela Castés