En el 21 Congreso Europeo Anual sobre Obesidad realizado en Sofía, Bulgaria, del 28-21 de mayo de 2014 se presentaron prometedores resultados de un estudio realizado en 8 países europeos el cual encontró que el riesgo de sobrepeso, disminuye en niños que consumen con regularidad una dieta estilo mediterráneo. Hasta ahora el patrón dietario mediterráneo ha estado inversamente asociado con muchas enfermedades (*) pero su papel en la prevención temprana de obesidad no está claro.
Este estudio abre un camino en ese sentido, concluyendo los autores que dados los benéficos efectos preventivos observados, este patrón dietario debería formar parte de las estrategias de prevención de la obesidad en la Unión Europea, aún en países no Mediterráneos.
La investigación emplea los datos del Estudio de Identificación y Prevención de los Efectos de Salud Inducidos en los Niños por la Dieta y el Estilo de Vida. (IDEFICS por sus siglas en inglés).
El estudio IDEFICS reclutó 16.220 niños de 2-9 años de centros de estudio en ocho países europeos: Suecia, Alemania, España, Italia, Chipre, Bélgica, Estonia y Hungría.
Al inicio del estudio se midió el peso, talla, circunferencia de cintura y los pliegues cutáneos de esta línea de base, y después de 2 años, se analizaron 9.114 de los niños de la cohorte original.
La dieta fue evaluada mediante un cuestionario respondido por los padres quienes informaron acerca del consumo habitual de 43 alimentos por parte de los niños. La adherencia a una dieta mediterránea se calculó mediante la puntuación obtenida al aplicar un cuestionario de Frecuencia de Alimentos Basados en la Dieta Mediterránea (FMDs por sus siglas en inglés).
Se otorgó 1 punto a las altas ingestas declaradas de cada grupo de alimentos considerado típico de la dieta Mediterránea: hortalizas, frutas, legumbres, pescado, granos, cereales (preferiblemente enteros), frutos secos, así como también 1 punto para bajas ingestas de alimentos no típicos de la dieta Mediterránea, tales como productos lácteos y cárnicos. Aquellos niños con puntuaciones elevadas eran entonces considerados “de alta adherencia” comparados con el resto.
Algo muy interesante es que la más alta adherencia a la dieta Mediterránea se encontró en niños suecos, país no Mediterráneo, seguido por los italianos. Los niños de Chipre obtuvieron la más baja puntuación.
Las puntuaciones altas se asociaron inversamente con sobrepeso y obesidad, y con el porcentaje de masa grasa, independientemente de la edad, el sexo, el nivel socioeconómico, el centro de estudios y la actividad física.
Altos valores de FMDs al inicio del estudio protegieron contra los aumentos en el índice de masa corporal, circunferencia de la cintura y la relación cintura-estatura, observándose una tendencia similar para el porcentaje de masa grasa.
Se encontró que aquellos niños que consumían más alimentos de la Dieta Mediterránea tenían 15% menos de probabilidad de tener sobrepeso o de ser obesos.
Estos resultados son alentadores como una posible medida de prevención, sobre todo cuando el Institute for Health Metrics and Evaluation publicó el pasado mes de mayo de 2014 nuevos datos que señalan que desde el año 1980 al año 2013, ningún país ha podido estabilizar las tasas de obesidad (188 países).
Por el contrario, la misma ha aumentado globalmente en hombres (de 29% a 37%) y en mujeres (de 30% a 38%). En países desarrollados los hombres presentan las tasas más altas sobrepeso y obesidad, mientras que las mujeres en los países en desarrollo son quienes exhiben las tasas más elevadas.
La prevalencia ha aumentado sustancialmente en niños y adolescentes en países desarrollados: 23,8% varones y 22,6% de hembras eran obesas en el año 2013.
De acuerdo a estos datos, 30% de la población mundial tiene sobrepeso o es obesa, lo cual constituye una epidemia, un grave problema de salud pública, y una gran carga en costos para los sistemas de salud nacionales.
Más del 50% de 671 millones de personas obesas del mundo viven en 10 países: Estados Unidos, China, India, Rusia, Brasil, México, Egipto, Alemania, Pakistán e Indonesia. Estados Unidos por ejemplo, tiene 160 millones de personas obesas y con sobrepeso.
Los resultados están disponibles en una herramienta online donde se pueden revisar los datos de cada país: http://vizhub.healthdata.org/obesity. Venezuela tiene 10 millones de personas con sobrepeso y obesidad.
Adicionalmente, el 29 de mayo de 2014, The Lancet publicó el análisis sistemático de estos datos.
De acuerdo a los autores la promoción de un patrón alimentario mediterráneo no debe ser exclusivo de los países Mediterráneos. Los resultados de este estudio señalan que podrían ser aplicables para combatir la epidemia mundial de obesidad.
Sin duda, la adherencia a un patrón alimentario estilo Dieta Mediterránea por parte de poblaciones latinoamericanas resulta difícil. El aceite de oliva es un componente esencial de este patrón de alimentación, con un alto porcentaje de grasa monoinsaturada beneficiosa para la salud. Dado su costo, habría que sustituirse por otros aceites vegetales con elevado contenidos de grasas mono o poliinsaturadas como el aceite de canola (tampoco económico y ausente de los estantes de los supermercados venezolanos). El aguacate o palta, llamado el aceite de oliva de las Américas por su alto contenido de grasas monoinsaturadas, es una excelente opción tanto para elaborar aderezos como para ser consumido entero. En Venezuela sin embargo, su precio es muy elevado, como también lo es el de las frutas y hortalizas.
MiradorSalud ha consultado con expertos sobre patrones de alimentación nacionales sanos. La idea de tomar los alimentos tradicionales de un país como guía para una alimentación saludable es una opción prometedora como se ha hecho en Perú, pero además, no es nueva. La comida mediterránea y la japonesa, después de haber sido estudiadas meticulosamente se han convertido en ejemplos mundiales de alimentación saludable y longevidad. “No todas las culturas culinarias han recibido un escrutinio científico similar, pero todas han pasado la prueba del tiempo, que funciona bien a través de milenios”.
No es fácil dar una “receta”, sin embargo, se recomienda rebuscar en las tradiciones culinarias de un país, y si no son lo suficientemente ricas o nutricionalmente óptimas, se puede adoptar alguna tradición internacional con potencial de mezcla, como sería acoger tradiciones mediterráneas.
(*) MiradorSalud ha publicado varios de estos trabajos sobre la Dieta Mediterránea
La dieta Mediterránea, tan efectiva como los medicamentos
Dieta mediterránea contra el deterioro cognitivo
Marca “Dieta Mediterránea.”¿Cómo se come eso?
María Soledad Tapia
Maria.tapia@5aldia.org.ve