Para Luis Rodríguez y ANSA. Los consumidores británicos se convertirán en objeto de un experimento encaminado a que coman más hortalizas, frutas y productos de origen vegetal. Resulta que académicos de la Universidad de Oxford se han asociado con la alta gerencia de un supermercado para orientar a los consumidores a consumir y comprar menos carne.
No es un supermercado cualquiera. Es supermercados Sainsbury’s, (la tercera mayor cadena de supermercados del Reino Unido) que cuenta con más de 1.100 supermercados y tiendas. El proyecto será financiado como parte de un programa de Wellcome Trust, de 5 millones de libras, “Our Planet, Our Health”, cuyo objetivo es mejorar la salud humana en un mundo que atraviesa un cambio climático profundo. La premisa es que comer más hortalizas y frutas y menos carne roja, beneficiará a la salud de las personas y del medio ambiente.
Wellcome Trust es una organización benéfica de investigación biomédica con sede en Londres, Reino Unido, establecida en 1936 con legados del magnate farmacéutico Sir Henry Wellcome para financiar investigación para mejorar la salud humana y animal. Ha sido descrito por el Financial Times como el mayor proveedor de fondos no gubernamentales para investigación científica del Reino Unido y uno de los mayores proveedores del mundo. En el campo de la investigación médica, es el segundo mayor financiador privado del mundo después de la Fundación Bill & Melinda Gates.
La noticia saltó a la prensa inglesa la última semana de enero si bien el proyecto está aún siendo configurado entre los científicos de la Universidad de Oxford y los ejecutivos de Sainsbury.
Sainsbury proveerá su experiencia en conducta del consumidor y el ambiente en el cual realizar los estudios de intervención. De hecho, Sainsbury’s ha declarado que un buen número de sus puntos de venta – en sus supermercados y su servicio de compras en línea – se utilizaría en los ensayos.
La Universidad de Oxford por su lado, proveerá los nutricionistas, economistas políticos, epidemiólogos, especialistas en dietas y salud de las poblaciones, que estudiarán los impactos de las dietas basadas en carne, en la salud y el ambiente, y cómo moverse hacia una transición a sistemas más sustentables de alimentos. Sucede que estudios de modelación de la salud y las consecuencias ambientales de las cadenas alimentarias han demostrado que las dietas que contienen menos carne son un componente muy importante de este cambio.
La idea de tomar medidas para que la gente consuma más comida de origen vegetal se basa en un estudio, publicado en 2016 en el Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias de los EE.UU. dirigido por el investigador de Oxford, Marco Springmann, el cual concluye que comer menos carne podría reducir la mortalidad global en 6 -10%, y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 30-70%, pues el sistema alimentario es responsable de más de una cuarta parte de todas las emisiones de gases de efecto invernadero, de las cuales hasta el 80% están asociadas con la producción ganadera.
Entonces, una de las razones para comer menos carne sería para evitar el calentamiento global. El ganado y las ovejas son responsables de una proporción significativa de estas emisiones. La producción de carne requiere el uso de grandes cantidades de pesticidas, fertilizantes, combustible, piensos y agua, y al mismo tiempo libera gases de efecto invernadero y tóxicos químicos.
Pero la otra gran razón serían aspectos de salud. Cada vez se establecen más relaciones entre el consumo de carne, sobre todo, las carnes rojas altas en grasas saturadas y enfermedades cardiovasculares y cáncer, entre otras. Muchas guías dietarias señalan que debemos comer alrededor de 70 g al día. Sin embargo, la mayoría de las personas come mucho más que eso, por lo que se recomienda hacer sustituciones con alimentos más saludables como las frutas y hortalizas.
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La tendencia a comer menos carne ya está establecida entre los consumidores del Reino Unido aunque los investigadores insisten en que aún se necesitan reducciones adicionales.
Los consumidores ahora pueden elegir entre una variedad mucho mayor de productos hortofrutícolas que en el pasado, lo cual les confiere una mayor oportunidad de tomar decisiones alimentarias más saludables, con menos carne.
El proyecto rediseñará los supermercados. Las propuestas incluyen: colocar alternativas vegetarianas en los mismos estantes de los productos cárnicos, es decir, no destinar ciertos pasillos solamente a las versiones vegetarianas de los alimentos populares – salchichas o empanadas, por ejemplo – sino colocarlos al lado de sus equivalentes de carne, ofrecer cupones y puntos de fidelidad a los compradores que elijan productos vegetarianos; proporcionar recetas y folletos que describen cómo los compradores pueden comer menos carne con alternativas vegetarianas, hacer ofertas en línea en las que a los clientes que acaban de comprar ciertos productos se les ofrece la oportunidad de comprar una alternativa más saludable y más amigable con el planeta, usar posters y publicidad en el extremo de los pasillos de las tiendas para las promociones de “alimentos que inspiran” como – spaghetti y lasaña de vegetales.
Ya Sainsabury ha sido acusado por los sindicatos de productores y procesadores de carne y productos cárnicos de tener una Agenda Anti Carne.
The Farmers Union ha declarado que muchos de sus asociados han trabajado estrechamente con Sainsbury para reducir su huella de carbono y que los criadores están comprometidos con la reducción del cambio climático a través del Greenhouse Action Plan.
Sainsbury respondió que es una iniciativa para cambiar a largo plazo hacia hábitos más saludables y sostenibles dentro de los cuales puede estar la carne incluida, pero es importante que los consumidores que son libres para decidir lo que comen, tomen decisiones sobre bases de buena información.
Ya veremos como se desenvuelve todo esto.
María Soledad Tapia