Unas son directrices europeas, otras estadounidenses. Las primeras, actualizan el documento de consenso europeo del año 2010 en el que se establecieron las directrices para el manejo de la hipertensión en niños y adolescentes, y las segundas, conforman una declaración avalada por la Asociación Americana del Corazón (AHA) sobre el consumo de azúcares añadidos.
Guía de Diagnóstico, Evaluación y Tratamiento de la Hipertensión Arterial en Niños y Adolescentes.
Las guías de la Sociedad Europea de Hipertensión (ESH) y de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC) para el tratamiento de la hipertensión arterial (HTA), publicadas en 2003 y actualizadas en 2007, no incluían ninguna sección dedicada a la HTA en niños y adolescentes, debido al desconocimiento de la importancia de esta cuestión, cuando por el contrario, un número creciente de datos indicaba que la prevalencia de HTA moderada en niños y adolescentes es mucho mayor de lo que se creía anteriormente. Esto se hizo en las Guías del año 2010.
Esta guía ha sido actualizada en 2016 y ha sido publicada en el Journal of Hypertension. La misma alerta de
- La creciente incidencia de la hipertensión arterial en edades pediátricas,
- Recomienda la medida de la presión arterial desde los tres años, volviendo a revisarla cada dos años en adolescentes y niños normotensos y cada año en pacientes que presenten niveles en el rango normal-alto.
Los expertos han constatado la relación entre la presión arterial elevada durante la infancia y la adolescencia con una mayor probabilidad de sufrir hipertensión y enfermedades de tipo cardiovascular en la edad adulta, evidenciando la necesidad de mejorar las medidas de prevención.
Se dan recomendaciones en la lucha contra la creciente proliferación de enfermedades cardiovasculares en adultos, estableciendo estrategias preventivas que permitirán combatir la hipertensión desde una edad temprana. La guía sugiere llevar a cabo un esfuerzo conjunto para mejorar la detección y el tratamiento de la presión arterial elevada entre los niños y los adolescentes, con el desarrollo de programas de prevención en todos los países europeos.
La fácil detección y las graves complicaciones de la hipertensión arterial, si no se trata a tiempo, hacen imprescindible atajar su aparición desde la infancia, ya que podría alterar la estructura y función de los órganos diana entre los que se encuentran el corazón, los riñones, las arterias periféricas y el sistema nervioso central.
¿Y los azúcares?
La más reciente declaración científica de la AHA acaba de ser publicada en Circulation, después de que el grupo de expertos revisó y clasificó la evidencia científica actual de los estudios de los efectos de los azúcares añadidos en los niños en la salud cardiovascular.
La literatura disponible se subdividió en 5 amplias sub-áreas:
- Efectos sobre la presión arterial,
- Lípidos,
- Resistencia a la insulina y la diabetes mellitus,
- Enfermedad de hígado graso no alcohólico, y
- Obesidad
Se evidenciaron asociaciones entre el consumo de azúcares añadidos y el aumento de los factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares entre los niños estadounidenses, las cuales están presentes en niveles muy por debajo de los niveles actuales de consumo. ¡Alerta!
Una fuerte evidencia apoya la asociación de consumo de azúcares añadidos con un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular en niños, la cual ocurre a través de un mayor consumo de energía, el aumento de la adiposidad y dislipemia.
El comité encontró que es razonable recomendar que:
- Los niños consuman ≤25 g, equivalentes 100 cal o ≈6 cucharaditas, de azúcares añadidos al día (1 cucharadita de azúcar: ≈4,2 g ≈16,7 calorías).
- Esta recomendación se mantiene para todos los niños entre los 2 y 18 años para que sea sencillo para los padres y los defensores de la salud pública
- Es indiferentes que se ingieran en líquidos o sólidos
- Los niños y adolescentes deben limitar su consumo de bebidas endulzadas con azúcar a no más 250 mililitros a la semana. Por ejemplo, una lata de 330 mililitros de refrescos puede contener aproximadamente 39 gramos de azúcar, lo cual es equivalente a 9,3 cucharaditas. Adicionalmente, con facilidad se puede repetir una segunda o más latas al día ¡Alerta!
- Los niños menores de 2 años no deben consumir alimentos o bebidas con azúcares añadidos, incluidas las bebidas endulzadas con azúcar.
Los azúcares añadidos se pueden consumir con seguridad en cantidades bajas, como parte de una dieta saludable, sin embargo, pocos niños estadounidenses alcanzar tales niveles, lo cual hace que bajar el consumo de azúcares añadidos sea un objetivo importante de salud pública.
¿Cuáles son los azúcares añadidos?
Son aquellos que se le añade a los alimentos y bebidas procesados mientras se fabrican, al igual que el azúcar que se puede añadir en casa. Por ejemplo, si hacemos un jugo de fruta al cual le agregamos azúcar. O lo que es peor: que se agregue azúcar al biberón.
Veamos un ejemplo práctico en la dieta habitual de un niño español:
Un niño se levanta por la mañana y se toma un vaso de leche con cacao y cereales. Un desayuno bastante habitual en muchos países del mundo, pero… ¿Sabemos cuánto azúcar está tomando nuestro hijo en este desayuno? Un tazón de leche de 500 ml con cacao contiene unos 21 gramos de azúcar, es decir unas 5 cucharaditas, y con unos 50 gramos de cereales azucarados casi 2 cucharadas más de azúcar. La merienda es otro momento donde los niños consumen mucho azúcar. Por ejemplo, si les damos un zumo de naranja envasado de 250 ml el niño se está bebiendo 30 gramos de azúcar, es decir unas 7 cucharaditas. Si además le damos un yogurt de frutas significa 4 cucharitas más de azúcar y unas galletas con pepitas de chocolate 5 más. En total el niño, solo con el desayuno y la merienda, ha tomado 23 cucharaditas de azúcar, unos 95 gramos, cifra que supera por mucho lo recomendado de los 25 g.
El límite propuesto por por la AHA coincide con la directriz de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre el consumo de azúcares , que recomienda:
- Una ingesta reducida de azúcares libres a lo largo de toda la vida (recomendación firme).
- Tanto en adultos como en niños, la OMS recomienda reducir la ingesta de azúcares libres a menos del 10% de la ingesta calórica total (recomendación firme).
- La OMS sugiere que se reduzca aún más la ingesta de azúcares libres a menos del 5% de la ingesta calórica total (recomendación condicional). Esto equivales a unos 25 gramos de azúcares añadidos al día, o no más de seis cucharaditas.
“Las seis cucharillas son un ejemplo gráfico, porque la OMS reconoce que la mayoría de los azúcares añadidos que se consumen no son los que se echa en el café o al hornear un bizcocho en casa, sino que están ocultos en muchos alimentos procesados, desde los dulces a otros que aparentemente no lo son, pero incluyen azúcares como saborizante o para darle textura. Y, una de las mayores fuentes de azúcares añadidos son las bebidas azucaradas (refrescantes, energéticas, zumos…).”
¿Y en Venezuela?
En nuestro país se recomienda la toma de la tensión arterial a partir de los 3 años. Con respecto al consumo de azúcar, la recomendación para Venezuela es que no deben superar el 10% de las calorías, lo cual en términos de cucharaditas de azúcar coincide con la recomendación de la AHA.
La Sociedad Venezolana de Puericultura y Pediatría (SVPP) recomienda NO DAR azúcar en menores de dos años, y no consumir bebidas o alimentos con azúcar añadida
El azúcar puede aumentar el riesgo a obesidad y esta puede condicionar hipertensión en niños. Con la escasez de azúcar en Venezuela, es de esperar una disminución del efecto de este factor de riesgo en enfermedades cardiometabólicas. Sin embargo, cuando aparezca el azúcar nuevamente la situación se revertirá. Hace falta mucha educación y orientación a la población sobre los riesgos del consumo de azúcar.
Se recomienda consultar el proyecto Consulta de detección temprana de factores de riesgo cardiometabólico en pediatría, que presenta un instrumento sencillo y práctico de fácil aplicación en la mayoría de la población, dirigido al médico pediatra, de familia o general, para identificar precozmente el paciente en riesgo cardiometabólico global en edades pediátricas, con el fin de modificar estos factores y educar sobre la prevención de las enfermedades cardiometabólicas.
El proceso aterosclerótico comienza en la niñez. En nuestro país existen pocos datos epidemiológicos para determinar la magnitud del problema. De acuerdo al II Consenso Nacional para el Manejo del Paciente con Dislipidemia realizado en 2005, se recomienda realizar el perfil de lípidos en edad escolar y adolescentes y debe hacerse cada 5 años si no hay factores de riesgo. Pero si hay factores de riesgo, se debe hacer cada 3 meses hasta que se corrijan los factores como sedentarismo, obesidad, sobrepeso y enfermedades como diabetes tipo 1 o 2 e hipercolesterolemias familiares, enfermedades endocrinas o cancerígenas.
María Soledad Tapia
Maria.tapia@5aldia.org.ve
MiradorSalud agradece la información suministrada por las doctoras Ingrid Soto y Livia Machado.