Los adultos de mediana edad y mayores que socializan con frecuencia y participan regularmente en actividades creativas como el arte y la artesanía podrían retrasar el deterioro cognitivo y los problemas de memoria, que suelen afectarlos en la vejez y que, a menudo, conducen a la demencia.
Igualmente, los adultos mayores o de edad avanzada que utilizan el correo electrónico para comunicarse con sus amistades y familiares, realizan búsquedas en la web y compras en línea podrían reducir su riesgo de desarrollar deterioro cognitivo leve.
Así lo señala un estudio realizado por un equipo de investigadores del Instituto Nacional de Envejecimiento de la Clínica Mayo, publicado, en abril de 2015, en la edición en línea de Neurology, la revista de la Academia Americana de Neurología.
Las personas de 85 años en adelante son el grupo etario de más rápido crecimiento en los Estados Unidos y en muchos países del mundo. Por lo tanto, en la medida en que los adultos mayores se aproximen a esa edad la posibilidad que tienen de desarrollar problemas incipientes de memoria e intelecto, una afección conocida como deterioro cognitivo leve, aumenta significativamente.
El deterioro cognitivo leve (mild cognitive impairment) es una condición que precede a la demencia. Los individuos afectados presentan problemas de memoria, lenguaje, juicio y razonamiento mayores que los cambios esperados para su edad y educación, pero que no interfieren significativamente con sus actividades diarias.
Por lo tanto, el deterioro cognitivo leve puede ser una señal temprana de la enfermedad de Alzheimer, que es la causa más común de demencia, seguida por la de origen vascular.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, entre 5 y 8% de la población general de 60 años en adelante padece de demencia.
Hallazgos que arrojan luces
El objetivo del estudio que nos ocupa fue determinar los factores de riesgo y de protección que influyen en el desarrollo del deterioro cognitivo leve entre las personas de 85 años en adelante.
La investigación involucró 256 personas (62% eran mujeres), que tenían una edad promedio de 87 años y que no presentaban manifestaciones evidentes de deterioro cognitivo leve al comienzo del estudio.
Es importante resaltar que los participantes fueron evaluados al inicio de la investigación y posteriormente cada 15 meses durante cuatro años, para determinar la incidencia de deterioro cognitivo leve. Por otra parte, los investigadores obtuvieron información de una serie de factores de estilo de vida, que estas personas habían adoptado tanto en la edad mediana como en la vejez, a través de cuestionarios y, además, tuvieron acceso a sus historias clínicas.
Los autores analizaron la participación de este grupo de adultos en actividades relacionadas con el arte como la pintura, el dibujo y la escultura; oficios de artesanía que incluían: coser, tejer, cerámica, alfarería y carpintería; actividades sociales como ir al teatro, cine, conciertos, socializar con amigos, asistir a clubes de lectura, estudio de la Biblia y viajes; uso de la computadora: acceso a Internet, búsquedas en la web, correo electrónico, compras en línea y juegos.
Al cabo de cuatro años de seguimiento, 121 personas desarrollaron deterioro cognitivo (DCL) leve.
Los investigadores encontraron que las personas que reportaron haber participado en actividades artísticas como pintura, escultura y dibujo en la edad mediana y avanzada (adultos mayores) presentaron 73% menos probabilidades de desarrollar deterioro cognitivo leve, en comparación con aquellos participantes que no se involucraron en estas actividades.
El estudio también reveló que las personas que reportaron haber participado en actividades artesanales como carpintería, costura y trabajos de cerámica en la edad mediana y avanzada presentaron 45% menos probabilidades de desarrollar deterioro cognitivo leve, en comparación con aquellos participantes que no se involucraron en estas actividades.
Igualmente, las personas que reportaron una vida social activa durante la edad mediana y avanzada presentaron 55% menos probabilidades de desarrollar deterioro cognitivo leve, en comparación con aquellos participantes que socializaban poco o tenían tendencia al aislamiento social.
Por otra parte, el uso de la computadora durante la adultez avanzada se asoció a una reducción de 53% del riesgo de desarrollar deterioro cognitivo leve, en comparación con aquellos adultos mayores que no se involucraron en esa actividad.
Es importante resaltar, que los adultos mayores que más se beneficiaron fueron aquellos que iniciaron y desarrollaron las actividades artísticas, artesanales y sociales a partir de la edad mediana.
Los autores sugieren que las actividades creativas y sociales podrían estimular ciertas partes del cerebro, que son más vulnerables al daño que causa el envejecimiento, probablemente mediante el desarrollo de nuevas conexiones entre las neuronas y reorganización de los circuitos neuronales, lo cual garantizaría un mejor desempeño de las funciones cognitivas a lo largo de la vida.
Es importante resaltar que los resultados de este estudio muestran una correlación entre las actividades creativas y la disminución del riesgo de deterioro cognitivo y no una relación de causa-efecto.
Factores de riesgo asociados a un mayor deterioro mental
Los investigadores del estudio que nos ocupa también evaluaron algunos factores de riesgo asociados al deterioro cognitivo leve.
Los participantes que reportaron síntomas de depresión tenían más del doble de probabilidades de desarrollar deterioro cognitivo leve, en comparación con aquellos que no presentaron manifestaciones de esta afección. Los autores sugieren que la depresión podría ser parte del proceso degenerativo del cerebro o una respuesta de la persona afectada ante la evidencia de padecer problemas de memoria y cognición.
Por otra parte, los participantes que desarrollaron hipertensión arterial en la mediana edad tenían más del doble de probabilidades de desarrollar problemas cognitivos y de memoria. Igualmente, aquellos que presentaron enfermedad vascular incrementaron en 13% su riesgo de padecer deterioro cognitivo leve.
La hipertensión y la enfermedad vascular (ateroesclerosis) pueden tener un efecto dañino en los pequeños vasos sanguíneos que irrigan el tejido cerebral. En la demencia de origen vascular se presenta una reducción del flujo de sangre que irriga las células del cerebro, en casos extremos se produce el accidente cerebrovascular, que ocasiona la muerte de las células de la zona afectada.
El accidente cerebrovascular silencioso no produce síntomas y suele lesionar un área muy pequeña del cerebro. La demencia vascular se desarrolla a medida que más zonas del cerebro resultan afectadas por esta condición (“multinfartos”).
Es importante resaltar que el tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol aumentan el riego de desarrollar problemas de memoria y deterioro cognitivo.
Por otra parte, las personas que presentan diabetes tipo 2 se enfrentan a un mayor riesgo de desarrollar deterioro cognitivo leve, enfermedad de Alzheimer y otras demencias, de acuerdo con un estudio previo.
¿Qué es la reserva cognitiva?
El concepto de reserva cognitiva ocupa actualmente un lugar preponderante en el área de investigación que se dedica a estudiar los procesos de envejecimiento y deterioro cognitivo.
La noción de reserva cognitiva surgió hace 24 años a raíz de los resultados inesperados que reportó un estudio en el que se analizaron las autopsias de los cerebros de 137 ancianos que habían sido residentes de un asilo. Estos resultados se compararon con el grado de deterioro cognitivo que presentaban estas personas antes de fallecer.
Los investigadores encontraron que algunos de estos individuos fueron capaces de resistir los estragos causados por la enfermedad de Alzheimer mejor que otros ancianos, que tenían el mismo grado de daño en sus cerebros, ya que en vida habían demostrado un mejor desempeño de sus capacidades cognitivas y de memoria.
De acuerdo con los autores, estos hallazgos sugieren que aquellos individuos que se mantuvieron mentalmente más activos desarrollaron una defensa en contra del deterioro cognitivo.
Investigaciones recientes apoyan el concepto de reserva cognitiva
Las personas bilingües podrían aumentar su reserva cognitiva y estar mejor preparadas para compensar el daño que produce la enfermedad de Alzheimer, lo cual podría retrasar la aparición de las manifestaciones clínicas relacionadas con el deterioro cognitivo.
Por otra parte, tener un propósito en la vida, una razón de ser, establecer prioridades, metas y lograr objetivos contribuye igualmente a retrasar esta afección.
Igualmente, los hallazgos del estudio que nos ocupa se suman un cuerpo de investigaciones que respaldan el concepto de reserva cognitiva.
Estos factores de protección podrían promover el aumento y reorganización de circuitos neuronales eficientes, que podrían proteger tanto la memoria como las funciones cognitivas y compensar el daño que ocasiona la enfermedad de Alzheimer y otras demencias.
El ejercicio aeróbico y la dieta mediterránea nos protegen de la demencia
Un estudio previo demostró que el ejercicio aeróbico de moderada a vigorosa intensidad redujo el riesgo de desarrollar síntomas de enfermedad de Alzheimer en un grupo de participantes portadores del gen APOE e4, que predispone al desarrollo de esta enfermedad. Esta investigación confirma el papel crítico que tiene la interacción de los genes con el estilo de vida.
Actualmente, hay fuertes evidencias que el ejercicio tiene efectos beneficiosos tanto en la estructura como en la función de en una zona del cerebro llamada hipocampo, considerada como el centro principal de la memoria.
Otro factor protector muy importante es el consumo de alimentos saludables.
La dieta mediterránea suplementada con aceite de oliva extra virgen o frutos secos de cáscara como las nueces redujo significativamente el deterioro cognitivo en un grupo de adultos mayores, según un estudio reciente publicado en la prestigiosa revista JAMA Internal Medicine, el 11 de mayo de 2015
Más vale prevenir que lamentar
Perder la memoria, la capacidad de pensar y razonar, la noción de uno mismo es uno de los escenarios que más nos angustia, sin embargo, es una realidad para las personas que padecen de Alzheimer. Los medicamentos disponibles no revierten el progreso de la enfermedad, usualmente, la mejoría que estos producen se mantiene sólo durante pocos meses o años.
Por lo tanto, conocer cuáles son los factores de protección y de riesgo relacionados con el deterioro cognitivo leve nos ayuda a retrasar su desarrollo y progresión hacia la enfermedad de Alzheimer y prevenir la demencia de origen vascular.
Dra Berdjouhi Tsouroukdissian
Un Comentario
geyna rivas
excelente articulo muy interesante